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Capítulo Seis

Día 06

Lunes... siendo honesto es un día que detesto, pero en esta casa acabo de descubrir que lo detesto aun más.

¿Por qué?

Estamos todos sentados en la mesa, pero no somos solo la familia Hong y yo, sino que hay alguien más, alguien que está sentada al lado de Jisoo, enfrente de Seungcheol (ya que yo estoy sentado enfrente del primero).

-Renata querida, ¿quieres bendecir la mesa?.- preguntó SunHi y juro que me clavaba un tenedor si volvía a escuchar ese tono excesivamente meloso.

-Será un placer.- dijo la chica de cabellos negros mirando a Jisoo y este solo sonrió un poco.

La odiaba, era detestable que él solo sonriera con ella. Es más, antes de comer escuché por primera vez la risa de Jisoo y era, por decirlo de una manera, pegajosa y encantadora... pero claro, fue ella quien lo hizo reír, y eso me molestaba, me molestaba mucho.

Y no, no es porque esté celoso es solo que me molesta que sea tan amargado con todo lo que lo rodea, pero cuando está con ella no sea así, ¿Por qué no puede ser así conmigo también?

Está bien que no nos conocemos hace mucho, pero ya dormí sobre su hombro, deberíamos hablar más, pero no, ese fue la última vez que hablé con él, y ni siquiera es como que se lo pueda considerar una charla a eso.

Estúpido Hong Jisoo.

-Han... levántate – me susurró Cheol en el oído.

Lo quedé mirando y luego vi que todos estaban de pie esperándome a mí, me mordí la lengua, para evitar decir algo que pudiera darme una semana más de castigo y me levanté de mi asiento, cruzando los brazos.

Cuando me levanté vi que todos, excepto Cheol, quien se mordía los cachetes para no sonreír y Jisoo quien miraba su plato, me miraban de mala manera.

Y me enojé, sí, ya está, me enojé, lo puedo llegar a soportar medianamente de esta familia, pero que una desconocida me mire como si fuera un irrespetuoso, eso no.

Lo admito, sí lo soy, pero no me importa, ella no tiene porque verme así.

Entonces hice lo mejor que me salía hacer, provocar. Comencé a reírme a carcajadas y todos me quedaron mirando sorprendidos.

-¿De qué te ríes?- preguntó la chica esa y me le quedé mirando con mi mejor sonrisa arrogante.

-Es que me miras como si acabara de matar a alguien.- le dije sin borrar mi sonrisa. -sabes... por una extraña razón siempre que escucho a un religioso hablar u orar, se me viene a la cabeza la imagen de su Dios diciendo algo como "Adórame o te torturaré por toda la eternidad". - le dije y ella me quedó mirando sorprendida.

-Eres un irrespetuoso.- me dijo ella y mi sonrisa se borró. Irrespetuoso, sí, pero ella no me lo iba a decir. No señor.

-No veo en qué momento falté el respeto, solo di mi opinión.- dije, mirándola fríamente.

-Ayer lo fuiste, durmiéndote en la iglesia.- me contestó y me sonrió.

-Perdón.- dije con sarcasmo. -Si su Dios hubiese tenido la intención de que fuera a la iglesia me habría dado un culo más gordo para poder sentarme y un cerebro más pequeño con el que pensar.- le dije rebajándola con los ojos y me quedó mirando sorprendida.

Enamorando a un Religioso ~ J i H a n [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora