Sueños, parte 2

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-Mikah, tengo sueño.

-Dormí, no vamos a conseguir nada más hoy.

Mi nombre es Maya, que se pronuncia Maia y soy una Vidente del Futuro, mi hermano es Mikah, que se pronuncia Maikah haciendo un ruido sordo en la hache y es un Vidente del Pasado. Somos huérfanos y nuestros nombres son lo único que tenemos y que no hayamos robado. Estoy quedándome dormida.

Tengo catorce y estoy sentada. Veo unos ojos bicolores, uno dorado y otro plateado rodeados de pelo marrón oscuro. A su lado hay unos ojos dorados como oro líquido con mechones de cabello chocolate cubriéndolos  y junto a éstos unos ojos de color mercurio con un solo mechón rubio-rojizo, le siguen unos ojos de un gris turbio enmarcados por cabellos tan rubios que parece blancos y justo después… Un espejo, pero no veo mi reflejo sino unos ojos grandes y furiosos, color ámbar, con cabello de plata enmarcándolos.

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Veo luz, colores brillantes, manchas de humo, serpientes de brillo y estrellas de oscuridad. Estoy en una cueva de viento, parada en un cuadrado de césped creciendo en medio del aire.

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Hay un funeral, la gente está vestida de negro y llevan flores, forman una fila para dejarlas en el ataúd, pero no hay ataúd sino un trono de árboles resecos y mariposas muertas. Sobre el está una chica a la qué no le veo la cara. Las personas que dejan flores desaparecen al instante y un nombre se graba en las ramas del trono.

 

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Estoy en un palacio de hielo, un muchacho se sienta en un trono de escarcha y cristal, hay una espada ensangrentada en sus piernas y el ríe y grita nombres. Apenas habla figuras de vapor aparecen y la sangre empieza a correr de la espada, formando ríos y cascadas, la sangre late como si fluyera por venas y arterías y empieza a inundar el lugar. El muchacho sigue gritando nombres, incluso cuando la sangre le tapa la boca y la nariz.

 

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Otro trono, esta vez de acero negro, otra chica, pero ella no parece querer estar allí. Su corazón está en sus manos, todavía latiendo y su pecho sangra por el agujero por el que se lo arrancó. Tiene una cadena en la cintura, una en los hombros y una en la cabeza, así que no puede moverse. Las cadenas la queman donde la tocan, pero ella no emite ningún sonido. Está muerta en vida.

 

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Un chico, su trono es de oro y el está sentado allí, como si todo fuera perfecto. Hay hilos que van desde su cabeza, sus manos y sus pies hasta algún punto del techo, pero no puedo mirar hacia arriba. El mira la pared que tiene enfrente, y esta vez sí puedo ver lo que mira. Desearía no poder. Es una cabeza decapitada, era un muchacho de piel olivácea, cabello negro y ojos grises, pero ahora sus ojos están muertos, su cabello tiene sangre y su piel se transparenta hasta que puedo ver el rojo de los músculos de su cara.

 

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Un quinto trono, está hecho de agua y no hay nadie sentado en él. Mis pies se mueven solos y llego hasta allí, me siento sin poder controlar mis movimientos y un cayado aparece en mis rodillas. Lo toco y cientos de formas empiezan a aparecer, tantas que no puedo hacer nada cuando el suelo empieza a resquebrajarse. Escucho una voz.

"Vennn a mi, dejame connntrolarte. Te daré todo lo que annnnsias ennnn este mundo"

Me escucho a mi misma gritar "¡NO!" un segundo antes de que el trono se disuelva y yo caiga al vacío.

 

 

Despierto gritando y sintiendo que caigo, mi hermano me mira y yo niego con la cabeza, no quiero contarle nada.  No ahora qué se que el, con sus ojos grises y su voz escalofriante, estuvo en el sueño.

                                                          * _ * _ * _ * _ *

Jeremiah se sienta enfrente de mí, con sus dos dobles cuartos de libra, sus papas grandes y su gaseosa grande apoyadas enfrente de él, yo solo tengo una ensalada y un Mc Pollo. A diferencia del vampiro enfrente de mí, yo no como carne roja.

-¿Estás bien? Se que fue difícil ver a tu hermano…

-Fue difícil verlo drogado y alucinando cuando tenía quince- Le espeto- Puedo soportar verlo herido. Puedo curar las heridas del cuerpo, no las de su mente.

-Lo siento.

-¿Por qué exactamente?

-Por ser un idiota y pedirle a tu padre que te pusiera ese collar, por obligarte a vivir para conservar los ojos de alguien que murió odiándome, por arrastrar a tu hermano a las drogas, por…

-Ya entendí- Lo interrumpo, no quiero escuchar nada más- Fuiste un imbécil, un idiota y un cabeza dura toda tu vida. No vas a cambiar nada en un día.

-Yo sabía que Viktoria era peligrosa y aún así le hablé de él.

-Idiota.

-Se suponía que te mantuviera a salvo, que vigilara que llegaras a la edad necesaria sana mental y físicamente, pero todo lo que hice…

-Fue una estupidez, si me trajiste solo para soltarme todos lo errores de tu vida entonces me voy.

 Tomo mi campera y me voy sin haber probado bocado, Jeremiah no me detiene y empieza a preocuparme que a nadie le importe si me voy. Bien podría huir a China y no se enterarían.

                                                          * _ * _ * _ * _ *

Hola otra vez, mi nombre es Jeremiah y acabo de hacer que la actual Vidente del Presente me odie. De nuevo.

Como dije, la conozco mejor que nadie, después de todo, esta destinada a enamorarse de mi cada vez que reviva, no importa si es hombre o mujer, la época o siquiera si le agrado. Es parte de ser quién es.

Nacer, reír, bromear, morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora