Capítulo 11

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"Meine schöne schwesterchen:

¿Te estás cuidando bien? Tú tampoco te sobreesfuerces. Uno mejora con la práctica, ya verás que pronto vas a resistir más.

Fuera de la escuela no tengo mucho que contar. Me gustaría verte en algún momento.

Sobre lo de tu período... lamento no haberte podido decir nada. A lo mejor podría haberte guiado o decirte algo, pero no pude llegar a tiempo, parece. Me alegra que te las hayas arreglado sola.

¿Un secreto? Por supuesto que puedes. No se lo diré a nadie, ¿qué sucede? Sabes que puedes confiar en mí.

Te adora, Vash."

El día del examen de educación física había llegado antes de lo que ella hubiera querido. El período de exámenes había acabado, por suerte, y tanto a ella como a Gilbert les había ido bien en sus notas. Creía que la única persona que no tenía tan buenas calificaciones era Peter, ya que admitió que andaba un poco flojo en sus últimos dos exámenes. Pero igualmente era el último, y el director había anunciado públicamente que tenía un anuncio para cuando se diera la evaluación de educación física.

En ese momento, Lili había llegado a la cancha de deportes que había en la escuela. Normalmente las clases no eran allí, pero sabía que el examen iba a tener que hacerse en aquel lugar. La profesora Arlovskaya les había dicho luego de dar el último, Matemática, donde Lili no estaba muy segura sobre su calificación pero esperaba que fuera buena. Definitivamente en la cancha entrarían todos los alumnos del colegio, si no era que sobraba espacio. "Tal vez nos tomen el examen a todos a la vez," pensó. La cancha de su anterior escuela era mucho más pequeña que esta.

Al llegar a la cancha junto con su curso, se sentó a la sombra en las gradas para esperar que la profesora Arlovskaya llegara. Luego de una breve presentación de lo que harían en ese examen, todos se pusieron en fila para ser evaluados.

—Principalmente evaluaré sus resistencias y sus agilidades. Como cada examen tomará una pequeña cantidad de tiempo los llamaré por apellidos —agregó ella, tomando la lista que tenía en las manos—. Pase Adnan, Sadik.

Lili dejó salir un suspiro de alivio, y se sentó en la banca. Su apellido seguro sería de los últimos a los que llamaran. Uno de los chicos de la multitud salió de esta para pasar al frente mientras los demás continuaban charlando entre sí. Pasaron unos minutos luego de haber comenzado con la evaluación, y ya habían llamado al segundo alumno de la lista para pasar a darla. "Vaya, eso fue rápido," pensó.

—Beilschmidt, Gilbert.

Lili no había notado que el joven albino estaba allí también. En lugar de observar de reojo como antes, comenzó a fijarse con más firmeza en el chico. Su uniforme de educación física le quedaba holgado en comparación con el del otro alumno, pero de todas maneras le sentaba bien. Su cabello seguía igual de despeinado que siempre. Tenía mucha destreza, eso sí era verdad. Pero el peso le jugaba en contra. "¿Puede salir al sol sin dañarse los ojos así?", se preguntó Lili, observando desde las gradas. Por lo que había leído, las personas con albinismo tienen mucha más sensibilidad solar que la media. Y el cielo de ese día estaba casi despejado por completo, pero el sol no brillaba sobre la cima de la cancha. Faltaban unos minutos para las tres y cuarto de la tarde.

Luego que Gilbert se retirara, pasó su hermano, Ludwig, y luego un chico de cabello rubio platinado y rostro estoico, que respondió al nombre de Lukas Bondevik.

—Ah, al fin consigo un diez.

Lili se sobresaltó al oír la voz rasposa al lado de ella. Había perdido a Gilbert de vista cuando se fue de la cancha, y no notó que había vuelto a las gradas. Ella se dio la vuelta para observarlo de frente.

Lion Zwingli [PruLiech]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora