Ladybug

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 ¡Oh no! Chat Noir venía hacia mí para quitarme mi prodigio. ¿Qué debía hacer? No quería luchar contra él, pero tenía que hacerlo o Lepidóptero vencería. En el fondo no era Chat Noir quien venía hacia mí, sino Lepidóptero controlándole . Pero sabía que tenís que hacerlo para que mi compañero puediese volver a la normalidad. Sin embargo él no teníaun akuma, tenía la flecha que disparó Lepidóptero así que entonces, ¿como le devuelvía a la normalidad?

-Oh querida Ladybug, ¿devanándote los seso para conseguir salvar a tu gatito? ¡Qué tierna! Pero sabes, no lo conseguirás. La flecha que usado contra él tenía un akuma en encerrado en la punta y, aunque se resiste, Chat Noir hará todo lo que yo le diga.-añadió con tono malvado.

 Le miré desafiante pero  empecé a dudar de que puediese ganar, nunca podría hacer daño a ese gatito tonto de ojos verdes.

-Umm... Quizá podamos hacerlo más fácil.-dijo mientras en menos de un segundo subió a la Torre Eiffel y cogió a Chat Noir por el brazo izquierdo y sujetándolo levemente en la punta de la torre.- Bien, o me das tu prodigio u tu gato queda aplastado como una lata de sardinas.

 ¡¿Cómo ha hecho eso?! ¡Si en menos de un segundo ha recorrido unos cincuenta metros! ¿Será ese el superpoder de Lepidóptero? De todas formas entendí que no quiero conservar mi prodigio a costa de la vida de Chat Noir así que entre lágrimas decidí dárselo a Lepidóptero.

-Oh Ladybug así que te rindes. Muy bien dame tu prodigio.

-¡Eres un monstruo sin corazón! ¿Cómo sé que cuando te lo dé no dejarás caer a Chat Noir?-le pregunté ardiendo de rabia.

-Te prometo que no lo soltaré, lo dejaré intacto a tu lado.-responde él lleno de regocijo.

 Y entonces me desmoroné  Tengo ganas de llorar como una niña pequeña pero sabía que la vida de Chat estaba en juego. Lentamente me quitémis pendientes y sentí la habitual oleada de energía que me recorría todo el cuerpo al destransformarme. Cuando vuelví a ser la Marinette de siempre le lancé una mirada de odio profundo a Lepidóptero y le entregué mis pendientes.

-Vaya vaya, Marinette. ¿Una compañera de mi hijo es Ladybug?-preguntó sorprendido.

 ¿De su  hijo? ¿Quién es su hijo?

-Bueno tú has cumplido así que yo también lo haré.-dijo mientras dejó a un Chat Noir inconsciente a mi lado.-Como premio podrás ver quién es en realidad tu compañero.

Quitó el anillo de su mano y el lindo gatito se destransformó. Al acabar ví a mi adorado Adrién inconsciente.

-Oh, Adrién, mi propio hijo. Debo decir que no estoy sorprendido, lo sospechaba desde hace tiempo.-dijo al mismo tiempo que Adrièn intentaba levantarse. Me miró un momento con los ojos como platos y vi que entiende la situación: ahora nuestras identidades ya no son secretas.

¿¡Adrièn era Chat Noir!? ¡Cómo es posible, son completamente diferentes. Pero me paro a pensar y veo a dos chicos valientes, que siempre se preocupan por los demás y entonces sé que es verdad, Adrièn es Chat Noir.

-¿Padre?-susurró el chico dolorido.-¿Siempre has sido tú?¿Has intentado matarnos a Marinette y a mí?-preguntó prácticamente inconsciente. Tener a Lepidóptero en la mente no debe ser fácil.

-Adrièn, yo sabía quién eras casi desde el primer momento. ¿Te crees que no me daba cuenta de tus escapadas en pleno día?

-¡No te dabas cuenta de nada!-gritó enfadado.-¡Solo te preocupabas por mi horario y mis sesiones de fotos para tu marca, yo te daba igual!

-No tengo tiempo para discutir.-dino, y tan veloz como el rayo desapareció.

Adrièn y yo nos miramos unos segundos que parecen horas y nos fundimos en un abrazo.

El desenlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora