1°- The beginning of the End

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~Kat~

Siempre pensé que lo más difícil de la vida, era compartir rostro con tu hermana gemela y ser confundida por todos. Ahora mientras corro por mi vida mientras escapo con ella de los aterradores gruñidos, que se están acercando cada vez más, me doy cuenta que no pude haber estado más equivocada.

-Tres Meses atrás -

-¡Kim! ¡Kimi!!! - gritaba mientras tocaba la puerta del baño. Lo cual llevaba haciendo desde diez minutos atrás - ¡Kimberly! ¡Maldición! ¡Ya es tarde! ¿Cuánto más piensas durar en la ducha? -Mi molesta y coqueta hermana mayor, por cinco malditos minutos; piensa que es dueña del baño.- ¿Y si hacemos un muñeco? No tiene que ser un muñeco - le cante sabiendo que le molestaría y me mandaría al diablo.

-Cállate Katherine, que si te hubieras levantado temprano, esto no estaría pasando- contestó enojada mi gemela, abriendo la puerta del cuarto de baño, salió envuelta en una toalla, empujándome para pasar. Claro ahora la culpa es mía como siempre.

Entrando en el baño, amarre mi largo cabello castaño en un moño y el flequillo lo asegure con una prensa, para que no se vaya a mojar con el agua de la ducha. Levantando la vista hacia el espejo pude observar en este, lo que todo mundo ve cuando nos miran a mí y a mi gemela. Una joven de estatura promedio, cuerpo en forma y algo curvilíneo, pechos normales sin llegar a ser enormes. Un cabello largo ondulado de color castaño oscuro, unas facciones algo simples bonitas y definidas. Labios algo gruesos y unos ojos grandes, en mi caso, estos son azules. Mi hermana los tiene verdes. Extraño ¿no?, bueno esa es la única manera de diferenciarnos a simple vista, claro sin contar con el carácter, la forma de vestir y las mechas azules que uso en el cabello.

Tal vez también podríamos ser diferenciadas, por un tatuaje que me hice en la espalda al cumplir los dieciocho, el problema es que no se lo había mostrado a nadie solamente mi hermana lo sabía y fue porque me acompaño a hacerlo. Era nuestro secreto. Ella se hizo par de años después uno en su bajo vientre en la zona de la cadera uno que complementaba el mío y nos unía más de lo que ya estábamos.

Entrando en la ducha, lave mi cuerpo con prisas, porque si perdemos el vuelo nuestro padre nos mataría.
No es nada fácil viajar desde la escuela en New York hasta casa en Atlanta. Dios bendiga las vacaciones de verano. Tres meses de libertad y dormir 8 horas o más diarias. A pesar de que estudiamos artes en Julliard la mejor escuela de arte del país y es algo que amamos, requería mucho tiempo, practicas hasta la extenuación. Además extrañamos a papá todos los días, aun cuando hablábamos con el todas las noches.

Saliendo de la ducha envuelvo una toalla alrededor de mi cuerpo, salgo del baño y corro hacia la habitación, Kimberly está frente al espejo, vestida con una corta falda plisada color blanco, una blusa de tirantes y tacones. Dioses, será que irá a una fiesta y no me ha contado, o a alguna pasarela me pregunto yo. En cambio, saco del armario unos jeans tubo de color negro, una blusa blanca de tirantes y una camisa de cuadros color turquesa, para usarla por encima de la otra. Combinada con mis amigos del alma, mis infaltables converse.

Me visto con lo que saque del armario, y soltándome el cabello, tomo de mi cómoda, mi lápiz de ojos y delineo estos con una gruesa capa color negro resaltando mis ojos azules. Y ya estaba lista para enfrentar el mundo y todo lo que venga.

Tomando mi maleta, una mochila con libros, entre otras cosas, además recojo el estuche de mi guitarra; volteo a ver a mi bella y muy considerada hermana que todavía no está LISTA, como siempre.

-Kim te amo, de verdad que sí. Pero vamos a tomar un vuelo a casa no a las Vegas - le sonrió inocentemente enfrentándome a su mirada enfadada.

-Hermana a diferencia de ti, yo si me preocupo por mi imagen personal- contesto groseramente la infeliz, bueno en parte tiene razón, no me preocupo por verme perfecta, ni maquillada como modelo, solo me importa sentirme cómoda con lo que use.
-Llamare un taxi, solo apresúrate por favor, te espero abajo - sin esperar respuesta tomo mi celular con su cargador especial, este me costó un dineral. Pero vale cada dólar que gaste en él, porque este usa energía solar y dura horas con carga almacenada. Perfecto para usarlo cuando necesite cargar el celular y no cuente con electricidad para hacerlo. Salgo del apartamento que compartimos y tomo el ascensor mientras voy revisando las actualizaciones de mis amigos en Instagram. Al llegar al primer piso del edificio marcó el número de la central y pido por un taxi. No espero tener suerte consiguiendo un taxi, por algo esto es la gran manzana, nunca hay taxis disponibles. Después de unos largos y tediosos minutos, veo a Kim saliendo con 2 enormes maletas y un bolso de mano. Al fin un taxi se detuvo frente a nosotras, subiendo al vehículo este se puso en marcha en dirección al aeropuerto.

Un Futuro Incierto (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora