Ella acudía todos los lunes y los miércoles a la misma hora, ha bajar el ascensor.¿Por qué razón vestía su mejor ropa esos días?, sencillo su despampanante vecino un empresario aparentemente soltero vivía al apartamento de al lado. Lucia su elegante...
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Después de pasar una semana tortuosa, recibir la burla de mis compañeros, ahora soy conocida como "la gorda dientes de acero", si grandiosos compañeros (noten mi aura de amor hacia ellos), bueno al menos mis amigas me apoyaron y dijeron que así mis dientes mejoraran ¡gran consuelo!
Estoy recostada en un enorme sofá blanco, comiendo palomitas, nutella, un tazón de cereal sin leche de zucaritas y mi preciada pizza. Después me pregunto ¿por qué me salen barros? ¡Al diablo la dieta!, estoy deprimida no he visto a mi vecino después de aquella escenita fofa, donde mi hermana la gran ofrecida le acomodo su corbata, ¡es tan frustrante!, al menos me consuelo viendo la saga de Twilight, ver a Robert Pattison y Taylor Lautner es un gran consuelo para mi pobre corazón.
—Hija, otra vez estas de boluda
Si esa es mi dulce madre, que viene a complicarme la existencia, seguro me quiere poner hacer algo
—Mami, no me siento bien y por eso descanso
Se me acerca y me toca la frente y arruga el ceño, como quien dice te atrape en tus mentiras
—No tienes temperatura
—No, no tengo fiebre —y antes que me levantara de un jalón —pero si cólicos —dije lo último bajito
— Te pondré a cocer un te
Y parece retirarse y que yo cante victoria, pero no todo esa siempre de mi lado, es como si el mundo conspirara en mi contra y muchas veces utiliza a mi madre, se voltea y me observa
—Pero eso no te salva me vas a ir hacer unos mandados a la farmacia
— ¡Que!, mamá no es justo cuando mi hermana anda así hasta le lleva la comida al cuarto —me cruzo de brazos
Pero como si de una invocación maléfica se tratara, mi hermana aparece de la nada, lo sé hasta yo he pensado que es una especie de extraterrestre y mi pobre y verdadera hermana debe de estar en Martes.
— ¿Qué es lo que estaban hablando de mi? —mi hermana sale con su cabellera rubia desordenada y un mini short que no deja mucho a la imaginación, ruedo los ojos por lo superficial que puede ser esta sucia
—Nada, Peny después de que te de el té, me vas hacer el mandado a la farmacia
— ¿Vas a la farmacia? — ¡oh no!, la engendro me observa y sus ojos marrones parecen iluminarse — necesito que me compres unas toallitas, por favor —la maldita me suplica porque mamá esta presente
— ¡estas loca!
—Penny, que es esa forma de llamar a tu hermana— me regaña mamá
—Ves mamá y que trato portarme bien con ella, solo le estoy pidiendo un simple favor ya que yo tengo muchas tareas de la prepa y no me puedo atrasar
La mundana como siempre usando que esta en la prepa para conmover a mamá y que yo le sirva de sirvienta. ¡Oh, sí!, hasta he pensado que vivo mi propia historia de Cenicienta y mi príncipe ya apareció, suspiro recordando a mi vecino
-Ya sabes Penny, has el mandado y le haces el favor a tu hermana —No me había dado cuenta que mamá me hablaba y mi hermana se retira con una sonrisa de burla en su rostro
Mi mamá también se retira y así es como se arruina la mañana de un sábado, ver a Edward ya no me anima. Bueno sí pero... no es justo, me coloco mis tenis y acomodo mi pantalón apago el televisor y dejo mi deliciosa comida en la mesa.
A los pocos minutos viene mamá con mi té, me lo tomo de muy mala gana
—Cambia esa cara Peny
—Es la única que tengo
—No me conteste así jovencita
Mi mamá busca en su delantal y me extiende el dinero, lo agarro porque ya no quiero hacerla enojar mas de lo que esta, seguro y saca su chancla, mi cabello es un fiasco, con mi lentes y estos frenillos parezco de 12, no es que me vaya a encontrar a alguien o sí, no es sábado, tomo mi chaqueta y salgo al ascensor.
No había nade, suspiro aliviada y justo cuando el ascensor se iba a cerrar, una mano lo detiene, mi corazón se acelera ¿Cómo le hago un agujero al ascensor?, que no me vea, que no sea él, no soy muy devota a rezar pero estoy dispuesta hacerlo, mi ropa es un asco y mi apariencia no pudo amanecer peor esta mañana.
Un rostro conocido entra al ascensor y mis pies que por un momento los sentía pensado se van aflojando poco a poco, el hormigueo pasa y le sonrío y la saludo
—Buenos días, señora Cardona
—Buenos días Penny leen
Estuvimos en silencio hasta que el ascensor llego al último piso, Salí a la calle y la señora Cardona aun venía a mi lado
—Disculpa hija, ¿vas a la farmacia?
Asiento, ¿es que tengo un rotulo que diga que voy a ese lugar?
— ¡Que bueno! —Parece alegrarse —Así no voy sola, hoy tengo una consulta con la doctora y necesitaba que alguien me comprara unas pastillas —me extiende un papel
El consultorio queda a la par no me extraña que este pidiendo el favor, ya que no puede perder su número, leo lo que seguro voy a comprar y dice Feminil
No se que es eso, supongo que alguna pastilla para la presión o algo así, guardo el papel en la bolsa de mi chaqueta y ella me da el dinero ¿tan caras son?, llegamos al punto y yo me voy a la farmacia
Me va dar mucha pena comprar las toallas de mi hermana, esa engendro debería venir ella, compro el medicamento que me pidió mamá y el encargo de mi hermana lo pedí con mucha vergüenza la señorita que me atendía me sonríe amablemente seguro comprende mi vergüenza.
Una voz masculina muy conocida se escucha a lo lejos
—Me vende unas pastillas para la cefalalgia y unos antigripales por favor
Era mi vecino, en persona ¿Qué hacía aquí?, es obvio Penny viene a comprar lo que menciono, la muchacha que me atendía me da el cambio y me pregunta si todo va lo quiero en una bolsa por tercera vez, es que no le escuche las otras veces por estar pendiente de él, mordí mi labio al verlo.
¡Hoy amaneció perfecto!, como siempre, su cabello peinado hacia atrás , que le queda muy bien, su camisa polo y unos jeans azules, ¡esta para que me lo envuelvan en un lazo rojo!, pero que nalgas, me derrito
—Niña aquí tiene —me extiende mi pedido
Eso fue como arrojarme un balde de agua fría, disculpa me dijo ¿niña?, oh no ya no me agrado para nada me doy cuenta que su sonrisa es muy artificial, justo cuando estaba por salir, recuerdo el pedido de la señora Cardona, regreso y saco el papel de mi chaqueta, tengo prisa, no quiero que él me vea no como estoy vestida.
—Disculpe me puede vender esto —digo un tanto nerviosa y le extendió el papel
Ella lo lee y una sonrisa se extiende por su rostro
—Cariño, no te puedo vender esto
— ¿Por qué? —pregunte ya molesta
—Esto es viagra y requiere receta medica
—Disculpe, ¿que?
—Si son pastillas para aumentar el deseo sexual femenino
Me explica pero yo no estaba oyendo, porque mi vecino al parecer también escucho y ahora si quiero desaparecer, ¡trágame tierra!, él estaba haciendo fila en la caja de al lado pero eso no evite que quiera llorar y querer matar a una anciana
—Niña, parece que tu periodo ya vino
— ¿Eh?
—si, tu pantalón esta manchado —me señala mi parte baja y las tonalidades de mi cara competían con el color rojo que sobresalía de mi pantalón blanco
No necesite mas explicaciones para salir corriendo del lugar, el rojo no es buena señal, ¿Por qué a mí?