Nacer, reír, bromear, morir.

París

 En este instante necesito que te olvides de todos los personajes. Ellos no nos importan, importarán luego, pero primero necesitamos volver dos generaciones en el tiempo.

 Estamos en París.

 Es invierno y está nevando.

 Entonces la veo.

 No voy a decirte que me enamoré de su sonrisa, de sus ojos ni nada de eso, porque yo ya había visto demasiadas mujeres hermosas (y hermosas de verdad, la clase de chica que ningún hombre merece) y hacía tiempo que habian dejado de impresionarme.

 Tampoco me enamoré de la manera en que se sonrojó cuando le dije que era hermosa. Eso sería una mentira tremendamente cursi.

 Me enamore de ella, de la manera en que se movía, de la manera en que hablaba, pero sobre todo de la manera en que me miró. Esa mirada cargada de vida y de alegría, esa mirada que no cambió en lo más mínimo cuando vio mis colmillos. Esa mirada que siguió siendo alegre cuando, mientras le mordía el cuello, ahora adornado con el collar que por alguna razón le había comprado, me dijo "¿Tanto miedo tienes del amor?"

 Nunca supe por qué la dejé viva, la vi crecer y morir, vi crecer a su hijo (que ya tenía un año cuando yo la había conocido) y lo vi enamorarse y casarse, cuando tuvo una hija, le di el collar y me fui, porque supe al instante que sería igual a ella. También la vi crecer, tu conces solo un pedazo de su vida, pero yo lo se todo sobre ella. Y te aseguro que nunca llegarás a conocerla tan bien como yo. Tienes permiso de intentarlo

 Ya van a escuchar más de este personaje. Tienen permitido dedicarme su odio en los comentarios, soy una mala persona :D

Lena