Solos [Sterek]

Epílogo

La taza humeante de café sobre la mesa inundaba con su olor cada rincón de ese loft. Ese mismo que habían decorado con tantas discusiones, porque claro, Stiles no quería ponerlo todo lleno de colores oscuros y con una cama tirada en el suelo.

–Esto no es la Baticueva –dijo en su momento Stiles, con el dedo acusador y Derek se había reído días después cuando Stiles apareció con una camiseta de Batman dos tallas más pequeña de la que Derek usaba. No se había olvidado de la talla, lo había hecho aposta, ambos lo sabían, todo el mundo habría hecho lo mismo si su novio era como Derek.

Ahora era un loft de lo más familiar. Habían conseguido compactar el estilo oscuro de Derek con el vitalista de Stiles en una gama de colores negros, cremas y rojos que dejaron a los dos satisfechos. El loft tenía dos plantas, no era excesivamente grande pero no necesitaba más.

Los estudios eran ahora el principal centro atención de Stile. Stiles había terminado el año, no sabía ni como ni porque, pero había vuelto para los finales y había conseguido aprobar. Entonces fue cuando tuvo que afrontar todo, el tiempo que había estado fuera, el hecho de decirle a Melissa que su hijo no volvería y explicarle a su padre que abandonaba la ciudad para no volver más que por navidad. Esa ciudad era todo lo que él quería olvidar, sus mejores y sus peores momentos, pero como siempre el dolor puede más. Sabía que vería a Erica en cada chica rubia con minifalda que pasara por la calle del instituto, que recordaría a Boyd cada vez que viera la pista de hielo o a Isaac cuando viera a un perro perdido sin una familia. A Scott le vería siempre en cualquier lugar al que fuera.

Derek no se preocupaba tanto por el dinero, puesto que vivían de la cierta riqueza que su familia había dejado, pero igual, sabía que tenía que hacer algo cono un humano promedio.

Ahora vivían en Massachusetts, en una ciudad que guardaba muchísimas leyendas de las cuales desconocían existencia actual, más que en cuentos viejos.

Salem. Ese era el nombre de la ciudad.

A Stiles le había hecho gracia vivir ahí, con el montón de leyendas viejas que conocía sobre esa ciudad pensó que no podía haber mejor sitio para rehacer sus vidas que en un nuevo paraíso lleno de viejos cuentos y rodeado de una cultura bastante atractiva, pese que la ciudad era hermosa también. Pero estaba tan equivocado Stiles al creer que todo eran simples cuentos.

Aquella ciudad tenía algo que nunca habían visto en Beacon Hills ¡Y mira que habían visto tremendas cosas en Beacon Hills!

Allí habitaba algo que dos lobos como ellos no veían venir.