Se sentía mal. Sentía que había huido dejando todos sus problemas en Corea, sin embargo, al mismo tiempo se sentía como nuevo. ¿Cuál era el problema en querer empezar de cero? No le veía ninguno, hasta que el nombre de aquel chico atravesó por su mente.
Kim MyungSoo.
No era precisamente un problema, pero sí el causante de muchos de ellos. WooHyun lo sabía. Sabía todo lo que su amigo sentía por él y aún así se marchaba a San Francisco, viendo sus ojos llorosos y la forma en que intentaba curvar una sonrisa para no romper en llanto. También quería llorar. Suplicar perdón de rodillas y redimirse de sus errores hacia el pelinegro, pero sabía que de esa forma sólo lo lastimaría más.
Lo mejor era desaparecer de su vida para siempre.
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Llevaba ya cerca de dos meses en aquella sucursal en San Francisco y su vida seguía siendo la misma. Trataba de mantenerse ocupado en el trabajo para no pensar en nada más, pero así sólo adelantaba y conseguía tiempo libre cuando no lo quería. En resumen, podía decirse que era un desastre andante. Su único apoyo era Kim SungKyu, aquel chico que había conocido algunos meses antes de dejar Corea, aunque no le había confesado sus razones para dejar Corea.
Recibía constantes llamadas de MyungSoo y DongWoo, así que había decidido cambiar de número, aunque a la siguiente semana recibió una carta. Admiraba el coraje de su amigo, pero prefería que se olvidara de él y conociera a alguien más, alguien que sí correspondiera sus sentimientos.
—WooHyun, te presento a KiBum. Oh... Él también viene de una sucursal de Corea, así que apuesto que se llevaran bien. —Los presentó un compañero. WooHyun miró al menor y éste le sonrió amablemente, sin querer parecer pesado como muchos creían que era.
Aunque su encuentro fue insignificante en un mundo tan atareado como este, en el mundo de esos chicos, ese fue el encuentro más grande de sus vidas.
—Un placer. —Dijo inclinando apenas la cabeza como saludo.
—No seas tan cortes, WooHyun. Nice to meet you. —KiBum se presentó con una sonrisa, pero Nam no reaccionó a eso, al menos no en ese momento.
KiBum sentía curiosidad por la oscura vida que parecía llevar su nuevo compañero, pues no lo veía sonreír ni porque hiciera el ridículo frente a él. Al principio había sido difícil acercarse a él, pero con el tiempo lo logró, haciendo incluso que Nam llegara a considerarlo un amigo.
Para su pesar, sus sentimientos crecieron más allá de una simple amistad, pero no se animó a decirle nada porque tenía miedo de ser rechazado. Antes no le hubiese importado declararse a alguien que le gustara, pero esta vez era diferente. WooHyun era diferente.
¿Qué tan doloroso sería ser rechazado? Sólo tenían cuatro meses de conocerse, pero sentía que lo conocía de toda una vida. Aunque ahora lo veía sonreír y reírse de cualquier cosa, temía confesar sus sentimientos y perder su amistad, haciendo que volviera a ser el oscuro WooHyun que era antes. Y es que no sabía casi nada de su pasado, por mucha confianza que se tuvieran, Nam prefería no tocar ese tema y KiBum lo respetaba.
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50 Cosas que sé sobre MyungSoo.
FanfictionSé que es un poco torpe y necio. Puede llegar a lastimarse a sí mismo guardándose las cosas con tal de no hacer daño a los demás, y eso lo vi el día de la boda... El mismo día en que su corazón se hizo pedazos delante de mucha gente que ni siquiera...