Stronger Than Yesterday

Cap 1: "Blaine"

Les traigo una nueva historia que espero sea de su agrado. Mi cabeza no deja de emanar ideas que tengo que plasmar para luego compartir con ustedes.

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Blaine Anderson es un joven de 19 años, piel ligeramente bronceada, cabello negro y rizado que lleva corto y siempre bien peinado cuando no está interpretando un personaje.

Aunque es de estatura promedio, posee un cuerpo definido y bien trabajado. Sus facciones son gruesas y muy bien distribuidas, por lo que armonizan entre sí y le dan un rostro perfecto que le ha valido miles de portadas en todo tipo de revistas.

Tiene pestañas extremadamente largas que parecen acariciar su rostro y que son un complemento ideal para sus enormes ojos de color miel, pero que pueden cambiar de color o tonalidad dependiendo de las luces o hasta el humor del chico, además de que son muy expresivos y reflejan una gran dulzura.

Y sí, dulzura es la mejor palabra para definir a Blaine, quien a pesar de ser un codiciado artista a nivel mundial, no se ha dejado corromper por el medio en el que labora. Sigue teniendo los pies bien puestos sobre la tierra, trata a todos con respeto y es muy sencillo, humilde y trabajador.

Desde niño siempre destacó entre los demás gracias a su personalidad burbujeante y su alegría infecciosa. Creció en un hogar lleno de amor, apoyo, comprensión y elogios, por lo que desarrolló una gran seguridad en sí mismo y que refleja en todo lo que hace.

Extremadamente talentoso, siempre fue un apasionado del arte, la música, el baile, los grandes espectáculos, las pasarelas y escenarios, soñando con algún día conquistarlos todos. Es así como les pidió a sus padres que lo inscribiesen en clases para aprender a tocar diferentes instrumentos, siendo su especialidad el piano y el violín.

También tomó clases de baile, actuación, expresión corporal y todo aquello en lo que creía que podría ayudarle en el futuro.

Sus maestros coincidían en que el chico tenía un talento natural en todo, sin embargo él deseaba perfeccionarse. Había leído sobre lo exigente que era el medio artístico y quería estar a la altura.

Soñaba con dar conciertos multitudinarios donde cientos de miles de personas corearían sus canciones y disfrutarían de un gran espectáculo. Anhelaba llegar a la televisión y el cine para poder cautivar al público con toda clase de historias y personajes. Por supuesto, el teatro no quedaba descartado, era una experiencia diferente, pero igual de interesante.

No se trataba de querer fama o tener repisas llenas de trofeos y reconocimientos, se trataba de compartir con el mundo su esencia, de mostrar su corazón y poner el alma en cada cosa que hiciera para lograr una conexión, porque eso es lo que anhelaba, conectarse con su público en todas las formas posibles.

Conforme fue creciendo, sus progenitores se aseguraron de enseñarle la importancia sobre no dejar de ser él en todo momento, ni permitir que nadie le arrebatase las cosas en las que creía. Trabajaron mucho en los valores y el respeto hacia los demás y por él mismo, y pusieron todo de sí para que su hijo estuviese siempre anclado a tierra firme. Estaban conscientes de lo agresivo que podía ser el mundo que tanto le fascinaba y él era un chico demasiado dulce y sensible, por lo que no podían evitar sentir temor de lo que podría suceder. No querían que su pequeño y tierno Blaine fuese devorado por los lobos o que se intoxicase con la fama.

Lo dejaron hacer varios comerciales y pequeños trabajos, pero no le permitieron ser parte del medio en sí hasta que cumplió los dieciocho. Había tantas historias de "Niños estrellas" y como sus vertiginosas carreras terminan en desastre o convirtiéndose en un escándalo público porque al ser tan jóvenes se salen de control y sus vidas se vuelven caóticas. Ellos no dejarían que eso le pasara a su niño. Querían que tuviese una infancia y una adolescencia tranquila y feliz, que creciera con cimientos fuertes e inquebrantables para que estuviese realmente preparado para el mundo de los "ricos y famosos" en el que estaría inmerso.

Indiscutiblemente, los Anderson habían hecho un excelente trabajo. Blaine estaba logrando todos sus sueños, a sus 25 había conseguido más de lo que muchos pueden tan siquiera imaginar que es posible, y sorprendentemente, en especial para los medios, seguía siendo sencillo, amable y con un enorme corazón.

Involucrado siempre en causas nobles y justas, su nombre resonaba en todas partes, era un gran vocero de las cosas en las que creía, en especial de todo aquello que involucraba la igualdad y los derechos de las personas.

Sus familiares y amigos no podían estar más felices y orgullosos de en quien se había convertido Blaine Anderson. Como artista era una gran luminaria y como ser humano era completamente magnánimo.

En el haber de su carrera estaba una larga lista de éxitos en las radios y charts de popularidad, giras nacionales, internacionales y hasta mundiales, millones de discos vendidos, descargas digitales y premios de toda clase incluidos reconocimientos como compositor, porque sí, a él le gustaba escribir sus propias canciones, y vaya que tenía talento para hacerlo.

En cuanto a la actuación, su nombre había estado en un sin fin de carteleras alrededor del mundo. Sus películas eran de las más taquilleras, pues sabía escoger muy bien las historias en las que participaba y los personajes a los que les daba vida. Diversos galardones tanto por su trabajo en la televisión como en el séptimo arte formaban parte de su vasta colección, así como el tan aclamado Tony por su intervención exitosa en Broadway.

Las mejores marcas de toda clase de productos competían por tenerlo como su imagen oficial pues sabían que Blaine era sinónimo de éxito, lo que se traducía en ventas millonarias.

Las chicas morían por él, los chicos querían ser como él, y algunos también morían por él y soñaban con tener una oportunidad, ya que desde el comienzo de su carrera, contra viento y marea y cualquier recomendación de que no era conveniente para su imagen, él dejó en claro que era homosexual pues no estaba dispuesto a ocultar su verdadero ser. Si iba a tener un público que lo siguiese y apoyase, quería que fuese por él mismo, y Blaine Anderson estaba muy orgulloso de ser gay.

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