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Karla's POV

Mientras caminaba sola por aquellas calles donde había crecido, recuerdos inundaban mi mente.

Todos corrían en torno a una persona.

Siempre correrían en torno a ella.

Yo siempre supe lo que era el amor, es decir, Camila ha amado a muchas personas mientras yo experimentaba cada cosa que ella sentía. Desde tactos, roces, miradas, mensajes, etc.

Yo siempre supe lo que era el amor, pero nunca me había enamorado.

No hasta ahora.

Lauren era la chica mas jodidamente hermosa que yo había conocido. Sus miradas decían más de mil palabras.

Amaba cada una de sus miradas.

Amaba cada uno de sus besos.

La amaba a ella.

Lauren me cambió de tal forma que ya no se quién soy en verdad. Bueno, siempre he tenido problemas con mi personalidad por culpa de cierta persona, pero el cambio del que hablo esta vez es tan voluntario como involuntario.

Quiero estar con ella involuntariamente, aunque ponga toda mi voluntad por alejarme.

Esta situación es un puto lio.

Soy una chica que está destinada a sentir, odiar, y amar en silencio. Pero me cuesta mucho quedarme callada.

Gracias, Lauren Jauregui, mira lo que provocas en mi, pensé.

Hace un tiempo si me gustaba alguien solamente estaba con esa persona, pero esta vez tengo tanto miedo de lastimar a Lauren que sería capaz de morirme de amor antes de que ella muera de angustia.

¿Qué mierdas estoy diciendo?

No. Esta no soy yo.

~

Al llegar a casa me puse mis pantuflas de banana. Son de Camila, en realidad.

Las ensucié un poco para que ella tuviera que limpiarlas al despertar, Camila ama esas pantuflas.

A veces es bueno ser como un grano en el culo con las personas que pasan constantemente siendo un grano en tu propio culo.

Camila no me dejaba vivir. Yo ensuciaba sus pantuflas de banana.

Me senté en la cama y allí estaba ella, acostada del lado derecho.

- Hey- susurré y la niña se asustó.

- Pensé que hoy no vendrías- mi hermana lloriqueó sobre mi almohada.

- Perdón, pequeña- en serio me lamentaba.

- Ya casi nunca vienes.

- Eso no es verdad, he venido el pasado, y el pasado, y...

- Y listo- me interrumpió - tienes otra hermana más linda que yo ¿cierto?- intentó tomar un peluche pero sus manos la traicionaron y terminó golpendose.

- Hey, ¿qué cosas dices?- intenté abrazarla pero no me dejó - tu eres mi única hermana en el mundo, Sofi.

- ¿Aún cuando estoy enferma?- me miró de cerca observando cada detalle de mi rostro.

- Que tengas una estúpida enfermedad no cambia el hecho de que seas mi hermana- la niña intentó acariciar mi rostro pero terminó golpeandome en la mejilla lo cual nos hizo reir a ambas - y no cambia el hecho de que me gustes enferma y todo- solté aún entre risas.

- Adiós- dijo risueña, se levantó de la cama y la ayudé a ir hacia su habitación.

Esa era otra de las cosas que definían los días 66, mi hermana me esperaba en la habitación y hablábamos un rato antes de que Camila llegara.

Esa era la única forma de hablar con Sofi, de estar pendiente en su vida, de que sepa que tiene una hermana que nadie valora pero que igual la quiere.

Mi hermana era la única persona con la que mostraba mi lado sensible. O así lo era.

Ahora Lauren forma parte de esa mínima lista integrada por dos personas.

Observé las pantuflas y me dí cuenta de que habían quedado partes muy limpias, pero no tenía ganas de seguir ensuciandolas, no hoy.

Así que cerré los ojos y me preparé para la llegada de Camila.

dangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora