Necesito hacer un cierre con mis diferentes etapas, aunque han pasado más de 6 años desde que quise empezar esa idea, nunca la llegué a desarrollar realmente. Por eso, aunque ya no soy la que lo escribió, que ahora soy la crítica y la apenada por ha...
Limpié las lágrimas de mis ojos con la palma de la mano, había reído demasiado con esa respuesta. Me incorporé de mi asiento acercándome con sigilo hacia la silla frente a mí.
« Aquí te dejo una pequeña muestra, pequeño louseine...
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XXXX»
Observé orgulloso los dibujos adjuntos al avión, no sabía si deseaba que él me descubriese tan sólo esperaba que él encontrase el 'amor verdadero' como todas mis pequeñas víctimas, digo, seres descarriados en busca de su 'media naranja'; tiré con sutileza el papel hacia la caminante figura de mi cliente y me cubrí.
A lo lejos divisé su cara completamente roja de la vergüenza y la ira, y sonreí ante su inocente reacción. Salí hacia el patio y esperé con tranquilidad a que volara su respuesta.
«No creas que me has hecho dar el brazo a torcer. Dame más tiempo que probarás de lo que soy realmente capaz
Martin »
Este tipo de chicos eran uno de los más problemáticos: nunca admitían el haberse enamorado de alguien, pero no era el primero con el que trataba así que no tendría demasiada precaución en la forma de darle mis 'enseñanzas'.
El grito de una chica me sacó de mis ideas cupidas y presté atención hacia donde se oían los ruidos. Una muchacha de cabello castaño claro estaba sollozando frente al As del equipo de Tennis, mis pecho se oprimió al visualizar a la pequeña siendo humillada de una manera tan cruel.
Con fuego saliendo de mis ojos me acerqué hacia el lugar de los hechos, sin evitar entrometerme. -¿Quién te crees que eres para hacerla llorar?- le dije mientras le lanzaba un gancho de derecha.
Uy eso dolió
La castaña me miró fijamente con sus redondos ojos ámbar sonriéndome agradecida con dulzura, de la misma manera le sonreí y me alejé de ahí con velocidad.
Se suponía que actuabas en las sombras!
Mi conciencia me reprendió. Mis ojos chocaron con unos de un tono verde grisáceo brillantes y no pude evitar sonrojarme.
¡Y ahora te sonrojas!
-YA CÁLLATE!- grité desgarrando mi voz causando de millones de seres me mirasen curiosos.
