Capitulo 4

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-Solo quiero que me respondas lo que te pregunte hace rato, y yo te puedo contestar alguna pregunta, vamos Stalker no es gran cosa, además es una oportunidad que muchas desean- Empezaba a darme intriga por qué tanta insistencia porque le respondiera, y pensándolo bien yo moría de ganas por saber qué es lo que las mujeres le daban a cambio de su atención.

-Esta bien, nunca he durado más de cuatro días seguidos en un gimnasio, a decir verdad, en ningún deporte que no sea futbol o alguna otra cosa que se use para hacer ejercicio, el único ejercicio que realizo es cuando entreno o juego futbol, así que ahí lo tienes, tu respuesta. -Colin no dejaba de verme las piernas, por lo cual me sentí un poco incomoda a lo que me moví de lugar, nos habíamos sentado en las mesas de la cafetería mientras me tomada mi malteada de chocolate, sirve que hacia tiempo en lo que Gabriela salía de clases. -Ahora me toca a mí, ¿qué es lo que las chicas te dan para que les des atención, me refiero a lo que te guardan aquí, dentro de tu camisa. -Digo y apunto su pecho, okay debo admitir que fue una mala muy mala decisión, tiene un pecho muy bien formado, de repente comenzó hacer mucho calor ¿no? Tenia ganas de tocar más allá de lo que estaba tocando (concéntrate Cristal), inmediatamente aparte mi mano y volteo a verlo, Colin estaba ahí viéndome con cara de burla, pero sus ojos, sus ojos me decían otra cosa, es como si brillaran de deseo; el inmediatamente aparto su mirada cuando me di cuenta y yo solo me limite a terminar mi malteada, esto sin duda es muy incómodo. -No tienes que contestar si no quieres.

- Eres muy entrometida ¿sabes?, pero vale, es un trato que los dos aceptamos, a decir verdad, creí que ibas a preguntar cual es mi nombre completo, cuanto me mide, cuantas veces lo he hecho o preguntas típicas que me hacen las demás, pero, es verdad, tu no eres como las demás. -No dejaba de mirarme fijamente a los ojos y no me incomodaba en lo absoluto, pero debo admitir que me ponía nerviosa. -Es dinero, lo que me dan ellas a cambio de mi atención, es lo que ellas quieran darme, pero todo pasa de 100 pesos, ellas me dan el dinero y yo me voy con ellas, depende de la cantidad es lo que yo les doy a cambio, entre más dinero pueden llegara tener unos 10 minutos de gloria. -Dice y me guiña el ojo a lo que yo correspondí rodando los ojos. – Así es el trato, a ti te salió barato, pero no creas que no te lo voy a cobrar. -Mira fijamente mis labios y yo aprieto mi malteada para que chorree un poco sobre Colin, pero al parecer mi mano se paso de fuerza y ahora tenia a un Colin con una camisa muy sucia, de nuevo. Lo único que se me ocurrió fue soltar una carcajada, era gracioso en cierta parte aun que no era mi intención, el me miraba con odio. -Lo siento, no era mi- mi intención. -No podía con la risa.

-Que graciosa Stalker, ya verás mi venganza, quien ríe al ultimo ríe mejor. -Se acerco a mi y me susurro al oído, parecía muy enojado, lo decía muy enserio, tan serio que me dio un escalofrío que me recorrió por toda la espalda, se me erizaron los vellos de mi cuerpo al sentir rosar su nariz en mi oreja, no se que me hacia este chico, pero sé que nadie jamás antes me lo había provocado. Una voz me saco de mis pensamientos, era mi mejor amiga entrando a la cafetería y se acercó conmigo.

-Hola, acabo de salir y ver tu mensaje, vi que estabas hablando con Colin, ¿le pagaste acaso por hablar con él? Por favor dime que no lo hiciste, amiga se que te mueres por él, pero sé que no eres tan tonta para hacerlo.

-Espera ¿Qué?, ¿lo sabías? Y no estoy muerta por él, no es para tanto, pero no, no le pagaría ni un millón de pesos para que se acueste conmigo, tu lo haz dicho, no estoy tan tonta. Mejor vámonos antes de que empieces a fantasear con otras cosas sobre mí.

Nos dirigimos hacia casa de Gabriela, que más bien es casa de sus abuelos, ella vivía a tan solo unas cuadras de mí, por eso es que siempre pasaba por mi antes de ir a la preparatoria, cuando llegamos a su casa en la estancia se encontraban dos maletas y olía a perfume de abuelita, penetraba por toda la sala y por mis fosas nasales, escuche golpes en la parte de arriba y después como unos despacios pasos bajaban por las escaleras de la segunda planta.


*NO DEJES QUE NADIE APAGUE TU BRILLO NUNCA*

GRACIAS POR LEER 

Una dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora