Nacer, reír, bromear, morir.

Encantamientos, empiezan los problemas. 1ª parte

Me despierto y miro la habitación, todas mis compañeras siguen dormidas pero yo no soporto los lugares cerrados. No es que sea claustrofóbica ni nada de eso, simplemente me pongo a pensar en que pasaría si hubiera un terremoto, o en si los cimientos del lugar están bien construidos, o en que material utilizaron para construir las paredes, o… bueno, creo que te haces una idea. Como sea, es lunes, ya pasó una semana desde la selección y las cosas están bastante tensas.

 Me visto y salgo de la habitación, es muy temprano como para despertar a mis compañeras de cuarto, volveré más cerca de la hora del desayuno.

  –¡Hey, Parker! –No giro la cabeza mientras cruzo la sala común, solo hay una persona tan loca como para despertarse antes que yo.

  –¿Qué quieres, Winters?

  –Caminar contigo, si no es mucha molestia. –Responde él mientras se detiene en frente de mi ¿Cómo es que se mueve tan rápido?

  –Como quieras  –Trato de sonar fría, pero no puedo evitar sonreír, Winters está en tercero, pero desde que llegué se comporta como si fuéramos al mismo año, ya, tal vez tiene que ver con que es una de las pocas personas en Slytherin que no es sangrepura (somos cinco o seis quienes lo decimos, no estoy segura de cuantos no lo hacen), pero es un tanto extraño.

  –Entonces…  –Me mira de manera extraña, como si no estuviera seguro de lo que va a decir  –¿Piensas decirme en algún momento por qué Malfoy y tu se llevan bien?

  –Dylan, ya sabes que no puedo decirtelo  –El me mira impresionado. –¿Qué te sucede?

  –Me llamaste Dylan, no llamas a nadie por su nombre, al menos a nadie de Slytherin.

  –Porque la mayoria de ellos me molesta.

  –¿Y yo no?

  –Me caes ligeramente mejor que el resto de las personas.

  Él soltó una carcajada antes de mirarme divertido.

  –¿Qué pasa?

  –Nada  –respondió, aun conteniendo la risa. –solo que empiezo a dudar de que seas del todo humana.

  –¿De qué hablas?

  –De la manera en la que hablas, caminas, incluso cuando sonries o haces muecas te vez diferente a las demás personas, como si conocieras más del mundo que ellos, o como si te divirtiera la manera en que todos se quedan mirándote, tratando de seguir el hilo de tus palabras y darse cuenta del porque esas cosas te llaman la atención. Apenas pasó una semana y todos en Sly ya olvidaron que eres hija de muggles, simplemente, no es normal.

 Me encojo de hombros, no estoy segura de cómo responder a eso. El sonrie y sigue caminando, con un suspiro, camino detrás de él. No entiendo a las personas, nunca las entenderé.

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 –¡¡¡Melody!!! –la aludida salta de su cama y se pone de pie con muy poca habilidad. Termina sentada en el suelo. –¡Son las ocho! Dijiste que nos despertarías.

 Ella me mira como si estuviera loca.

 –¿Cuándo dije eso?

 –Ayer, después de cenar –Le responde Emily, mientras peina su cabello.

 –¿Y esperabas que cumpliera? Sabes que no tengo memoria ni para los nombres.

 Suspiro, yo ya estoy vestida.