[Seis: De encuentros inesperados.]

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» El alcohol le quita el estrés.


De todas las veces que lo había visto beber, esta era la primera que notaba el entusiasmo de su amigo para hacerlo.

—¡Ahg! Con una mierda. —Escupió entre dientes luego de ingerir todo el contenido de una lata de cerveza que terminó en el piso.

—Yah, ¿no vas a detenerte? —Preguntó frunciendo el ceño al ver como el más alto abría una lata nueva. Llevaba ya un six-pack completo, y, al parecer, iba por más.

—¿Te parece que quiero dejar de hacerlo, uh? —Respondió con otra pregunta. HoWon suspiró y desvió la mirada. Otra vez le tocaba ser la niñera de SungYeol, cosa que realmente odiaba cuando se trataba de borracheras.

—Tampoco me dirás qué pasó... —Recalcó manteniendo la mirada sobre las olas que se mecían suavemente sobre la arena.

—¡No necesitas saberlo, mierda! —Lanzó la lata hacia el frente, derramando el líquido. —Joder, joder. La vida es una mierda. —Murmuró al tomar otra lata.

—Sí, sí. —Tan sólo asintió echándose sobre la arena, doblando sus brazos detrás de su nuca y mirando al cielo. Hoya también tenía sus propios problemas, así que, ¿qué hacía ahí escuchando las estupideces de SungYeol? Realmente había que ser un buen amigo para quedarse incluso cuando el otro le jalaba los cabellos y le exigía explicaciones que era incapaz de darle.
Bufó débilmente y cerró los ojos, dejando que su amigo se intoxicara lentamente con el alcohol.

—Ya sabes...incluso si muero, definitivamente iré a esa boda. —Comentó mientras reía por los efectos del alcohol o porque la idea le parecía estúpida también a él.

—¿Estás loco? Tu padre te mataría. —Dijo mirando atentamente a su amigo, sinceramente preocupado por él.

—¿Y? De algo me voy a morir. —Se encogió de hombros dando la impresión de que realmente no le importaba mucho, a pesar de que él mejor que nadie sabía las consecuencias de llevarle la contra a su padre, el señor Lee.

—No quería decirlo, pero creo que esto ya no lo haces por la amistad que tienes con Key. —Volvió a sentarse mientras abrazaba sus rodillas. SungYeol asintió torpemente, dando un gran trago a la lata de cerveza.

¿Qué no lo hacía por Key? ¿Entonces...? "Por MyungSoo, estúpido" se respondió a sí mismo. Y sí, lo hacía porque la curiosidad de saber más acerca del pelinegro lo estaba llevando a ese punto, aunque esto ya no era simple curiosidad, sino que quería ser parte de su vida. Conocerlo, vaya. ¿Quién era ese chico al que su empleado le mostraba sus mejores sonrisas? ¿Qué significaba para él y por qué venía ahora?

—Bueno... —A partir de ese momento se quedaron en silencio, bebiendo y mirando al mar sentados sobre la fría arena que les recordaba la llegada del invierno.


» » »


—Es realmente bueno verte de nuevo, Yeollie. —Comentó Key alegremente, apretando suavemente el brazo de su amigo. SungYeol sonrió sinceramente apenado por lo que estaba a punto de contarle.

—Sí, yo también me alegro de verte, Kibum. —Le dijo en un suspiro. La taza de porcelana se mantenía entre sus manos, dándole calor que necesitaba gracias a que sus extremidades estaban frías de los nervios. ¿Cómo decirle algo tan hiriente? Se había tomado la libertad de invitarlo porque eran amigos. Maldijo a su padre internamente.

50 Cosas que sé sobre MyungSoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora