La magia resurge del nada,
y los astros giran alrededor
cual traúsentes sin rumbos
empedernecidos por los hechizos
que recita tu mirada.La pompa del mar,
se estremece,
y el agua se consume el en ardor
de tus llamas infernales.El cielo se convierte en un espéctaculo,
con millones de luces fugaces,
que llevan tu olor;
se asimilan a tus candentes lunares,
pues hasta me susurran que necesitan de mis labios.Ángeles y demonios, se postraron;
el Rey había magnificada su creación;
y por casualidad me pareció leer tu nombre
cuando vi salir en un estruendo tan divina imagen.Ven, sube, sáciate;
rejuvenece, toma de mí lo que quieras,
que este pecado no cuenta...
Embriágame con el vino de tu boca,
y encadéname con la firmeza de tu mirada,
hazme recordar por siempre
la potencia de tus caderas.
Y en el moviento, dislócame más
la cordura que me falta,
y que al final de tanto pueda
sentir tu alma redundante con la mía.