"Mein lieben bruder:
Me alegra que estés bien también. No sé cómo haces para pasar por todo ese entrenamiento físico, aquí las clases de gimnasia me dejan agotada, y casi siempre termino durmiendo luego de llegar a mi cuarto. Pero en el resto de las materias me va bien. ¿Qué más puedes contarme aparte de la escuela?
Oh, y adivina qué... me llegó el período. Algo inoportuno en este momento. Pero conseguí toallas igualmente.
¿Puedo contarte un secreto...?
Te adora, Lili."
Ya faltaba poco para la semana de exámenes. Para la suerte de Lili, el examen de educación física no se haría junto a los demás sino que sería mucho más tarde que el último que hicieran. Todos en la academia estaban ocupados atendiendo a las lecciones y consultando dudas, por no hablar cómo estaba la situación en la biblioteca de la escuela. Se había vuelto el lugar más incómodo para estudiar, puesto que con todas las personas allí dentro la cacofonía hacía que fuera difícil concentrarse. De todos modos, los pasillos y las habitaciones tampoco eran el sector más silencioso de la escuela.
—¡¿Podrías callarte de una vez, Alfred?! ¡Tus exclamaciones me desconcentran! —se oía en el pasillo del octavo piso, también dentro de la habitación de Lili y Gilbert. La primera se encontraba sentada en el suelo revisando sus apuntes y marcando las partes importantes, mientras que el segundo estaba oyendo un audiolibro en su celular, acostado en su colchón viéndose al borde del sueño.
—¡Pero Artieee, déjame sentirme feliz! ¡Al fin logré comprender este tema de los gases ideales! —exclamaron de nuevo, haciendo que la atención de la joven se disipara en lugar de concentrarse en su hoja. Buscó con la mirada el renglón donde había quedado para continuar su lectura.
—¡Estoy intentando terminar las tareas del consejo de estudiantes, y tú ahí gritando! —espetó Arthur; era obvio que el rubio de ojos verdes era el culpable de esos gritos. Un golpe en el suelo sobresaltó a Lili más que la discusión que estaba ocurriendo fuera de su cuarto, y cuando se dio cuenta Gilbert ya había bajado de su cama marinera para salir de la habitación.
—¡Cállense los dos, par de gringos! —gritó él, antes de cerrar la entrada de un portazo. Sorprendió más el hecho de que ambos chicos se hubieran callado que el que Gilbert acabara de gritar y vuelto a su posición anterior. "Vaya, qué voz tan potente..." pensó Lili. Seguía sin ser tan fuerte como la de Ludwig o Brandolf, pero pareció ser efectiva—. No me agradezcas.
—¿Ah? —dijo la rubia, confundida por lo que dijo él—. Uhm, ¿gracias?
—Todo esto aquí es un escándalo. Los exámenes siempre son un escándalo —comentó Gilbert, poniéndose sus auriculares de nuevo. Lili volvió la vista a su libro, pero ya había perdido la línea en la que estaba de nuevo. "Creo que leí este párrafo cinco veces..."
—¿No crees que en la biblioteca haya menos ruido? —preguntó, pasando la página.
—No lo creo, en la biblioteca siempre hay gente armando desastres —respondió el albino mientras se acomodaba en su colchón.
—Pero si todos están aquí entonces en la biblioteca no debe haber mucha gente —agregó Lili.
—Estamos bien aquí, tú créeme. Llevo casi cinco años en este lugar y siempre es la misma historia cada cuatrimestre —concluyó Gilbert. La rubia sólo asintió, volviendo la vista a su manual. Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, repasando todo lo que decía en el libro.
—¡Arthuuuur, mira lo que dice en esta página! ¡La guerra fría no era una guerra!
—¡Por dios, Alfred! ¡Ya me hablaste de la guerra fría cuatro millones de veces!
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Lion Zwingli [PruLiech]
Fiksi PenggemarLa Academia Mundial W es uno de los internados masculinos más prestigiosos y costosos del mundo; a cualquiera le alegraría que le concedieran una beca en ese lugar. ...Por supuesto, sólo si eres un chico y no te llamas Lili Zwingli. Porque Lili pued...