Capítulo 7

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La noche llegó antes de lo que hubieran querido. Lili entró al baño para cambiarse en su ropa para dormir (un suéter viejo de su hermano y un pantalón militar) y decidió tomar su teléfono para enviarle un mensaje de texto a su hermano.

"Mein lieber bruder:

¿Cómo has estado? Mi primer día en la academia ha estado muy bien, en serio. La profesora de mi curso da miedo, pero todos los chicos que conocí son muy agradables. Hay muchos chicos europeos aquí; creo que no hay ni siquiera norteamericanos. Raro, ¿verdad? Mi compañero de cuarto parece ser alemán, además del director y su hermano, y también hay un chico inglés y un italiano. También un japonés.

Hablando de eso, ¿de casualidad no conocerás a un tal... como se llamaba...? Roderich Edelstein, sí. Dijo que me reconoció por el apellido y que te manda saludos.

¿Cómo estás tú en la academia militar? No te sobre esfuerces, ¿de acuerdo? Me preocupa que no puedas levantarte a la mañana siguiente.

Te quiere, Lili."

A pesar de ser un mensaje de texto, a ella le gustaba escribirle en forma de cartas. Un "Hola, ¿cómo has estado?" no era suficiente para saber sobre Vash, y no vivir en el mismo lugar hacía que todo fuese más complicado para hablar con él. Pulsó la tecla de enviar de su teléfono y se acostó sobre las colchas de su cama, pensando qué hacer. Por ser el primer día de clases la profesora Arlovskaya no les había dejado nada de tarea, así que comenzó a buscar entre su maleta algo que pudiese entretenerla. Luego de un rato buscando, encontrando nada más que ropa suya junto con las posesiones de Gilbert comenzó a pensar otras posibilidades.

—¿Qué buscas?

—¿Ah? —Lili se sobresaltó. No había notado que Gilbert seguía en la habitación, probablemente porque estaba en la cama que se encontraba sobre ella—. No, nada. Sólo estoy algo aburrida y quiero hacer algo—. "Tal vez podría recorrer el edificio a ver a los demás estudiantes," pensó ella, volviendo a poner su maleta en su lugar—. Creo que iré afuera a hablar con los chicos del edificio.

Estaba a punto de dirigirse a la puerta para salir al pasillo cuando oyó a Gilbert caer de su cama. Se giró, algo asustada por el golpe, pero lo vio de pie junto a ella.

—Acabo de recordar que tengo que ir a buscar a Lutz —contestó él—. Olvidó devolverme mi libro de inglés. ¿Te acompaño?

—Oh, está bien —asintió Lili, abriendo la puerta para que ambos salieran de la habitación. A diferencia de su cuarto o de los pasillos de la escuela, la cacofonía en el edificio era mucho más grande. Chicos corriendo, algunos apoyados en las paredes, otros bajando las escaleras, casi ninguno estaba solo en ese piso. Parecía una niña pequeña comparada con todos esos chicos, lo cual era verdad en cierta medida. Gilbert caminaba detrás de ella, buscando con la mirada a su hermano.

—¡Aquí estás!

"¿Eh?" se preguntó ella, antes de fijarse en el chico que estaba frente a ella. A primera vista hubiera dicho que era Peter; esas cejas no se veían en cualquier parte. Pero al ver la diferencia de altura, junto con los ojos verdes del chico, no dijo nada.

—¿Cómo te llamas? —preguntó el chico.

—Uhm, hola, me llamo Lion Zwingli —contestó la de ojos verdes, extendiendo su mano—. ¿Cómo te llamas?

—¡Hay tres reglas en este instituto! —exclamó el rubio, ignorando la pregunta—. Número uno, ¡no corras en los pasillos! Número dos, ¡llévate bien con todos! Número tres...

—Iggy, por favor —interrumpió Gilbert, observando al otro con incredulidad—. ¿Tienes que hacer esa dramática presentación cada vez que viene un alumno nuevo?

Lion Zwingli [PruLiech]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora