3: La caseta

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La noche se había tornado oscura y empezaba a llover como si un diluvio estuviera por llegar. Stiles se quedó atontado mirando de un lado a otro el limpiaparabrisas, le seguía con la mirada persiguiendo dicho movimiento. Era casi placentero, poderse relajarse dentro de ese coche lleno de tensión.

Derek por su parte había conducido por las afueras de la ciudad hasta que los cazadores perdieron su pista. Ahora, se había adentrado con su coche por los oscuros bosques y Stiles, tenía  miedo de matarse mientras cruzaban los árboles a toda prisa pero Derek parecía conocerlo a la perfección.

Cuando Derek paró el coche, Stiles lo notó porque el limpiaparabrisas paró, no por la acción del coche detenerse. Miró de un lado a otro y con la luz apagada de los focos apenas podían ver donde estaban. Notó la respiración de Derek a su lado pero no dijo nada.

–Baja, tenemos que pensar que haremos –Derek abrió la puerta y el viento entro hasta el coche junto con gotas de lluvia.

Stiles suspiró y se abrazó a sí mismo a causa del frío. Tardó en bajarse del coche, así que Derek le amenazó sin decir nada con seguir sin él. Lo supo, porque cuando salió ya había comenzado andar entre la oscuridad de los árboles. Stiles aceleró el paso y se puso a su lado, pero apenas veía nada.

–Más despacio, no puedo ver en la oscuridad como tú –le recordo sin dejar de abrazarse a si mismo.

La lluvia caía con furia sobre ellos y la camiseta de Derek estaba ya empapada, y, la chaqueta de Stiles igual. A veces tenía que apartarse el agua con la manga para poder ver. Su cuerpo comenzó a tiritar, no sabía porqué, quizás a causa del agua, quizás a causa del trauma, quizás a causa de que no había comido nada en dos días.

–No tenemos tiempo para descansar, ahora vienen también a por ti –le agarró del brazo y sin apretar demasiado le guió entre la oscuridad y los arboles.

Lo hizo casi con cariño, con delicadeza y Stiles quizo decirle que no se iba a romper, que no era una figura de porcelana que en cualquier momento se haría pedazos. Era fuerte, quizás no tanto como él, pero podía soportar eso, al menos hasta que terminara y su amigo fuera vengado. Pero no, no dijo nada, simplemente intentó no tiritar y andar lo más rápido que pudo para demostrar esa fuerza. En algunos momentos fue ridículo, ya que sus pies se quedaban enterrados en el lodo o se enredaba con las ramas. En más de una ocasión Derek tuvo que tirar de él.

–¿A donde vamos? –preguntó Stiles en un intento de no tiritar tanto.

Derek ni le miró, simplemente siguió mirando hacia delante.

–A un lugar seguro, un sitio secreto –dijo con tono enigmático.

Stiles sintió ganas de reírse, ¿Derek tenía un lugar secreto? Era gracioso, sería algo bajo tierra como un túnel lleno de tuberías chorreantes de agua. Lúgubre, seguro.

–Al menos dime cuanto queda –dijo cansino.

Derek siguió más rápido aun.

–Cuando lleguemos lo sabrás.

Y así fue. Cuando llegaron, a Stiles no le quedó duda que era ahí, aunque no era un sitio con tuberias ni cosas oxidada, simplemente era una pequeña caseta, no más grande que para guardas las herramientas y el cortacésped, pero era una caseta. La madera estaba carcomida por el tiempo pero parecía fuerte.

Derek abrió la puerta y se aseguró de que nadie les buscara, mirando hacia atrás. Cuando lo comprobó, cerró la puerta tras ellos y entonces se hizo la oscuridad. A pesar de que la madera tenía zonas donde estaba rota y por donde entraba agua, dentro de la caseta no se veía nada.

Solos [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora