Eras el típico libro sin portada
del cual no aparté la mirada,
lleno de silencios y palabras no escritas
con surcos de otros lectores
y espacios vacíos,
queriendo ser leído
pero siendo poco atrevido
como para dejarte leer.
Eras mi libro favorito,
"Sin título", ponía.
Supongo que algo tendría que escribir en ese hueco...
Dos palabras bastaban,
pero con una debía llenarse.
Una única palabra que me atrape;
te titulé 'inefable'.
Irónico,
siendo el único libro con todas las respuestas.
Al igual que inolvidable,
eso lo supe desde el primer instante.