Más "coincidencias"

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 El día podría haber seguido bien ¿No es verdad? Podría habernos ido bien en todas las clases y llegar sanos y salvos a la hora de la cena. Pero el universo parece desear que no tenga más de cinco o seis días sin estar cerca de la muerte (Y, si, la selección cuenta como estar cerca de la muerte para mi) así que las cosas salieron de mal en peor.

 Primero fue la clase de Historia de la Magia, donde Albus logró que el profesor lo confundiera con Potters de al menos cinco generaciones y a mi me dijera Lucius, Draco y cualquier otro nombre de Malfoy menos el mío. A todos los Ravenclaw les pareció graciosisimo, pero el profesor se enojó tanto cuando se dió cuenta que nos mandó a la oficina de la directora.  Después fué la hora de Transformaciones, que da un hombre más viejo qué Binns y en la que tanto Al como yo hicimos explotar nuestros pupitres. De nuevo fuimos a la oficina de la directora.  Por último vino la hora de Cuidado de las Criaturas Mágicas, todo iba bien hasta qué...

 —¡¡¡Arañaaas!!!. — Albus gritó como una niña pequeña.  

—Calma, son solo Acromántulas, no hay de qué pre... — Las arañas gigantes estaban saliendo del bosque, había cientos, algunas eran del tamaño de un perro pequeño, pero la mayoría eran del tamaño de un auto mediano. Eso no me habría molestado si las arañas no hubieran estado huyendo de algo.

 Preferiría no haberme quedado a averiguar qué era, porqué justo en ese momento una chica salió de entre los arboles, directamente de los arboles, la seguían otras como ella y algunas qué eran de viento, literalmente. Lo peor es qué yo sabía por qué estaban allí, pero se suponía que no podían entrar. Aterrado, me giré hacia el lago, con la ligera esperanza de no ver... Si, allí estaban, espíritus del agua. Entre todos (árboles, vientos, y aguas) apenas había una veintena, pero estaban furiosas y eran poderosas. Como cualquier persona con dos dedos de frente y un ojo, todos los Ravenclaw echámos a correr por nuestras vidas.   

                                                       * _ * _ * _ * _*

 —¿Esta sucediennndo?.

 —V-va de acuerdo al plan, pero aún asi...

 —Tiene que funnncionnnar, solo ella puede ayudarme y liberarte a ti, Eriol, es la únnnica mannnera de que todo este sufrimiento sirva.

 —Eso lo entiendo, es solo que... Solo que...  

—¿Qué? ¿Te sientes mal por complicarle las cosas? ¿O acaso su aura ye te está afectando a ti también? — La burla en su voz es demasiado obvia — Te recuerdo que prometiste servirme hasta que me liberaran, así como sirvieron tu padre, tu abuelo y todos los primogénitos de tu familia. Deciendes de casta de Merlín, de su único hijo, qué engendro mediante la magia de su último aliento en una nayade, eres el que recibió sus poderes. Es tu deber estar aquí...

 —Hasta que seamos liberados o yo muera, ya lo sé. Viví toda mi vida sabiendo que este era mi destino. Solo quería decir qué ella es una Slytherin, sería más inteligente atacarla directamente.  

—Es demasiado obvio qué eres muy débil como para hacerle daño.  Suspiro y miro el agua, donde se proyecta su imagen ¿Cómo es posible qué sea tan debil y tan fuerte al mismo tiempo?

                                                         * _ * _ * _ * _ *  

 Ahora estoy, de nuevo, en la oficina de la directora, pero al menos no es por hacer nada malo esta vez.

 —¿Alguien puede explicarme por qué hay náyades y dríadas furiosas en los jardines? —Selena, Albus, Rose y yo nos damos vuelta al oír la voz de Harry Potter, qué hasta ahora solo había escuchado. — ¿Y qué tienen qué ver Albus y Rose en esto, Minerva?   

—Ellos están aquí porque las dríadas y náyades se concentraron en los lugares en los qué estaban ellos, Harry, lo qué nos hace creer qué tienen algo qué ver en esto.

 —No tiene nada qué ver con ellos, profesora, es por mi culpa. — La voz de Liz suena un tanto extraña, casi triste. — O de mi bisabuela y mi abuela, como prefiera verlo.

 —¿De qué hablas, Lena? — Rose suena realmente preocupada.

 —Mi bisabuea era un espíritu del viento —Mientra habla saca su collar, donde hay dos piedras colgando. — Ella renunció a su inmortalidad y sus poderes para estar con mi bisabuelo — Señala la piedra blanca. — Guardó aquí todos sus poderes. Luego su hijo, mi abuelo, se enamoró de una náyade, un espíritu del agua, que prefirió renunciar a su inmortalidad qué verlo morir. —Hay un deje de tristeza en su mirada. — Guardó sus poderes en la otra piedra, la celeste, y se las dio a mi madre para qué las guardara, ella me las dio a mi porqu dijo qué me servirían. Creo que tiene algo qué ver con esto.

Hola de nuevo, les dejo los links de mi Twitter y mi Tumblr por si quieren enterarse de avances de capítulos, o saber cosas que por ahí no van a aparecer en la historia principal:

Twitter: https://twitter.com/SelenaBlack36

Tumblr: http://selenablack36.tumblr.com/

 Gracias por seguir leyendo.

 Lena

Nacer, reír, bromear, morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora