En ese momento Alya se acercó a mí con una enorme sonrisa en la cara.
-No me creo que vaya a hacer el trabajo con Adrièn. ¡Pellízcame!- dijo Marinette completamente fuera de sí.
-De acuerdo.-respondió su amiga al mismo tiempo que le pellizcaba.
-¡¡¡AHHH!!! No tan fuerte.-añadió la dolorida adolescente.
-Venga, deja de quejarte y vayamos a tu casa. Tenemos que pensar qué ropa te pones y cómo llevas el pelo.-gritó Alya alegremente.
-¡Claro, vamos a ello!
Sin embargo una hora más tarde estaba tan nerviosa que no podía parar de temblar y Alya no podía peinarla correctamente.
-¡Marinette para quieta, no puedo ni cepillarte el pelo!-dijó su amiga algo impaciente.
- ¿Y si con esta ropa no voy bien?¿Y sí creo que visto de una manera ridícula? Se lo contará a su padre y nunca podré trabajar como diseñadora. ¡Mi vida se ha acabado!
-Chica, tienes que establecer prioridades en tu vida, pero observa ya he terminado con tu pelo, mírate en el espejo.
Al observar el espejo vio a una chica de tez pálida, de ojos azul celeste y con unas larguísimas pestañas que Alya había intensificado con rimmel negro. Su pelo, por lo general lacio y rebelde, lucía brillante en dos bonitas trenzas holandesas que resaltaban su rostro.
Alya había decidido que ir casual sería lo más apropiado, ya que sólo iban a hacer un trabajo. Escogió para ella una favorecedora blusa color champán combinada con unos shorts gris claro. Como aún era primavera le colocó una larga gabardina roja al más puro estilo parisino, que le aportaba algo de color al conjunto. Para rematar, decidió ponerle unas botas militares de piel con una gruesa suela para que su amiga ganase algo de altura.
-Estas preciosa Marinette. A Adrièn le vas a encantar.-le dijo Alya al llegar a la puerta de la enorme mansión de Adrièn.
-Eso espero.-añadió nerviosa la muchacha.
-No te pongas nerviosa. Mantén la cabeza alta y sonríe. Te va a adorar.
-Simplemente vamos a hacer un trabajo.-protestó Marinette.
-Sí, pero por fin verás la habitación de tu adorado Adrièn.-le susurró Alya en tono cómplice.
-¡Cierto, estoy preparada allá voy.-exclamó enérgicamente.
-¡Esa es mi chica! Mucha suerte Marinette.
Marinette se armó de valor y toco al timbre.
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El desenlace
FanfictionDos adolecentes, dos superhéroes, dos identidades ocultas. Un enorme peso bajo las máscaras de Ladybug y Chat Noir. Una única misión: defender París de las garras de Lepidóptero. ¿Entre todo eso puede haber tiempo para el amor? Un beso, un abrazo, u...