Energía

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Antes de que me de cuenta, Malfoy está arrodillado junto a Selena Elizabeth, murmurando y apuntándola con su varita, estoy seguro de que mi padre o McGonnagall deberían ayudar pero estan parados en su lugar, cuando trato de caminar hacía ellos me doy cuenta de por qué, cada movimiento envía choques eléctricos a lo largo de mi cuerpo.

 —¿Qué...— Tratar de hablar duele más incluso que tratar de moverme ¿Qué está pasando?

 "Esta liberando su energía sobrante, el exceso de magia, para poder controlar su nuevo poder"

 La voz de Malfoy resuena a lo largo de la sala, aunque él está arrodillado, murmurando y ahora tambaleándose adelante y atrás ¿Cómo es qué no le duele?

 "Soy su pavarati, es decir, sus poderes no me afectan de la misma manera"

 Los ojos de mi padre se agrandan un poco al escuchar esto, no entiendo por qué, pero prefiero no preguntar, tengo la sensación de que solo va a confundirme más

 "Chico listo"

 La voz mental del rubiecito está cargada de sarcasmo

 "Puedo oirte llamarme rubiecito, Jimmy"

                                                                  * _ * _ * _ * _ *

 —Segunda vez en un día en la enfermería, debe ser una especie de record.

 —El record es cuatro veces, señor Potter, lo marcó su abuelo, y si no le molesta, preferiría que dejara de jugar y me dejara revisar a la señorita Parker.

 —Lo siento— Me alejo, un tanto ruborizado y miro a Malfoy.— ¿Qué fue todo eso?

 —Nada que necesites saber— Alguien pasa por mi lado, esquivándome mientras habla.

 —¿Draco? ¿Qué haces tu aquí?— Mi padre parece de verdad impresionado.

 —Vengo a ver que mi hijo esté bien y, legalmente a petición de sus padres, soy el tutor de Selena en los problemas mágicos.— Se da vuelta hacia ellos, Malfoy hijo está sentado con los pies sobre su silla, abrazándose las rodillas  mientras que Selena Elizabeth está sentada en la cama, con los pies colgando a un lado— ¿Us tedes dos estan bien?

 —Si, señor Malfoy, no es nada, en serio— Elizabeth no parece muy contenta con que el esté aquí.

 —Bueno, me alegro por eso, pero lamento traerte malas noticias, Lizie— Ella levanta la cabeza, asustada.

 —¿Malas noticias?

 —A tu hermano y a tu padre les dispararon, están en el hospital muggle, en cuidados intensivos.

 —¿No puedo tener un solo día sin tener que preocuparme?— Ella parece al borde de las lagrimas, por algo en su voz que me hace pensar que en verdad está acostumbrada a estas cosas, da un poco de lastima, en realidad.

Nacer, reír, bromear, morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora