capítulo 9

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Ayer fue un día espantoso, después que quede prácticamente en ridículo delante de mi vecino, no pronuncie ninguna palabra, y mi hermana la muy

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Ayer fue un día espantoso, después que quede prácticamente en ridículo delante de mi vecino, no pronuncie ninguna palabra, y mi hermana la muy...sangre sucia, aventada, se atrevió a coquetearle a ¡mi! Vecino, le sonreía la muy descarada y le preguntaba cosas de su trabajo queriendo ser la interesante, ¡ash!, ella ni entiende de esos temas, que va a saber si las acciones en la bolsa bajaron o no, es una hueca...bueno no es que yo tampoco entienda pero no lo pretendo.

Al fin mi cabello estaba sedoso, pero no tenía un vecino sexi que apreciara ese cambio, suspire y termine de colocarme mi uniforme

—Hija, ya está listo el desayuno

—¡Ya voy! —me coloque mis zapatos y tome mi bolso

Ya era muy tarde y seguro mamá no me dejaría ir sin desayunar mi única alternativa y la más razonable es bajar por el barandal de las escaleras, me he deslizado muchas veces por ahí que no le veo problema.

Justo cuando me resbalaba un hilo de la falda quedo atorada en uno de los torniquetes de la escalera y mi bolso fue a volar junto con mi costal de papas (hago referencia a mi cuerpo), mi cabeza fue a dar justo en la pared y como grite siento como si se me cayeron todos los dientes.

— ¡ah! —grite tan fuerte que no me extrañaría si los pingüinos en el polo no se dieran cuenta

Mi mamá se limpiaba las manos en su delantal rosa, cuando llego apurada a mi lado.

—¡santo Dios!, hija que te he dicho de bajar moderadamente la escalera —si escucharon bien mi adorable madre en vez de preguntarme si sigo viva, si no tengo una conmoción severa o si mis pobres dientes aún siguen en su sitio, me regaña por desobedecerla.

Al fin se da cuenta que un costal de papa, aún sigue en el suelo, y me ayuda a levantarme y me toca la cabeza

—No te hiciste una contusión, pero tu boca sangra, ¡te llevare al hospital!

Y así fue como todo se hizo un escándalo, mi hermana hizo lo que cualquiera haría en su situación, llorar por mí, ¡no!, la muy mundana se burló porque me dijeron que necesitaba frenos*, si esos aparatos que le ponen a la gente para que se sienta más miserable de lo que ya es, entiéndame yo uso lentes y ponerme frenos es como enterrarme viva

— ¡No quiero ponerme frenos! —grite con lágrimas en mis ojos

De nada sirvió, que llore patalee, mordí al doctor, de nada las insufribles barras metálicas fueron colocadas injustamente en mis pobres dientes, que importaba tener tres o cuatro dientes de lado ¿a quién le importaba?

El lado bueno de esto es que no fui al instituto y mi hermana tampoco fue con la excusa de que estaba preocupada por mí, ¡mentira!, se la paso todo el día en Facebook y Whatsapp.

Mi madre dijo que me prepara un caldo, papá llegaba en la noche y justo cuando salíamos del ascensor para entrar a nuestro apartamento, el vecino sale de su apartamento nos saluda, se acomodaba una corbata azul con rayas, yo hubiese deseado saber cómo atar un nudo de una corbata, pero nunca aprendí, entonces la mundana, la adoptada de mi hermana se ofreció a hacerle el nudo.

—Gracias —dijo él con su perfecta sonrisa

—De nada, señor Stone

El observa su reloj nos sonríe por última vez y entra al ascensor, adiós oportunidad de saludarlo, adiós oportunidad de atarle el nudo de la corbata, pero no tengo que preocuparme, muy pronto aprenderé y le atare todos los nudos que queden a lo largo de nuestra existencia, cuando le cuente a nuestros hijos será una anécdota muy graciosa, del día en que su madre le colocaron frenos y no pudo atarle el nudo de la corbata.

Entramos a casa y mi infierno solo empezaba, desde el momento que mi hermana me presumió que le ato el nudo de la corbata.

N/a

*Frenos o también conocidos como brackets se utilizan para enderezar los dientes


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