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Caminando a su lado me sentía protegida por alguna extraña razón.

Ella tenía la mirada fija hacia el frente. Yo a cada tanto la miraba de reojo.

La luz de la luna chocaba contra su rostro dejandolo apenas iluminado. Lo unico que resaltaba era su aro y sus labios carnosos.

Estaba practicamente rezando para que no me descubriera espiandola, pues no podía parar de hacerlo.

Luego me acordé que era el día 67, y aunque no era uno normal, quise seguir la misma rutina.

- Oye...- en cuanto las debiles palabras salieron de mi boca, ella me miró - ¿sabes qué me he tatuado esta vez?

Ella negó con la cabeza antes de mirar al frente nuevamente.

Su expreción parecía entre molesta y desepcionada, pero era imposible distinguirlo con la poca luz.

- ¿Lo preguntas en serio?

Su voz sonaba molesta.

¿Por qué estaba molesta?

¿Yo qué le había hecho?

Ni siquiera la conocía.

- Si...- mi voz salió mas debil de lo que imaginé y sus razgos cambiaron completamente.

- Pareces otra persona, Karla.

Se paró delante de mi y aunque la luz no es mucha, se que me está mirando fijamente a los ojos.

- Tal vez.., tal vez.., lo, lo- comenzé a tartamudear, se que parezco una tonta haciendolo.

Tienes que parecer más fuerte, Camila, pensé.

Tragué saliba y seguí.

- Tal vez lo sea.

- Ya veo.

Se dió la vuelta nuevamente y siguió caminando.

Yo la seguí.

Esta mujer era todo lo que me imaginaba de mi otra yo, era algo ruda y no se dejaba pasar por arriba.

¿Ella será así?

Llegamos a una tienda de discos, estaba cerrada.

Aunque ella sacó una pequeña llave y abrió la puerta.

¿Sería la dueña?

Cuando las luces se prendieron pude notar mejor sus facciónes.

Estoy segura de que todos los días sueño con sus ojos color esmeralda. Estoy segura de que ella es la chica que se aparece en cada uno de mis sueños.

Ella comenzó a buscar algunas cosas en el mostrador y se sentó a leer el contenido del papel que traía desde hoy.

¿Qué sería tan importante?

Al ver que ella me iba a seguír ignorando, decidí echar un vistazo a la tienda.

¿Metal? No.

¿Rock pesado? No.

Me fijé en uno de los estantes donde se encontraba mi banda favorita: The 1975.

No se porqué razón me gustaba esa banda, mis preferencias musicales la mayoría de las veces son baladas.

Pero había algo dentro de mi que era diferente, algo que me hacía amar con locura a esta banda.

Me fijé en uno de los discos y recordé que mi novia Normani me lo había regalado hace dos meses.

Mis ojos se desvíaron un poco, y en el dorso de mi mano se encontraba mi nuevo tatuaje.

Sonreí al darme cuenta su significado.

Con el disco aún en mis manos me giré para ver a la chica del aro.

Lo que me encontré fué algo totalmente extraño.

¿Por qué ella me estaba mirando atentamente con tanta ternura en sus ojos?

Me acerqué a ella con el seño fruncido y le entregué el disco.

- ¿Quieres escucharlo?- su voz salió tiernamente esta vez.

Asentí sonriendo y ella tomó el disco.

- The 1975 ¿Eh?- sonrió y la musica comenzó a llenar mis oídos.

- Me encanta la 3.

Ella se enfocó en el equipo de audio y cuando escuchó sonrió.

- "UGH!" es tu favorita?- asentí y comensé a cantarla para mis adentros - también me gusta- ella la estaba cantando en voz alta.

Tenía la voz más hermosa del mundo.

- Oye...- el tercer disco de la noche terminó y su mirada se enfocó en mi - debería ir a casa ya.

- Eso me parece bien, te acompaño a la puerta.

Ella sacó la llave y abrió.

Miré el reloj que estaba sobre el mostrador del local: 3:26 am.

Genial, mamá me matará, pensé.

- ¿Tu no vienes?

- Me quedaré arreglando un poco aquí, tu puedes ir yendo- miró su reloj - oh, es muy tarde.

Me quedé mirandola, estaba muy preocupada y ella sonrío con entendimiento.

- No sabes dónde estamos, ¿verdad?

Asentí y ella tomó su bolso antes de salir del local.

Yo salí detrás de ella y la chica cerró la puerta con llave.

- Puedo esperar hasta mañana para ordenar.

Sonreimos y tomé su bolso.

- Yo puedo llevarlo por ti - ella asintió y señaló al local del frente.

- Allí te tatúas.

Miré la tienda de tatuajes y sonreí.

Ese lugar era parte de mi, aunque no lo recordara.

Miré el dorso de mi mano nuevamente y observé el nuevo dibujo.

- Soy yo- la miré confundida - en tu mano, soy yo- ella rió alto y causó algo dentro de mi.

La chica tomo mi mano y comenzó a tocar el dorso con la punta de sus dedos.

Sentí como me estremecí de repente, con un simple toque podía causar cosas en mi que nadie había logrado. Ni siquiera mi novia.

Mi novia, pensé.

En ese instante me había olvidado de ella y el hecho de recordarla me hizo sentir mal.

No estaba haciendo nada malo, pero ahora mi otra yo no estaba precente. Yo era responsable de todas mis acciones en este momento.

Alejé mi mano de repente y la chica me miró confundida.

Nuestras miradas se conectaron y rompí con ese intercambio estirandole mi mano nuevamente.

- Camila- le sonreí - mi nombre es Camila.

Ella tomó mi mano.

- Lauren- lo estrechó.

dangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora