Capítulo 4

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Ayer no podía ser peor me cerraron el portón en las narices, no importa cuanto batalle en explicarle al portero mi excusa, " me había detenido a ayudar a una anciana a cruzar la calle"

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Ayer no podía ser peor me cerraron el portón en las narices, no importa cuanto batalle en explicarle al portero mi excusa, " me había detenido a ayudar a una anciana a cruzar la calle". ¡No era mentira!, cuando iba corriendo como si fuera a hacer fila para un estreno de película, me encontré con la señora  Cardona, prácticamente me taqueo para que la ayudará iba a pasar de paso, comprenda llegaba tarde. El asunto es que tuve que ayudarla y podría ser la excusa mas cutre pero me paso a mi.

Claro ¿quien iba a creer esa excusa?. Me resigne y llegue al departamento, mi sorpresa fue encontrar a mi linda madre y al verme me fruncio el ceño.

—¿Otra vez no te dejaron entrar?

— Esta vez tengo una buena excu...

No termine de hablar, sentí el golpe de una chancla voladora

— ¡No Mami!, ¡en la cara no !

Subí a mi habitación, sabia que estaba Castigada.

***

En la semana me levante más temprano que de costumbre. Eso era bueno cumplía con mi plan desde el inicio. Descubrí que mi vecino y yo coincidimos los lunes y los miércoles, ¡Amo esos días!.

Hoy era lunes, revise por décima vez mi uniforme todo perfecto. Me puse un brillo labial que hacía lucir mis labios carnosos o eso creía creer yo. Revise mis dientes,  limpios, con mis feos lentes si no pude hacer nada, pero solté mi cabello ondulandolo  un poco. Todo para que mi vecino aunque sea me mire de refilón.

Salí y lo esperé afuera del ascensor, lo había practicado infinita veces un simple saludo ¡Hola vecino!. Cuando al fin salió hice como si hacía nudo a mis agujetas, suspire y entre después que él, el olor de su perfume mi nariz lo conocía a la perfección, sin embargo siempre me parecía que olía diferente ¿Cómo es posible?. Hoy sentía un olor a vainilla con limón.

Justo cuando la puerta se iba cerrar escuche un leve

— ¡Esperen!

¡No!, mi oportunidad de estar a solas con él se fue con esa frase.

La señora Cardona entro, mi vecino se hiso a un lado y la saludo

— Buenos días

¿Por qué no me saludaba a mi así?, cierto la semana pasada lo hizo pero me congele. 

— Buenos días, jovencito

El asintió con la cabeza y volvió a poner su vista en su tablet

— Penny leen, ¡Que bueno que te encuentro!

Force una sonrisa, solo para aclarar mi nombre no es Penny leen, es sólo penny, pero a las viejitas no se les puede contradecir.

Parecía buscar algo en su enorme bolso floreado. El bolso era un agujero negro, sonrió y saco un tubo de crema y me lo extendió

La observe confundida.

— Para la picazón de tus axilas — me explicó, pero yo ya no escuché nada más

¡Tragame ascensor!.

Observe a mi crush su vista siempre la tenía en la tablet, de perfil pude ver una leve sonrisa. Dios es uno de los momentos más humillantes de mi corta existencia.

—Gracias — dije que se escuchó como un susurro

Al abrirse la puerta del ascensor salí corriendo como si hubiese una oferta de ropa en la esquina.

Tranquilo corazón, ve el lado bueno esta será una escena graciosa que le contarás a tus hijos y como su padre se río levemente. Esa leve sonrisa fue casi perfecta como una brisa de verano y se quedará grabada por un buen tiempo en mis retinas.




Tan solo dí, ¡hola!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora