Ella acudía todos los lunes y los miércoles a la misma hora, ha bajar el ascensor.¿Por qué razón vestía su mejor ropa esos días?, sencillo su despampanante vecino un empresario aparentemente soltero vivía al apartamento de al lado. Lucia su elegante...
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Hoy me tocaba ir al instituto, ¡bendito lunes!, odio estos días.
Termine de alisar mi falda, comprobé si mis zapatos no están sucios y le grite a mi mamá con un ¡ya me voy!, ella me respondió con un ¡que te vaya bien!, proveniente de la cocina. Mi padre no estaba debido a que estaba de viaje por asuntos de trabajo, y mi odiosa hermana aún estaba dormida, gracias a Dios no tenemos el mismo horario. Acomodo mis lentes y salgo del apartamento.
Toque el botón del ascensor y justo cuando se iba a cerrar, escuhe un ¡espera!. La sangre se me subió a la cabeza, era él con su sonrisa perfecta que bien podía iluminar el mundo, pero a mi me bastaba con que iluminará el mio.
Acomodaba su corbata, yo estaba detrás de él, así podía apreciar su ancha espalda, debe tener un buen cuerpo debajo de ese traje. Incline un poco mi cabeza hacia adelante sólo para aspirar su aroma, era una loción fuerte pero sin ser escandalosa. En su cuello caían pequeñas gotas de su cabello mojado, ahora observaba su reloj.
Vamos Peny, salúdalo, no es tan difícil, sólo dile ¡hola, vecino! ¿qué tal la mudanza?
Justo cuando de mis labios salió una especie de sonido, yo diría más bien graznido, la puerta del ascensor se abrió y mi oportunidad de saludarlo se fue con él.
Observe mi reloj las 6:35, ahora amo los lunes, ahora está será la hora que "casualmente" tome el ascensor.
Con una sonrisa en mi rostro salí a la guerra, que representaba para mi el instituto.