[Diez: De razones para llorar y razones para ser feliz.]

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»Oculta su dolor, pero sus ojos lo delatan.




Después de haberse encontrado con MyungSoo, su vida no volvió a ser la misma. Bueno, en realidad su vida siguió igual, sus pensamientos no.

SungKyu podía jurar que había algo malo con WooHyun si se había atrevido a huir de semejante criatura, aunque respetaba su decisión de casarse, era imposible creer que había rechazado a alguien como MyungSoo. Sin embargo, le otorgaba el beneficio de la duda a su amigo, pues no conocía tanto al pelinegro como le gustaría, porque sí, quería conocerlo mejor. Aquella platica hace unos días no había sido nada reveladora. Necesitaba verlo de nuevo.

—¿Vas a hacer tu trabajo o te la pasaras en las nubes otra vez? —Lo regañó su jefe, sacándolo brutalmente de sus pensamientos.

—Lo siento. —Se inclinó una sola vez, terminando de limpiar la mesa que tenía migajas y marcas de las malteadas que habían estado ahí.


Había pasado una semana desde su primer encuentro con el menor, y a pesar de que quería verlo de nuevo, no tenía su número ni sabía su dirección. Preguntarle a WooHyun no era una opción porque no sabía que se habían reunido, de hacerlo, Gyu se creía muerto. La única forma que tenían de verse era si MyungSoo iba a la cafetería, pero en ocho días no había ni rastro de él.

Esa tarde se vería con un productor para hablar de su siguiente single, y conociendo los mínimos detalles y lo exigentes que eran, estaría tan ocupado que tendría que pedir sus tres días de vacaciones adelantados para terminar la grabación y los arreglos lo más pronto posible.



∙ ∙ ∙ ∙




Miró por segunda vez aquella invitación, emitiendo un pesado suspiro para guardarla de nuevo entre los documentos que irían a la basura. Quería dejar de pensar en eso, en serio que quería, pero, ¿cómo?


Aunque todas sus esperanzas estaban rotas en miles de pedazos, su corazón seguía teniendo presente el recuerdo de WooHyun. No había forma de odiarlo incluso si esos tres años lo ignoró conscientemente. Por el contrario, sentía que lo hizo pasar un mal rato haciéndolo pensar en él. De alguna forma, el mismo MyungSoo había estado bien gracias a Nam y las ilusiones que tenía de volver a verlo; era un lindo recuerdo, pero para WooHyun él era una pesadilla en la que no quería pensar.


Así eran las cosas y eso lo atormentaba.


Una vez más, su mirada reparó en el sobre color crema, y sin pensarlo dos veces, lo tomó y volvió dejó sobre la mesa antes de levantarse e ir al cuarto de baño a darse una ducha.



∙ ∙ ∙ ∙



Estaba hecho. Su padre creía que iría a un viaje de negocios por tres días, pero en su lugar estaría en la boda de KiBum. Podría darle respuesta a todas sus dudas y pasar tiempo con su empleado y mejor amigo.

50 Cosas que sé sobre MyungSoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora