Cap. 27: "Así es el Destino"

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¿Listas y listos para el mar de emociones? Entonces, a leer... 

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Dos días habían transcurrido desde el incidente y Kurt estaba preocupado por lo terriblemente adolorido que se encontraba Blaine. Sentía tanta rabia contra su ex que sólo quería verlo para darle su merecido. Él no era un hombre violento, en lo absoluto, pero en este caso deseaba más que nada hacerle sentir lo mismo que ahora padecía el ojimiel.

¿Qué clase de persona golpea a alguien que está en una silla de ruedas?

Todavía no podía creer lo que había hecho, porque el hombre que alguna vez significó tanto para él y del que una vez estuvo enamorado jamás hubiese cometido tal barbarie. Aunque sabía que éste dejó de ser el mismo desde hace muchos años atrás, sin embargo, le resultaba inverosímil su accionar. Si bien es cierto que con el tiempo los seres humanos van cambiando, se supone que lo hacen para evolucionar, pero ese no parecía ser el caso de Kenneth.

Un lamento lo sacó de sus pensamientos y levantó de inmediato la cabeza para observar a su novio, quien estaba acostado en la cama y se había quedado dormido con el fuerte analgésico que le inyectó Nancy media horas atrás.

Blaine, su amado Blaine ni siquiera se había levantado de la cama en cuarenta y ocho horas, más que para ir al baño, porque el dolor físico que sentía lo tenía postrado, y todo por defenderlo.

- Tranquilo, trata de descansar. – Le acarició la frente y el nacimiento del cabello.

Otro quejido salió de sus labios. – Duele. – Murmuró con voz débil.

- Lo sé, pero ya te vas a sentir mejor. – Se inclinó hacia el frente desde la silla en donde estaba sentado y le besó con cuidado la mejilla inflamada.

- Dr. Hummel. – La enfermera de piel morena ingresó sigilosamente a la habitación, susurrando. – Debe descansar. Dentro de poco empieza su turno y va a estar agotado. Hoy tiene su horario cargado. El único momento libre que va a tener en todo el día es el que corresponde a la terapia de Blaine.

- No quiero dejarlo.

- No hay mucho que usted pueda hacer. Él lo que necesita es descanso.

- Pero si quiere agua, si le da hambre o cuando tenga que tomar su medicina o qué tal si...

- Para eso estoy yo. No me voy a apartar de su lado.

- De todas formas no me voy a ir hasta que deba hacerlo.

La mujer suspiró y le dio una mirada de comprensión. – Lo quiere mucho, ¿verdad?

- Lo amo. – Confesó. – Realmente lo amo más de lo que me había dado cuenta.

- ¡Oh! No sabía que entre ustedes hubiese algo. – Expresó sorprendida.

El médico sintió sus mejillas arder ligeramente al darse cuenta lo que había dicho. Hasta ese momento nadie sabía de los sentimientos entre ellos a más de Rachel, y por supuesto, Kenneth.

- Ah... Sí. – Fue todo lo que pudo decir. Sintiéndose algo abrumado.

- Hacen una linda pareja. Me alegra que estén juntos. – Sonrió sinceramente.

El castaño la miró, devolviéndole la sonrisa. – Gracias.

¿Qué es eso? – Observó la bandeja que tenía en las manos.

- Le traje algo para que desayune. No puede estar todo el día trabajando arduamente con el estómago vacío.

- No era necesario, Nancy.

Stronger Than YesterdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora