Cap. 20: "Abriendo el Corazón" Parte 2

768 84 22
                                    

El sábado llegó, y con éste el momento de entrar a la piscina. Blaine miraba con terror todo. No había una rampa para bajar, elevadores, ni soportes auxiliares para ayudarse de ninguna forma. Era lógico, después de todo no era una piscina especial para terapia.

Kurt se encontraba dentro ya, caminando alrededor del agua mientras hablaba para sí mismo cuando dio la vuelta y lo miró.

- Vas a entrar y nos quedaremos del lado menos profundo todo el tiempo.

- No puedo.

- Blaine...

- Ni siquiera hay un elevador, una rampa o una silla especial para introducirla en el agua. ¿Cómo se supone que voy a bajar?

- Recuerdo que me dijiste en una ocasión que querías una vida lo más normal posible. Bien, parte de eso es disfrutar de una piscina normal.

- Nadie dice que tengo que nadar. Puedo prescindir de esa experiencia.

- Amas hacerlo.

- Eso era antes.

Kurt salió del agua y se arrodilló frente al ojimiel, tomándolo de las manos. – No tienes nada a qué temerle. No te voy a dejar caer, hundir, golpear o cualquiera que sea tu preocupación. Voy a permanecer a tu lado todo el tiempo. Además, recuerda algo que es muy importante, el cuerpo en el agua flota debido a la densidad.

El problema es cuando una persona se altera, porque por toda la oscilación que provoca debido a la desesperación la hace volverse pesada y pierde el control, tragando agua en la mayoría de los casos, por lo que respirar se dificulta.

Pero eso ya lo sabes, eras un nadador experto. – Lo vio palidecer y estaba seguro que el recuerdo de aquella ocasión en el centro lo había invadido.

Blaine... Blaine... ¡Hey! Blaine! – Le apretó un poco las manos. – Esa vez estabas muy nervioso, por eso sucedieron de esa forma las cosas. Y es normal, sólo debes aprender a controlarte.

Recuerdo la primera vez que mi papá me llevó a una piscina para enseñarme a nadar. Me hundí varias veces y por supuesto que me asusté y no quise volver a saber nada de ningún lugar donde hubiese agua por un tiempo. Pero eso no me detuvo, y aquí estoy.

Vamos a trabajar en tu respiración, en cómo relajarte y mantenerte a flote. Sé que puedes hacerlo. Serán sólo unos minutos, si te sientes incómodo de alguna forma, saldremos. Pero no te rindas sin haberlo intentado. 

¿Confías en mí?

- Sabes que sí.

- ¿Entonces? ¿Qué te parece si empezamos con bajarte de la silla y sentarte en el borde de la piscina para que tus piernas se sumerjan? Me sentaré contigo hasta que estés listo.

- Bien.

Luego de unos minutos, los dos estaban sentados con sus piernas dentro del agua.

- ¿Quieres intentarlo? Sólo tienes que empujarte con tus brazos hasta la orilla y una vez ahí, te sueltas. – Kurt realizó el movimiento y se dejó caer, saliendo a los pocos segundos a la superficie. – ¿Ves? No es difícil. Además de que estaré aquí para atraparte.

- No me dejes hundir. – Rogó con voz baja.

- Prometo que no lo haré. Ahora muévete poco a poco hasta que llegues a la orilla. Cuando te sueltes, mis brazos estarán listos para agarrarte.

Un par de minutos transcurrieron hasta que Blaine empezó a moverse. El castaño notó que un par de lágrimas rodaron por el rostro del pelinegro y sintió una opresión en el pecho, pero al mismo tiempo admiró el valor que éste tenía.

Stronger Than YesterdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora