Lion Zwingli [PruLiech]

Capítulo 9

Si había una materia que no le gustaba a Lili, esa era educación física. Ella podía resolver fórmulas de física, retener hechos históricos, conseguir buenas calificaciones en informática, pero simplemente correr cinco vueltas a la cancha de la escuela ya hacía que se cansara. Había visto de lejos la cancha del colegio, la cual Gilbert le comentó que tenía el tamaño de una olímpica. Por lo tanto, había el suficiente espacio como para que varios cursos tuvieran educación física a la vez. "Así es como logro joder a Roddie," agregó cuando hablaron de ese tema. Habían hablado muchas veces en el transcurso de ese mes; Lili podía afirmar que se habían convertido en amigos oficialmente. No sabía si era por la impresión que le había causado el primer día, o porque se había acostumbrado a su presencia, pero definitivamente podía decir que se habían acercado mucho. Le había costado menos con Roderich, quien también le preguntaba constantemente cómo estaba Vash. Por no hablar de las personas con las que hablaba a diario, aunque hubiera quienes no fueran tan fanáticos del habla.

Sin embargo, las clases no se hacían en aquella cancha. En su lugar, Lili debía asistir a un gimnasio enorme que se encontraba anexado al mismo edificio de la escuela. Peter caminaba junto a ella mientras se dirigían al edificio donde se encontraban las habitaciones, ambos con el uniforme de gimnasia puesto y no con el mejor de los aromas. Irunya había sido lo suficientemente amable como para indicarle también que su uniforme de educación física estaba con el resto de su ropa. Luego de cambiarse tendría que pasar a dejarlo a la lavandería de la escuela, donde se lo devolverían al día siguiente.

—Hasta mañana, Lion —lo saludó el rubio antes de irse a su habitación.

—Hasta pronto, Peter. Mándale mis saludos a Raivis —contestó ella. Aparte de compañeros de curso, el pequeño báltico también compartía cuarto con él, pero había faltado a clases ese día por haber pescado un resfriado. Lili dejó a Peter en la segunda planta para subir al octavo piso, cosa que le costó por haber ejercitado tanto antes. Gilbert aún no había llegado a su habitación, y definitivamente no iba a cambiarse cuando todo su cuerpo estaba sudado, por lo que se dirigió a las duchas.

Por supuesto, no quería que la primera vez se repitiera. Simplemente tomó un cartel de OCUPADO (que había escrito especialmente para el baño, ya que su compañero aún no se acostumbraba a tocar la puerta), lo colgó, y comenzó a desvestirse para meterse a la ducha.

La mancha roja que había en su ropa interior bastó para que hiciera una exclamación de sorpresa.

—¡¿Q-qué es esto...?! —murmuró, acercándose el objeto a su rostro y sintiendo un sudor frío recorriendo su espada. "¿Me sucedió algo mientras estaba en clase...?" se preguntó. Rogó que Gilbert no preguntara nada hasta que pensara bien lo que había pasado. "Sangre, precisamente ahí..."

Poco después la respuesta había llegado a su mente. ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Era más raro pensar que hasta entonces no le había pasado. Todas las chicas en su secundaría anterior ya estaban hablando sobre protectores, síndrome premenstrual, incluso algunas se preocupaban porque no le hubiese llegado a tiempo. En cambio, ella seguía sin comprender todas esas cosas. Y justo en el momento más inoportuno eso le había llegado.

"¿Cómo voy a hacer ahora...?" se preguntó, observando su ropa interior. Definitivamente no podía salir, menos cuando debía llevar toallas femeninas en su bolso de vuelta. Y tampoco quería que nadie preguntara el porqué de las manchas de sangre en su pantalón. Por no mencionar que sonaba asqueroso tener que sentir todo eso ahí abajo.

—Lion, ¿estás? —preguntó una voz fuera del baño, la cual ella logró identificar con facilidad. "¡Gilbert!" se dijo a sí misma.

—Uhm, sí, estoy en el baño —respondió ella. Intentó poner un tono fuerte ve voz, pero parecía que seguía sonando preocupada. Se llevó una de sus manos a la boca y continuó igual de nerviosa.