Happy Birthday brothers

Promete que nunca te iras

La primera noche desde el incidente fue muy diferente para toda la familia Matsuno, se habían metido a la cama a eso de las 11 de la noche, en sus posiciones habituales, pero ninguno pudo conciliar el sueño, los 5 solo podían estar pendiente del segundo hermano.

Solo faltaba que Karamatsu suspirara o respirara un poco más profundo, para que todos abrieran los ojos, a pesar de su cansancio, haciendo llevar su atención al segundo hermano.

—Al parecer tiene un poco de fiebre. — Ichimatsu toco la frete del segundo hermano. — aunque no es mucha, quizá deberíamos tomar turnos para cuidarlo.

—es cierto, dijeron que no era bueno que se quedara solo, creo que por ahora debemos modificar nuestra vida para estar cerca de Kosomatsu, no queremos que esto se repita. —Era mucho más que un simple comentario, como nunca el tono de Osomatsu era realmente serio, pero en el fondo era lo más lógico, después todo la vida de su hermano era la que había estado en peligro.

Todos hicieron turnos, incluso Totty, quien parecía se desmayaría en cualquier minuto, para cuidar a Karamatsu.

El segundo hermano durmió toda la noche y aunque se removió inquieto en varias ocasiones, provocado por la temperatura que estaba teniendo, solo necesito un paño con en su frente y a sus hermanos pendientes de él para que bajara.

Cerca de las 2 de la tarde Karamatsu abrió los ojos, notando la brillante luz del cuarto, que a pesar de encontrarse con las persianas cerradas, se podía dilucidar que ya era bastante tarde.

—Hasta que despiertas, nosotros pensamos que pasarías de largo. —Osomatsu le sonrió, estaba sentado a su lado, con una revista apoyada en las piernas, parecía que llevaba bastante tiempo sentado en el mismo lugar.

—¿qué hora es? —Karamatsu se levantó notando un peso sobre su hombro, Todomatsu estaba dormido, apoyado junto a él.

—Pasan de las 2, Totty no se estaba sintiendo bien, así que se metió contigo.

Karamatsu acaricio los cabellos del menor de sus hermanos, notando por primera vez lo pálido que se veía. —se ve pálido y ojeroso.

—no quiso comer nada, vomito un par de veces, creo que no se estaba sintiendo muy bien desde nuestro cumpleaños, ese día ya parecías estar un poco más delicado.

—Totty...

—Nii-san. — Todomatsu se refregó los ojos, notando por primera vez las miradas de sus hermanos. — Nii-san, lo siento, te estaba aplastando, lo lamento. — Pero nuevamente las náuseas lo obligaron a cubrirse la boca, siendo recostado esta vez por Karamatsu.

—Vamos Totty, debes estar más tranquilo, Osomatsu nii-san dice que llevas un rato sintiéndote mal, creo que debes mantenerte recostado brother.

Todomatsu miró fijamente al mayor, el pecho se le apretaba, Karamatsu era tan doloroso como siempre, pero había algo diferente en todo el dolor que estaba sintiendo en ese minuto.

El menor se llevó las manos al pecho, le faltaba el aire, era como que nuevamente tenía ganas de romper a llorar, le dolía la sola idea de pensar en todo lo que estaba pasando, le dolía darse cuenta que a pesar de todo, su hermano seguía queriéndolo.

Una nueva nausea lo hizo ponerse de pie y salir disparado hacia el baño, el poco contenido de su estómago dejaría su cuerpo en cualquier minuto, y era mejor idea que fuera sobre el retrete, que en el cuarto o en la cama.

Totty se inclinó dejando salir el amargo líquido, parecía que le quemaba la garganta, llegaba a ser demasiado doloroso, aunque ese nudo que se mezclaba con las profundas ganas de llorar parecían no dejarlo.

—Nii-san...—Todomatsu vomito nuevamente. — lo siento nii-san.

—Lo sé, ven. — Todomatsu no se percató en como Karamatsu lo había seguido y había evitado que cerrara la puerta tras de él. — refrescarte un poco, estas sudando, al perecer es mucho el esfuerzo de tú cuerpo.

Totty simplemente se dejó hacer, con la ayuda de su hermano se puso de pie, se enjuago la boca y se fue a la recamara nuevamente.

Ya con en el menor sobre el futón y con la atenta mirada de Osomatsu, Karamatsu comenzó a hablar. —lo lamento Totty, es mi culpa que estés enfermo, sé que el estrés te hace daño, eres el menor y debería haberte cuidado, pero con mi egoísmo lo único que hago es hacerte daño.

—No nii-san, yo estoy bien, solo es algo que comí.

—Vamos Totty, sé que es mi culpa, no hice las cosas como debería y ahora estas aquí, tan débil, lo siento my Little Totty, prometo mejorar las cosas y cuidarte hasta que te sientas mejor.

—Bakamatsu nii-san. — La voz de Totty se entrecortaba, pero había salido casi como un grito, llamando la atención de la mayoría de los de la casa, quienes acudieron rápidamente a la habitación. — eres un idiota, un idiota nii-san, un idiota.

—Totty...— Karamatsu sentía como el pecho se le apretaba, su hermano lo odiaba, nuevamente lo llamaba idiota, probablemente aún se encontraba molesto.

—oye Todomatsu. —Osomatsu se escuchaba molesto, al parecer quería evitar que el menor dijera algo que pudiera deprimir nuevamente a Karamatsu.

—Nii-san es un idiota, solo hace cosas tontas y dolorosas. — Totty estaba parado mientras lloraba y gritaba. — Nii-san tonto, nii-san es malo, se iba air solo, sin nosotros, nii-san idiota si te vas, si nos dejas ¿Quién nos cuidaría?¿quién nos haría unas ricas galletas?¿quién me cuidaría y me consolaría cuando los otros niños son malos? — Todomatsu simplemente estaba teniendo una crisis, los nervios, la pena y todo lo habían colapsado.

—Totty...

—Nii-san tonto, yo amo mucho a nii-san y él quería irse, yo solo quiero a mi nii-san Karamatsu, me tomaré muchas fotos y que salgamos de pesca y quiero escuchar sus frases tontas...— Todomatsu comenzó a sentirse mareado. — quiero...a mi nii-san. — repentinamente todo se puso negro.

Karamatsu reaccionó rápido antes que el cuerpo de su hermano terminara contra el suelo, Totty se había desmayado. — Totty, vamos Totty abre los ojos, Totty, maldición Karamatsu, dame un paño con un poco de alcohol.

—ten nii-san. — Fue Choromatsu quien se lo entregó, notando por primera vez la presencia de sus demás hermanos, acurruco a Todomatsu en su pecho, esperando estuviera comodo y despertara rápidamente.

—Vamos Totty, mírame. — Karamatsu había visto a Totty llorar hasta afiebrarse o incluso desmayarse, pero nunca había sido el causante.

—¿nii-san? — Totty lo miraba con los ojos llenos de lágrimas. — Nii-san perdón.

—No Totty, perdóname a mí, yo no sabía que me tenías tanto cariño, pensé que no te importaría si simplemente dejaba de existir, pensé que esto podía ser lo mejor para todos.

—Tonto Nii-san, yo no quiero tener cuatro hermanos mayores, yo quiero a mis cinco nii-san conmigo, quédate conmigo nii-san y me cuidas por mucho tiempo, yo no quiero que nii-san me deje, no quiero. — el menor comenzaría a llorar nuevamente, apretando esta vez la pijama del mayor.

—No me iré, sigo aquí...

—¿lo prometes?

—Yes, my dear Totty, me quedare aquí por mucho tiempo. — Karamatsu acurruco el cuerpo de su hermano, meciéndolo suavemente, como quien duerme a un bebé, a veces no solo quería ser amado, muchas veces Karamatsu quería que lo necesitaran, quería ser él quien les diera amor, sin que hubiesen reparos.