POV'S DY:
Miro los pasos veloces de cada una de las personas frente a mí, en otro momento hubiese ignorado sus charlas llenas de estúpido cinismo pero hoy andaba de humor para reírme internamente de las idioteces de las que hablaban.
-Haci q' Mart...¿Qué planes as echo pa' hoy?- una diminuta sonrisa se formó en mi boca, esperando a que Louise rechazase a sus "panas", como se denominaban entre sí.
-pue' vé mio pana...hando algo yeno, será pa' la otra-suspiré resignada por la idea de que Louise tuviese que actuar de una manera tan barbárica, en otros tiempos él los habría alejado pero, así es como llegamos poco a poco a la degeneración humana.
-éche, quedás vos con alguna ricura. ¿Verdad?- la expresión asqueada de Louise la visualicé por unos mínimos segundos la cual corrigió por una fragante y refrescante sonrisa, por ello amigos míos me encuentro plenamente consciente de que Louseine irradiaría su luz propia en un auditorio como el personaje principal de alguna historia como la de Othello.
- nouh ¿creen que alguien como mi puede dejar a ustedes solos?- negué con mi cabeza dejando de lado a esos mal hablados e ignorantes seres, no diré que humanos porque en realidad no me encuentro muy segura de que lo sean. El timbre para anunciar la entrada a las salas de estudio se hizo presente, causando que mis nerviosos se pusiesen a flor de piel.
-¡Rian!- un grito desgarrador, creó un sobresalto en mí, y no sólo en mí: varios y diversos tonos de ojos se posaron en la jaula de mi alma, es decir, mi frígido cuerpo. Golpeé con sutileza mi frente y giré sobre mis talones forzando la más gigante y extraña sonrisa, estaba claro que no tenía los mismos dotes de actuación que Louseine.
-¡Ni te atrevas!- habló rayándome sus ya alargados ojos- no te atrevas a sonreírme de esa manera, tengo muy presente que esas sonrisas están llenas de hipocresía y cinismo- un rizo se llama a pegó a sus tan llamativos labios brillantes por el labial, lo sostuvo entre sus manos por un momento para luego volver a posar sus ojos en mí.
-Je, parece que...- piensa cuidadosamente, si no estarás muerta- que...estabas buscándome- ¡eso! ¡Sigue así!- también quería hablar con tan maravillosa e impresionante persona- mis dedos empezaron un tamborileo junto a cada lado de mis piernas.
- No entiendo cómo tratas tan despectivamente a tu única y verdadera amiga- agarró con drama la parte del tórax en el cual se encuentra ubicado el órgano vital llamado corazón.
-Hasta que la información sea verídica, no nos podemos arriesgar- moví mi mano hacia su cara enmarcándola, detallando sus bellas facciones: tez blanca y suave al tacto, yo diría que los bebés se encontrarían celosos de saber la delicada textura de su piel, unos rasgados ojos violáceos delineados de un morado electrizante, sus pobladas pestañas resaltadas por el rímel; y sus labios maquillados con paciencia y mimo, pero lo que más le caracterizaba esa hermosa cara era el lunar café ubicado debajo del ojo izquierdo. No comprendía con mis ya 7 años de amistad el porqué no tenía ninguna semejanza con su hermano consanguíneo.
-Okey- arrugó sus fina nariz para luego fruncir su ceño- Dakota debe de estar entusiasmada con la idea de poder tener un amigo masculino- observé por el rabillo del ojo cómo arrugaba con enojo su frente, apreté mis dientes y sentí como mi sangre empezaba a calentarse y hervir.
-Recuerda algo- fijé fríamente mis ojos en ella- No le des la idea de una amistad, debe que estar lista para el cambio en sus sentimientos- eso sonó muy duro.
Y como para comprobar que mi consciencia tenía razón, en los ojos de Trhien comenzó a borbotear con velocidad un líquido salado incoloro, mientras ella hipaba. No puedo mirar hacia adelante, sin mirar hacia atrás primero.- Ya, no lo he dicho con mala intención. Ven ¿quieres un abrazo?- pregunté estirando tiesamente mis brazos, esperé a que me mirase y me permitiera el tocarla.- Trhien...le daremos tiempo al tiempo ¿qué dices?- la insté a aceptar sonriéndole 'sinceramente'.
-Ven a mi casa- exclamó cambiando de tema con brusquedad- mi madre no está y Él tampoco, estará fuera de la ciudad-. Qué tan buena amiga te crees eh... Por un momento sentí la necesidad de contarle la situación, mi trabajo, el porqué lo hago pero algo en mí me retuvo.
*
Septiembre, wrzesień o rujan (el mes rojo), ¿creerían si les dijese que odiaba este mes? Si no lo hacían pues... Háganlo ahora. En realidad el maestro había sido un gran hombre en el cual conocí en este rojizo mes y no me arrepiento, pero también fue en este sangriento mes en el cual falleció
ESTÁS LEYENDO
Aviones a papel.
Short StoryNecesito hacer un cierre con mis diferentes etapas, aunque han pasado más de 6 años desde que quise empezar esa idea, nunca la llegué a desarrollar realmente. Por eso, aunque ya no soy la que lo escribió, que ahora soy la crítica y la apenada por ha...