Ya finalizaba agosto y Dy no había vuelto escribir, en realidad sí que había cumplido con el no hablar de nuevo conmigo y siendo honestos no es como si me importase. Me daba igual.
La sorpresa de que Dakie era la candente pelirroja del restaurante familiar me la llevé al día siguiente cuando regresé al local con la intención de encontrar a Dy, una chica acaba de caer estrepitosamente frente a mí dejando en el suelo una peluca roja fuego, con galantería me precipité a ayudarla y le ofrecí el asiento que estaba junto al mío. Al girar su cabeza esos ojos ámbares, místicos y exóticos me hicieron reconocerla enseguida.
»-hola- su dulce y avergonzada voz no hacía más que llenarme de un extraño placer.
»-¿Te encuentras bien?- debía demostrar que me interesaba- me alegra... Es un alivio el que no estés lastimada- mostrar preocupación por ella haría que le pareciese, no quiero decirlo...lindo.
»-Gracias...- ese silencio confirmó mis sospechas, significaba que nunca le interesé pero ahora ya me notaría, nunca me olvidaría...siempre pensaría en mí.
»-Martin...un placer- le sostuve la mano tres segundos para luego besársela, sin apartar la vista de ella.
Sentí un temblor por parte de Dakie y sin dejar mi seductora sonrisa volví a hablar: "-No tiembles, deja que esta mirada, este pequeño beso te diga lo que no se puede expresar...-" recordé a la perfección las empalagosas palabras que en un tiempo dijo Fausto* a Margarita -"... Abandonarse por completo y sentir un embeleso que ha de ser eterno...-".
La tierna expresión de Dakie al oírlo no hizo más que satisfacerme, esa mirada avergonzada, llorosa y hasta sublime era una celestial sensación, o esos carnosos labios con un poco de brillo labial siendo mordidos con nerviosismo...tragué saliva, esos labios eran demasiado peligrosos.
Dakie soltó su mano y haciendo una reverencia salió corriendo, una risa contenida salió de mis labios, en resumen así fue como enganché a Dakie.
« Ven a las 20:00 hrs. Tengo algo para tí.
Pd: Esta vez será otro alimento.-Dy.»
Ya no era de esos negros avioncitos que conocía ni tampoco la misma caligrafía de antes, ahora enfrente mío pegado al escritorio de mi habitación se encontraba un papelito de color manila con aquel mensaje.
Lo sostuve por unos minutos intentando entender el que sería lo que me quería dar Dy, aburrido lo dejé sobre la cama y me tiré en ella para relajar por un tiempo mi cerebro.
La estúpida alarma sonó, eran las 7: 30 p.m. Lo quería decir que tenía tan sólo 30 minutos para llegar; ya al cerrar la puerta de la casa mi celular timbró al recibir un mensaje:
"Hola, soy Dakota...
Nos conocimos en el bar".Confundido trate de recordar a alguna chica con tal nombre, muchas caras aparecieron pero ninguna de ellas era, así que lo ignoré y subí el auto en dirección al restaurante.
Me senté en el lugar de siempre y esperé como acostumbraba, el local se veía distinto: estaba más oscuro y siendo iluminado por unas bombillas LED de diversos colores, el ambiente familiar era reemplazado por uno más íntimo y los clientes y meseras del lugar vestían de una forma más sensual y tentadora.
Una mesera con el cabello azulado y un traje despampanante se dirigió a mi puesto con una bandeja de madera en la cual sobre ella se hallaban tres platos correctamente tapados.
Dos de ellos fueron dejados en mi mesa y el otro fue llevado a la mesa contigua que era separada por los acolchados muebles, un débil gracias fue entonado suavemente y la mesera se marchó sonriendo en mi dirección.
Arranqué una hoja de mi agenda y empecé escribir con velocidad para evitar que ignorase mis preguntas.
"¿Qué demonios quieres ahora?
- Martin" redacté irritado por toda esta estúpida situación.Lo pasé y esperé... Esperé y seguí esperando por cinco minutos hasta que vi como la hoja era traspasada por debajo del asiento.
"Tan impaciente como siempre ¡eh! Pequeño Louiseine, antes debes quitar las tapas a los platillos, con tan sólo mirarlos sabrás cual deberías escoger.
-Dy„Fruncí el ceño, no deseaba tener arrugas en mi juvenil y adorable rostro pero gracias a las tendría. Con expectativa alcé las tapas a la vez y vergonzosamente abrí mi labios por la sorpresa.
Un plato está minuciosamente elaborado con una variedad de carnes: la de res, de cerdo y la de pollo fueron las únicas que pude reconocer, las demás me eran desconocidas. Por otro lado al siguiente le precisé unas enchiladas con carne de cerdo muy bien sazonadas y un agradable olor, tragué saliva por semejantes tentaciones, pero escogí el segundo platillo.
"¿Para qué es el otro?
-Martin" la confusión había vuelto a mí: ¿para qué debí de escoger?, ¿con qué motivo?...¿en qué juego me había metido?."No es el para qué sino el para quién.
Además has escogido adecuadamente, estoy tan orgullosa:'v
-Dy„Pff, ella orgullosa ¡ja! Tan sólo veía ironía en cada una de sus palabras.
Si eso fuese así..."¿Esa era la 'impresionante' receta?
-Martin" no era mucha cosa, pero por qué no me la enseñó era lo extraño, seguramente habrá entendido que este cuerpo celeste no debe tocar cosas tan mugrosas y terrenales."Sip, veo que a veces si puedes pensar claramente
-Dy„Un tic nervioso apareció en mi ceja izquierda al leer, ya se las andaba la muy graciosa. " No soy un imbécil, si fueses verdaderamente mi acosadora lo sabrías.
-Martin".Ahora manda la hoja con este escrito...
"Éste fue mi pago...
-Dy„ esto era extraño, ella no era así a menos que no la volviese a ver."¿Pago?¿De qué?¿Por qué?¿Para qué?
-Martin" pasé al papel apresurado pensando en qué podría deberme ella.Una blanca y elegante mano llamó a la misma chica de cabellos azules, por lo que descifré ellas intercambiaron palabras entre ellas y luego de que la mesera se hubiese ido, la persona que intercambiaba esos escritos se levantó y se fue con gracia, moviéndose elegante y sofisticadamente sin permitir que se le viese su rostro aunque lo demás sí que se le veía: unas tonificadas y blanquecinas piernas, un muy buen formado trasero y una cintura magistral...la combinación perfecta.
Me puse en pie y caminé hacia el lugar que hace unos cuantos minutos estuvo sentada Dy, no había nada fuera de lo común a excepción de una tarjeta.
"DAKOTA STEVENSON:
***********
Cll:*********"Ése era el nombre de Dakie, debía de serlo, no sólo estaba su nombre sino también su dirección y su celular. Estaba a punto de marcharme cuando vi una rectangular tarjeta dorada encima de esa mesa.
«Ya empieza septiembre. No seas insistente.
-Dy»Y así con la hermosa caligrafía de siempre dejó tal mensaje.
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FAUSTO: personaje literario principal del libro con el mismo nombre, autor: Goethe.
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Aviones a papel.
Short StoryNecesito hacer un cierre con mis diferentes etapas, aunque han pasado más de 6 años desde que quise empezar esa idea, nunca la llegué a desarrollar realmente. Por eso, aunque ya no soy la que lo escribió, que ahora soy la crítica y la apenada por ha...