Feliz cumpleaños, Onii-chan

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Hola, este es el final, no me queda más que agradecerles a todos quienes me leyeron a quienes comentaron, bueno a quienes se dieron su tiempo de conocer mi forma de escribir, fue un camino bastante raro, ya que originalmente esto era de un capitulo único y terminaron siendo 13.

En fin, se fijaron en los nombres de los capítulos, bueno miren y díganme si notan algo

Nos leemos en alguna otra ocasión.


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Ichimatsu tomó aire, aún no estaba en casa, necesitaba llegar lo más pronto que sus pies pudieran, sentía que los pies le estaban matando, tomo un respiro, le dolían el pecho, estaba seguro que no podía recordar la última vez en que había tenido que hacer ese nivel de esfuerzo.

Apoyo las manos en sus rodillas, esperando recuperar el aliento, sentía que se desmayaría si seguía así, cerró los ojos con fuerza recordando el cuerpo de su hermano sobre la mesa, sintió como el estomagó se le apretaba, pudo reconocer el olor de la sangre en su nariz, era casi como tenerlo nuevamente frente a él.

—Demonios...—tomó aire como pudo y continuo corriendo, tenía que llegar a casa y luego volver a salir, tenía poco tiempo para arreglar su error.

En la puerta se topó con Choromatsu y Osomatsu, quienes se preocuparon al notar lo mal que su hermano avanzaba, parecía demasiado agotado para el gusto de los mayores, pero decir que el cuarto hermano les había puesto si quiera un poco de atención sería realmente exagerar.

Ichimatsu entró a la carrera, subió las escaleras encontrándose con sus otros tres hermanos, los cuales lo miraron confundido, la mirada de Ichimatsu se topó con la mirada del segundo hermano, pero no le importó, tenía una meta en ese minuto.

Fue a su escondite, saco el dinero que tenía guardado para alimento de sus amigos, miró hacia la ventana, tendría que ver como lo reponía después, pero al menos por ahora tenía un uso demasiado importante para él.

—Ichimatsu— podía sentirse la duda en la voz del mayor, pero no hubo respuesta de parte del cuarto hermano, saco todo el dinero y lo contó con desesperadamente, parece que le alcanzaba todo lo que necesitaba.

Salió de la casa nuevamente, bajo la atenta mirada de sus hermanos. —deberíamos ver qué pasa, quizá necesita nuestra ayuda. — Karamatsu era siempre el más considerado, sabía que su hermano lo evitaba, lo que menos deseaba era molestarlo con su presencia, pero la verdad es que si le preocupaba lo que pudiera estar haciendo Ichimatsu.

—No es necesario Karamatsu, estoy seguro que estará bien, Ichimatsu no es de meterse en problemas, realmente creo que lo mejor es que nos sentemos y lo esperemos.

—Pero...

—Karamatsu nii-san— está vez fue Choromatsu quien tomó la palabra— no debe ser nada malo, Ichimatsu siempre necesita su espacio, él va a un ritmo diferente, lo sabes.

A Karamatsu no lo convencieron las palabras de sus hermanos, pensó por un segundo en la opción de seguir a su hermano, pero sabía que los otros cuatro no lo dejarían estar solo y por ahora prefería no molestarlos, probablemente ya se encontraban cansados.

Ichimatsu se tomó su tiempo, necesitaba encontrar el correcto, miró en cada tienda esperando dar con aquel lindo pastel rosa que recordaba tan bien.

Cerca de las 8 iba de camino a casa, las bolsas pesaban bastante, sentía que los brazos se le caerían de lo fatigado que los llevaba, se había alejado bastante, pero había podido encontrar el pastel que estaba en su cabeza, había comprado muchas cosas, se había gastado todo su dinero, pero no importaba.

Llegó a casa cuando el cielo ya se encontraba estrellado, probablemente ya habían cenado, entró notando el silencio, para luego escuchar la alterada voz de Karamatsu, dejó en la cocina las cosas sin hacer ruido, subió las escaleras en silencio.

—vamos brothers, debemos ir por Ichimatsu, no es normal que se fuera por tanto tiempo, él no es así.

—Karamatsu, estará bien, si se hace más tarde saldremos a buscarlo, pero por ahora dale su tiempo, seguramente está haciendo algo que necesita. — siempre era Osomatsu, siempre sus palabras daban una calma diferente, era como si en fondo supiera que le pasa a cada uno de los hermanos sin decirlo realmente.

El cuarto hermano volvió a la cocina encontrándose con su madre en el camino, había visto sus compras, sintió el color subiendo a sus mejillas, la mujer se acercó a su lado, y beso su frente.

—tú hermano será muy feliz. — la mujer lo miró con amor, lo miró con esos ojos comprensivos, con esa mirada tierna que siempre tenía para él. — debes tratar de ser más honesto Ichimatsu, no solo por tus hermanos, si no por ti, no te guardes todo, estas lleno de cosas maravillosas.

El cuarto hermano sintió sus ojos llenándose de lágrimas, bajo la cabeza, pero rápidamente recompuso el gesto, no tenía mucho tiempo.

Cerca de media hora más tarde ya tenía la mesa decorada y el pastel con las velas en su lugar, miró la puerta de la habitación su madre apagó la luz y llamo al segundo hijo.

Ichimatsu junto sus manos, sentía los pasos de sus hermanos en las escaleras, un nudo se le instaló en el estómago, había evitado a su hermano desde el hospital, se sentía incluso más culpable que sus hermanos, miró el suelo sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas, ¿Cuántas veces le había dicho a su hermano que muriera? ¿Cuántas veces había golpeado a su hermano? ¿Cuántas veces simplemente se había alejado sin mirar si su hermano mayor realmente lo necesitaba?

Karamatsu era mayor, pero eso no lo volvía más fuerte, su hermano era débil, sensible, pero ante todo era alguien honesto, muy diferente a lo que era y a todo lo que pudiera intentar ser.

Miró el pastel, la mesa, incluso las cervezas que había comprado, todo era barato, nada era realmente sofisticado, había tratado de comprar para hacer una celebración con sus hermanos que realmente valiera la pena, pero la verdad es que daba un poco de vergüenza.

Los minutos se sintieron largos a pesar de que sus hermanos solo venían del cuarto de arriba, cerró los ojos recordando el rostro alegre de su hermano, recordando todas esas veces en las que había visto al mayor bajar la mirada con desilusión, en todas esas veces que ellos lo habían golpeado, en todas esas veces que había sido una terrible persona, notando de igual manera que si le pedía perdón a su hermano se lo daría, pero ¿realmente se lo merecía de alguna forma?

—¿Ichimatsu? — Karmatsu miró a su hermano, notado como todo el cuerpo del menor se estremecía, las lágrimas comenzaron a bajar de forma caudalosa por el rostro.

—Yo, Kara...— la voz del menor se entrecortaba por el llanto. — Feliz, feliz— por mucho esfuerzo que ponía las palabras se quedaba atoradas en su garganta.

Levantó la vista encontrándose con una mirada comprensiva, los labios de Karamatsu dejaban ver una dulce sonrisa, no era una mueca, no era fingida, era una sonrisa honesta, una sonrisa llena de amor, él ni siquiera se había disculpado y su hermano le daba todo el amor del mundo, su hermano lo había perdonado, Ichimatsu sentía que el pecho le dolía, como era posible que su hermano lo amara tanto.

—Onii-chan, perdón. —Karamatsu abrió los ojos, sintiendo como las lágrimas caerían en cualquier momento, sus hermanos menores habían dejado de llamarlo Onii-chan hace mucho, en especial el cuarto hermano. —Onii-chan, feliz cumpleaños, te amo Onii-chan, te amo mucho onii-chan.

Karamatsu rodeo el cuerpo de su hermano, dejando las lágrimas bajar por sus mejillas. —También te amo Ichimatsu, los amo a todos hermanos.

La vela sobre el pastel se apagó justo cuando los otros hermanos se acercaron a Karamatsu, simplemente se quedaron en silencio, sintiéndose, recordándose, cada uno de ellos había aprendido algo y ante todo sabían que no había nada más triste que perder a quien se ama.

Fin.


Happy Birthday brothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora