7: El despertad de un nuevo beta

7.7K 790 31
                                    

Derek miraba el cuerpo sin vida de Stiles en la cama de aquella caseta abandonada. Llevaba así demasiado tiempo, no podía ser bueno. Derek sabía que la herida era profunda y que un hombre lobo se habría curado, ¿Pero y si había llegado demasiado tarde? Agarraba su mano con suavidad, estaba fría, pero en aquel lugar todo estaba frío. La oscuridad, la humedad, el frío que le calaba los huesos a pesar de ser un lobo, todo parecía ser el presagio de que algo peor estaba aconteciendo.

–Vamos... –murmuró por lo bajo, observando el pálido rostro de Stiles.

Sabía que estaba aún vivo, podía verle respirar, pero con dificultad. Su cuerpo se debatía entre sobrevivir como hombre lobo o morir como humano. Quizás era Stiles el que luchaba para morir como humano, ¿Le odiaría?, Sinceramente le daba igual, nunca había sido egoísta, siempre había pensado de forma racional y ahora nadie le iba a impedir serlo por primera vez. Quería, no, no le quería, le necesitaba. ¿Quizás las dos?, Derek aun no lo sabía y la imagen de ellos besándose le perturbaba la cabeza, le era difícil aceptarlo pero sabía que deseaba que se despertara y le volviera a besar, ya que eso significaría que volvería a verle un día más con sus típicas estupideces.

Derek había salido tan rápido como Stiles se desmayó fuera de esa casa. Le metió en la que ahora era su casa y le arropó con todo lo que encontró, incluso con su propia ropa. Derek no podía negar tener algo de frió, pero eso no era importante aunque ya no sabía si tiritaba de miedo, ansiedad o frío.

El alfa intentó hacer recuento de la gente que conocía, de la gente con la que podía contar, pero ya no quedaba nadie. Stiles era su persona ahora, su persona especial y en la que confiar, así que si se iba, Derek no sabría que hacer. Había pensado en huir, pero bien sabía que nunca lo haría, lo más posible sería que la ira le llevara a actuar de manera insensata y entrar a lo suicida en la base de los Argents, para llevarse consigo a todos los que pudiera antes de que le mataran.

Se tumbó en la cama y abrazó el cuerpo de Stiles entre sus brazos. Se concentró en el latir de su corazón y sentía miedo de que cada latido fuera el último. Pero no, a cada latido le seguía otro y otro más haciendo una canción rítmica que fue relajando a Derek. Apoyó su cabeza en el hombro del adolescente y no supo por cuanto tiempo estuvo así. Soñó con su vida antes de que su casa fuera quemada, era un adolescente con muchos problemas, quizás ese hombre si hubiera aceptado a Stiles a la primera, quizás ese hombre le habría salvado de aquella muerte. Pero él no era aquel hombre.

Se despertó al notar el brazo de Stiles moverse. Se incorporó en la cama y miró la cara aún ausente de Stiles. Bajó la vista desilusionado, lo había imaginado, sus ganas de que aquello no acabara como parecía que iba a terminar, le habían traicionado.

–Eres un lobo pesado en todos los sentidos, me duele el hombro –se quejó levemente Stiles, aún con los ojos cerrados.

Derek elevó la mirada al instante que escucho la voz. de Stiles Abrió la boca enseñando su perfecta dentadura en una sonrisa de sorpresa y miro a Stiles. Su cara aun estaba pálida, pero había hablado ¿O lo había imaginado? NO, no, había hablado. Estaba seguro.

– Stiles?–pregunto con tono inseguro, miedo de a que todo fuera su imaginación.

Stiles abrió los ojos. Estos habían cogido el carácter ambarino de los hombres lobos y relucía en la oscuridad de la caseta. Derek sintió un choque de emociones; Una increíble felicidad, por tenerle de vuelta. Miedo, por lo que Stiles pensara de aquello. Orgullo, un estúpido orgullo de Alfa al ver a su Beta despertar a una nueva vida. Odio, a sí mismo, por sentirse bien habiendo cambiado la vida de Stiles sin preguntarle. Derek sabía todo lo que suponía aquello, era una vida aferrada a la luna, a las noches de caza, a las carreras por el bosque, a los cazadores. No era la vida que Derek quería para Stiles, él quería que fuera a la universidad y se alejara de todo lo sobrenatural, pero cuando las opciones era esa vida o la muerte, la cosa cambiaba.

Solos [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora