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¿Una mordida? Nagisa parpadeó un par de veces antes de echarse a reír, Rei lo miró sin una pizca de gracia, no entendía por qué el joven parecía tan divertido, él no solía hacer feliz a la gente de esa manera, ni de ninguna otra.

—Lo siento —dijo aun sonriendo—, me has hecho reír. Puedo invitarte a comer si tienes hambre. Pero tengo clases más tarde, tendrás que esperar.

—¿A comer?, mi comida está justo frente a mí —dio unos pasos cerca, por instinto Nagisa retrocedió, pero chocó con la fría y sucia pared del callejón.

—¿Qué… qué haces?, ¿es un chiste?

—Yo no sé de eso —se acercó de manera rápida, Nagisa abrió mucho sus ojos, de verdad que no parecía broma. Rei lo acorraló poniendo ambas manos de cada lado de su cabeza pero sin pegar sus cuerpos.

Nagisa cerró sus ojos con fuerza una vez que sintió el aliento de su captor acariciando su rostro. Rei olfateó delicadamente su comida, lamió sólo un poco la comisura de sus labios y bajó hasta su cuello.

—¿Eres un vampiro?

Rei se detuvo justo antes de morderlo, sus colmillos ahora eran visibles. Nagisa se atrevió a mirarlo, contuvo el aliento una vez que vio sus dientes, no era ninguna suposición, realmente lo era.

Rei lo miró intentando descifrar los pensamientos del estudiante, pero le pareció un chico común y corriente, como cualquier otro, nunca nadie le había dicho eso justo antes de morderlo, ¿qué es lo que sabía de los vampiros?, ¿o acaso él era uno? No, no tenía olor a vampiro, era completamente humano.

—Bingo…

Nagisa dejó salir un grito casi imperceptible, el dolor que sintió en el cuello lo hizo doblar sus rodillas, pero Rei lo sostuvo tomándolo de su delgada cintura. Vaya, era una sangre deliciosa, de las mejores que había probado en humanos, era una verdadera delicia. Sintió que el chico perdía fuerzas, así que muy a su pesar  alejó sus colmillos. Rei apenas se había manchado con la sangre, limpió sus labios con su lengua sin apartar a Nagisa. El joven lo miró a punto de desmayarse, intentó decir algo pero se desvaneció.

Rei miró los pequeños puntos que había dejado en su cuello. Lamió con su lengua para limpiarlo y esperar que sanara pronto. No moriría, él nunca hacía eso con sus víctimas, aunque pocas veces se mostraba ante personas, hacía bastante tiempo que no tenía la sangre fresca de un humano, y menos de uno tan lindo como ese estudiante.  Lo tomó entre sus brazos para llevarlo, no podía dejarlo ahí tirado. Tardaría algunas horas en despertar y era peligroso dejarlo solo, más si esos tipos volvían. No conocía dónde vivía, tampoco podía arriesgarse a ser visto por más tiempo con él, así que optó por pagar un hotel y dejarlo dormir ahí, cuando despertara podría irse por su cuenta a su casa, además él tenía que seguir buscando a Haruka, no podía distraerse más tiempo y no quería que Momo se entere.

—Perdón chico lindo, —dijo desde la puerta, Nagisa estaba durmiendo en la cama—. Me quedo con esto.

Guardó algo en su bolsillo y salió.

—Has vivido claramente como humano por bastante tiempo, ¿ustedes son tan intensos?, ¿por qué tanta prisa? —preguntó Haruka desde el pequeño sofá.

—Ya perdí una clase, no puedo faltar a la universidad o me quitarán mi beca —Haruka le restó importancia, no era algo que le interesara saber.

—Debería irme —mencionó Haruka, haciendo Que Makoto dejara de guardar sus cosas en su mochila por unos segundos, después reanudó su labor, no podía obligar ni rogarle a Haruka que se quedara, tampoco es que lo necesitara, sabía que el vampiro lo calentaba, pero era sólo eso, atracción física—. Pero por alguna razón no me han encontrado aquí, tu olor de Kitsune debe desaparecer el mío.

MONSTER † Makoharu †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora