Solos [Sterek]

4: El entrenamiento

Stiles fue el primero en despertarse de los dos. La luz de la mañana entrando por las rendijas abiertas de la rancia madera le despertaron. La lluvia había cesado, y por lo poco que podía ver el sol entraba, así que sería un día soleado.

Tardó más de lo esperado en darse cuenta de que Derek estaba abrazado a su espalda y con una respiración lenta pero honda. Estaba dormido. Stiles no sabía con seguridad como habían llegado hasta ese punto. Recordaba haberse derrumbado, recordaba que Derek le había dado palmadas en la espalda mientras le decía que todo iría bien, pero ahora le abrazaba con fuerza. Era solo un adolescente asustado entre los brazos de un alfa y eso le hacía sentir bien.

Stiles era un ser especial, aunque muchos en el instituto dijeran que era un freak o simplemente un perdedor. Él no se movía por las leyes naturales del mundo, no ponía etiquetas, no discriminaba y siempre intentaba tratar a todo el mundo con aprecio y respeto. Por eso aquella situación, aunque le extrañó, tampoco le creó un dilema moral, estaba empezando a ver a Derek desde otro punto. De otra forma.

No se movió durante un rato, no quería despertarle y así aprovechaba para aclarar su cabeza sobre el tema de Derek, el de los cazadores y el de él mismo. Por un momento recordó a su padre e intento buscar su movil sin despertar a Derek. Le costo más de lo que esperaba y cuando al final lo consiguió, Derek se movió aturdido y abrazó más fuerte a Stiles contra su cuerpo. Stiles puso una de sus caras raras al notar su cuerpo tan apretado con el suyo pero luego sonrió y miró el movil.

Sesenta y cuatro llamadas pérdidas de su padre.

–Mierda –masculló entre dientes en un tono de voz débil.

Por muy bajo que lo hubiera dicho, Derek lo escuchó. Se hubiera despertado mucho antes si no fuera porque llevaba semanas sin dormir y Stiles le había dado lo que necesitaba, un poco de paz a pesar de toda la guerra que daba.

La cara de Derek cuando vio su posición y cómo abrazaba a Stiles fue la contraria al adolescente. En su cara se podía ver la confusión, la preocupación y la vergüenza a partes iguales. Le soltó rápido e intentando darle la menor importancia posible a la situación se levantó y se quedó sentado en la cama limpiándose los ojos de lagañas.

Stiles se giró y le miró, aunque Derek estaba de espaldas a él.

–Lo siento... te he despertado –dijo mordiéndose el labio y luego bajó la cabeza.

Derek negó con la cabeza para que no se preocupara. Aunque la verdad solo había escuchado la mitad de la frase ya que seguía confuso por la forma en la que se había despertado.

–Mi padre me ha llamado tantas veces, que seguro que la empresa telefónica le va a nombrar cliente del mes –movió el móvil en su mano –Al menos se que está bien, espero que esto termine pronto no quiero que desespere y se vuelva loco buscándome.

Stiles tenía en gran estima a su padre. Sabía que en el fondo era lo único que tenía. Él en otro tiempo había tenido más cosas, amigos como Scott pero ahora todos estaban bajo tierra y solo tenía a su padre... y a Derek tal vez.

–No te preocupes, para bien o para mal esto terminará rápido –su tono de voz fue seco y se levantó de la cama aun sin ser capaz de mirar a Stiles –Esta noche volverán a buscarnos, pero antes de que nos encuentren les encontraremos nosotros.

Derek dijo aquello con seguridad y empezó a buscar bajo las tablas de madera del suelo, agachando su cuerpo.

Stiles le miró raro al ver como quitaba parte del suelo de la casa. También notó que aún no le había mirado. Sabía que Derek no le veía más que como un adolescente molesto y esa noche se había abrazado a él porque le habría quizá con una jodida almohada.