16.- La Madurez

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—¡Princeso! —exclamó Sonia — ¡¿Sabes qué se acerca?!
Carlos rodó los ojos.
—Yo a la cafetería de enfrente —respondió acelerando el paso sin molestarse en ver que el semáforo estaba en rojo.
—Nooooo, ¡Carlos! —Sonia también aceleró el paso para darle alcance —¡Esta semana es navidad!
Carlos se paró en la puerta de la cafetería.
—Es verdad... —se encogió de hombros —Habrá que empezar a comprar los regalos.
Sonia soltó una sonora carcajada.
—¿Comprar? —volvió a reír —Por favor, ¿sabes realmente en qué consiste la navidad?
—Uhm... ¿No?
—Exacto —le puso una mano en el hombro al chico —. Querido amigo princeso, la navidad consiste nada más y nada menos, que en recibir regalos de un viejo obeso y pedófilo que se hincha a galletas a nuestra costa —se paró a pensarlo un momento —. ¡Por eso está obeso!
Carlos le dedicó una mueca extraña.
—¿Papá Noel?
—Sip.
—Sonia... —la sonrisa de gato Cheshire de Sonia intimidó a Carlos notablemente —Sabes... ¿Tus padres nunca te dijeron...?
Carlos tomó aire. Sabía que no se lo iba a tomar bien. Sabía que fingiría que había muerto para no tener que volver a hablarle, o lo que es peor, podría tratar de matarlo para no tener que volver a hablarle.
Pero correría ese riesgo.
—Papá Noel no existe.
Hubo una pausa.
Sonia no reaccionó. Siguió mirando a Carlos con la sonrisa siniestra aún congelada en la cara. Luego se dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria.
—¡No existe! ¡Asúmelo! —insistió el pelinegro.
—LALALALALALA ¡SUFRE MAMÓN! —comenzó a cantar ella cruzando la calle y provocando que algunos coches chocasen.
—¡Sonia!
—¡DEVUELVEME A MI CHICA!
—¡Son...!
—¡O TE RETORCERÁS ENTRE POLVOS PICA PICA!
—Sonia... —Carlos rodó los ojos —No sé para qué me molesto.
Entró a la cafetería y se sentó con los demás.
—¿Y Sonia? —cuestionó Teresa aferrando su café como si le fuera la vida en ello.
—No pudo soportar la terrible verdad de la navidad.
—¡¿Le contaste lo del gordo pedófilo?! —exclamó Vicky.
Carlos asintió. Todos exhalaron atemorizados excepto Chantal.
—¿Por qué es tan terrible? —preguntó la rubia.
Alexandra suspiró dejando su café en la mesa y la miró.
—Digamos que madurar es para frutas y Sonia es un pan.

La vida antes de la marihuana  [LHDLM (alternativa)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora