Mis palabras se ausentan,
cuando en el ardor de un beso
me rasgas el alma,
haces que mi espiritu conmovido
se complazca, aturdido
por el éxtasis que me causan tus miradas.En tus ojos,
universos profundos,
abismos cautivadores,
me encuentro absorto;
compenetrado en tu mundo,
perdido en el deseo de amarte...
He dejado mis tazas de porcelana;
pues ahora el café de tus ojos me sacia.En tus brazos,
encuentro el remedio
que hace reposar a mis legiones;
y es tu olor, la materialización
del perfume de que han de poseer
los matizados colores de un atardecer.Al admirar tu imagen celestial,
se enardecen mis versos,
y atraídos por el sabor de tu piel,
se pierden en tus suspiros;
y no vuelven nunca...Déjame que te escriba,
aunque sea un poco,
déjame que esta prosa,
se grave como tatuaje en tu cuerpo,
y haz que mi poesía se atice,
con el calor de tu amor...
