Flipe parte 2 (Sakura)

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Mirando atrás hacia segundo grado, me gusta pensar que era por lo mejor en parte la curiosidad científica lo que me hacía perseguir es beso, pero para ser honesta, eran probablemente más esos ojos negros. A lo largo del segundo y tercer grado no podía parar de perseguirlo, de sentarme a su lado, de sólo querer estar más cerca de él.

Por el cuarto grado fue cuando aprendí a controlarme. La visión de él —el pensamiento de él—, seguían provocando zumbidos en mi corazón, pero mis piernas ya no lo perseguían. Yo simplemente miraba, pensaba y soñaba.

Pero entonces, en el quinto grado, Karin entró en escena. Karin es una boba. Una quejica, chismosa, una traidora que decía una cosa a una persona y lo opuesto a otra. Ahora que estamos en secundaria, ella es la diva indiscutible del drama, pero incluso en primaria sabía cómo actuar. Especialmente cuando se trataba de educación física, yo no la vi correr ni una sola vez. En cambio, ella se metería en su "delicado" papel, diciendo que su cuerpo colapsaría si corría o saltaba o se estiraba.

Funcionó. Cada año. Debía llevar alguna nota médica y asegurarse de desmayarse delante del profesor los primeros días del año, después de lo cual quedaba eximida de cualquier cosa que implicara músculos en movimiento. Ella ni siquiera levantaba su propia silla al final de la clase. Los únicos músculos que movía regularmente eran los que estaban alrededor de su boca, los cuales trabajaban sin parar. Si hubiera olimpiadas de hablar, Karin barrería el evento. Bueno, al menos ganaría el oro y la plata —una medalla para cada lado de la boca.

Lo que me molestaba de ella no era el hecho de que se eximiera de educación física — ¿quién querría estar en su equipo, de cualquier forma? Lo que me molestaba era que cualquier persona que la mirara sabría que era el asma, o tobillos débiles o su "delicado ser" lo que la detenía. Era su cabello. Tenía montañas de cabello, torcido a este lado o a este otro, recortado y moldeado, trenzado o arremolinado. Sus coletas competían con las de los caballos de carrusel. Y en los días en que lo dejaba colgando sobre sus hombros, había una especie de oscilación que lo hacía lucir como una manta, por lo que prácticamente todo lo que se veía de su cara era su nariz. Buena suerte jugando foursquare con una manta sobre tu cabeza.

Mi solución para Karin era ignorarla, lo que funcionó muy bien hasta la mitad del quinto grado, cuando la vi sosteniendo la mano de Sasuke.

Mi Sasuke. El que todavía estaba avergonzado por sostener mi mano dos días antes de entrar a segundo grado. El que todavía era demasiado tímido para decir mucho más que hola.

El que todavía estaba caminando por ahí con mi primer beso.

¿Cómo podía haber Karin infiltrado su mano en la de Sasuke? ¡Esa pequeña princesa prepotente no tenía nada que hacer al aferrarse a él de esa manera!

Sasuke miraba por encima de su hombro de vez en cuando, mientras caminaban juntos, buscándome. Mi primer pensamiento fue que me estaba diciendo que lo sentía. Entonces me di cuenta de que él necesitaba mi ayuda. Por supuesto, ¡eso es lo que tenía que ser! Karin era demasiado delicada para sacudírsela de encima, y demasiado inquieta para empujarla lejos. Ella se desentrañaría llorando, y oh, ¡qué vergüenza sería para él! No, no se trataba de un trabajo que un niño pudiera ejecutar con gracia. Este era un trabajo para una chica.

Ni siquiera me molesté en comprobar si había alrededor alguna otra candidata —la tenía fuera de él en dos segundos. Sasuke se escapó en el momento en que estuvo libre, pero Karin no lo hizo. ¡Oh, no-no-no! Ella vino hacia mí, arañando, tirando y retorciendo todo lo que estuviera en sus manos, diciéndome que Sasuke era de ella y que no había manera de que ella lo dejara ir.

Qué delicadeza.

Tenía la esperanza de que los profesores vinieran y vieran a la verdadera Karin en acción, pero ya era demasiado tarde cuando alguien llegó a la escena. Tenía a Fluffy sujeta con una llave de cabeza, con su brazo torcido detrás de su espalda, y ninguno de sus graznidos me haría soltarla... al menos hasta que la profesora llegó.

Al final, Karin se fue a casa temprano con un caso grave de cabello revuelto, mientras que yo le dije mi punto de vista a la directora. La Sra. Tsunade es una señora robusta que probablemente en secreto aprecia el valor de una patada bien colocada, y aunque me dijo que tenía que dejar que los demás arreglaran sus propios dilemas, definitivamente entendió todo acerca de Karin y su cabello. Me dijo que le agradaría si yo tuviera el suficiente autocontrol para no hacer nada más que frenarla.

Karin estuvo de vuelta al día siguiente con la cabeza llena de trenzas. Y por supuesto, todo el mundo comenzó a susurrar acerca de mí, pero yo simplemente los ignoré. Los hechos hablaban por sí mismos. Sasuke no fue a ningún lado cerca de ella durante el resto del año.

Eso no quiere decir que Sasuke me cogió de la mano después de eso, pero comenzó a ser un poco más amable. Especialmente en sexto año, después de que el sr. Kakashi nos sentara uno al lado del otro en la tercera fila de atrás.

Sentarse junto a Sasuke era agradable. Él era agradable. Me decía "hola, Sakura" todas las mañanas, y de vez en cuando lo pillaba mirándome. Siempre se sonrojaba y volvía a su propio trabajo, y yo no podía evitar sonreír. Era tan tímido. ¡Y tan lindo!

Nos hablábamos más, también. Especialmente después de que el Sr. Kakashi lo sentara delante de mí. Aquel profesor tenía una política de detención por la ortografía, en la que si fallabas más de siete palabras cada veinticinco, debías pasar el almuerzo dentro con él, escribiendo esas palabras una y otra y otra y otra vez.

La presión de la detención hizo que Sasuke entrara en pánico. Y a pesar de que mi consciencia se molestaba, me inclinaba y le susurraba las respuestas, con la esperanza de que tal vez podría pasar el almuerzo con él en su lugar. Su pelo olía a sandía, y sus lóbulos de las orejas tenían pelusa. Suave vello rubio. Y me pregunté acerca de eso. ¿Cómo un chico con el pelo tan negro tiene vellos rubios en las orejas? ¿Qué hace ahí, de todos modos? Revisé mis propios lóbulos en el espejo, pero no pude encontrar nada de nada en ellos, y tampoco pude hacerlo en las orejas de otras personas.

Pensé en preguntarle al Sr. Kakashi acerca de las pelusas en los lóbulos de las orejas cuando discutíamos la evolución de la ciencia, pero no lo hice. En cambio, me pasé el año susurrando palabras deletreadas, oliendo sandía, y preguntándome si alguna vez iba a recibir mi beso.


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espero sus comentarios, y sus likes !!!!

pronto subire maaaaas :D



Mi primer amor (sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora