Capítulo 5

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— ¡Ni siquiera sabes su nombre!

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— ¡Ni siquiera sabes su nombre!

Fue lo que me dijo Sara al terminar de contarle mi amor por el vecino

— ¿y eso importa? —dije mientras metía una botana a mi boca

Era noche de chicas, para ver películas y comer chucherías con mi única amiga Sara, somos amigas desde kinder

—Entiendo que el chico es guapo y eso, ¿sabes al menos a que curso va?, ¿va a nuestro instituto?

Negué a todas sus preguntas apreté mi pijama y la encare, tenía que decírselo

—El vecino es un empresario que se mudo hace tres semanas

—   ¡¿Qué!?!, ¿Penny estas loca?

se puso de pie a caminar de un lado a otro

— ¡Es un viejo!, dime — se aproximo a mi rostro observándome con preocupación — ese pervertido, ¿te hizo algo?  

—¡No! — negué bruscamente con la cabeza — solo una vez me saludo y yo no le conteste porque me petrifique y desde hace 3 semanas averigüe que coincido con él los lunes y miércoles solo para verlo, para tener la oportunidad de saludarlo y si se enamora de mí en el camino pues bienvenido sea su amor

—Sí los libros y los animes te hicieron perder la cabeza, me dices que es un empresario el tipo te debe llevar 15 o 20 años, ¿no crees?, ¡es un viejo! ¿que le ves de sexi?

— Baja la voz, satán puede escucharte

— ¿Quién?

— Mi hermana  —rodé los ojos — y no me lleva 20 años tal vez unos 10 y tu no lo has visto te puedo asegurar que parece un modelo salido de una revista

Ella suspiro, sus ojos oscuro me examinaban me sentía una rata de laboratorio, pero así es mi amiga no toma decisiones sin saber los riesgo de sus alternativas. No cree en el amor, cree que el matrimonio es un acuerdo donde ambas parte salen beneficiadas , claro por algo será una futura abogada, nadie se explica como la mejor alumna del salón tiene de mejor amiga a una mediocre como yo, antes no pensaba en el futuro pero ahora solo pienso ser la futura esposa de mi vecino, claro el día que me atreva a decirle un ¡hola!, será un gran paso.

—Tierra llamando a Peny —chasqueo sus dedos en frente de mi cara — ya te perdí, no puedes ser mas ingenua, quiero conocer al vecino

—Así que tú también quieres conocer al vecino

— ¡Ay Dios!, ¿por qué tuve que pensar en ella ya la invoque? -—agarre mis cabellos de una forma dramática, mi hermana rodó sus ojos y se acerco sólo para darme un golpe en la cabeza

La observe andaba un mini short Dios bien podían andar en calzón y no había diferencia y un top rosa, su cabello estaba muy liso y un maquillaje exagerado para mi gusto.

—Voy a averiguar, quién es el nuevo vecino y será mi próxima conquista, ¡Adiós feas!

— ¡No! -—me abalance hacia ella jalandole los cabellos — ¡el es mío lo tocas y juro que a tu ropa y maquillaje le pasara algo!

— ¡A mi no me amenazas rata! — me aventó y acomodo su cabello — Eres fea, ¿crees que te va hacer caso? -—agache la cabeza y ella sonrío triunfante, salio de mi habitación

—Penny, no dejes que lo que te haya dicho te afecte no eres fea solo...

—¿solo?

—Algo extraña con gusto peculiares — me sonrío, palmeando mi cabeza como si consolara a un cachorro

—si claro —agarre la mantequilla de maní y la unte a mi manzana

Pasamos toda la noche viendo un maratón de películas de terror y por fin la convencí de mi amor por el vecino o eso creía yo.

***

Miércoles

Compre un lazó rosa para poner a mi cabello, me maquille un poco y mis zapatos relucían, mi uniforme estaba sin ninguna arruga, eran las 6: 20, mis manos sudaban y mi corazón se aceleraba cada vez que tocaba la perilla de la puerta, suspire y abrí la puerta. Mi vecino iba hacia al ascensor

— ¡Espere! — al fin salió algo de mis labios al estar él cerca, me sonrío y se hizo a un lado

Mis piernas flaquearon y por inercia entre al ascensor

— ¡Buenos días!  —me dijo él

Yo solo asentí otra vez me quede sin habla, lo observe de frente por más de 5 segundos, su cabello oscuro levemente cortado, las gotas de agua siempre caen a su cuello, hoy olía a manzana verde con limón, cuando me sonrío sentí miles de mariposas revoloteando por mi estómago, ahora entiendo de que hablan los libros y las películas. Me quedo sin habla, el pulso se me acelera y cuando sus ojos grises pasan sobre mi aunque sea por tres segundos mi corazón se paraliza, el tiempo se congela. Dios si esto no es estar enamorada, ¿qué es?.

Los pocos minutos en el ascensor se congela en el tiempo, como si solo existiéramos él y yo, como si solo lo necesitara a él para respirar. La puerta del ascensor se abrió mi cuerpo temblaba, iba detrás de él y pude ver su amplia espalda, sostenía un maletín y hablaba por el celular, nuestros caminos se desviaron pero siempre ansío volver a encontrarlo aunque sea 2 minutos me basta para ser inmensamente feliz.

Tan solo dí, ¡hola!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora