Broken Heart (Winterwitch).

Capitulo Uno.

No había nada que Wanda pudiera hacer, su hermano estaba muerto y no volvería; no escucharía su risa; no la abrazaría más cuando este triste, ya no serían los gemelos Maximoff, solo ella.

Jamás podrá llenar el vació que había dentro de ella, una parte murió con su gemelo, siempre se sentiría de esa manera. Vacía.

—Wanda—Clint la llamó sacándola de sus pensamientos.

—Dime—dijo la castaña y pudo ver que su amigo, tenía en sus brazos a un bebé pequeño. Pietro Jr. Así decidió nombrarlo después de que el gemelo diera su vida por el. Ponerle el nombre a su hijo era poco, por eso cuidaba a Wanda como si fuese una hija.

—¿Quieres cuidarlo un rato? Tengo algunas cosas que resolver—dijo el entregando al bebé a los brazos de la chica.

—Claro no hay problema—miro al pequeño entre sus brazos y sonrió con tristeza.

—Llámame si necesitas algo—dijo el arquero antes de marcharse.

Ella solo asintió, y acarició la mejilla del bebé. Era tan frágil y hermoso pensó. El niño tomó uno de los dedos de Wanda y esta volvió a sonreír.

Se encontraba refugiada en la casa de Clint con su familia, porque el gobierno los estaba buscando, no solo a ellos sino también al resto de sus compañeros.

Todos eran perseguidos por no firmar el acuerdo que el gobierno proponía. Ella no quería ser controlada, lo había sido gran parte de su vida por Hydra. Quería ser libre; pero eso no le importo a toda esa gente cuando la encerraron en una celda con una camisa de fuerza y un collar eléctrico.

Steve logró liberarlos a todos y huyeron a Inglaterra, en cambio Clint estaba preocupado por su familia, no podía dejarlos, entonces el se fue con ellos y Wanda siguió a su amigo, a pesar de que esa decisión no hizo muy feliz al señor Rogers, ya que se lo había prohibido.

Aunque mucha gente está tras ellos en estos momentos, ella era feliz de estar rodeada por una familia y ser tratada como parte de la misma, no quería irse de ese lugar, se sentía segura.

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James miraba la ventana, y observaba como el viento movía las hojas de los árboles. Eran pocos los momentos en los que su mente le daba un respiro para poder notar las pequeñas cosas. La mayoría del tiempo su cabeza era un remolino de recuerdos, dolorosos. El no quería tenerlos pero siempre estaban ahí recordándole que él no era una buena persona sino un asesino.

—Buck, ¿Estas bien?—preguntó Steve, con la mirada preocupada.

Steve le preguntaba eso constantemente, tal vez tenía miedo de que de un segundo al otro ya no sea James Barnes su amigo, sino el temible Soldado del Invierno.

—Si—dijo mirando al rubio—¿Porque no lo estaría?

El Capitán sabía que compañero no la estaba pasando bien, tenía problemas para dormir lo pudo notar cuando varias veces en la noche se despertaba a deambular por el lugar. El quería ayudarlo pero a veces el no quería su ayuda.

—Sabes que puedes hablar conmigo sobre cualquier cosa—dijo relajando su expresión.

—Creo que tienes cosas más importantes de que ocuparte.

—Tú eres importante Bucky.

Bucky ya no pudo mantener el contacto visual; Steve había renunciado a ser un vengador y ahora era buscado como un criminal y todo por su culpa pensó James. Preocuparlo con sus cosas era algo que no quería hacer. Ya había arruinado a su amigo demasiado; sin contar las veces que trato de matarlo.