El destino me ha hecho quien ahora soy. [JustinBieber y ___(tú.)]

Capítulo#09: El destino me ha hecho quien ahora soy.

Capítulo picante: 

•Narras Tú•

Los días han pasado muy rápido, ya el lunes comienzo en la universidad de California. Estudiaré enfermería, esa profesión yo la amo. Es que mi mamá lo era, pero ya no lo es. Por su situación de salud, pero yo haré lo que ella nunca hizo. Hoy es sábado, hoy Justin me invitó a cenar a su casa. Mañana iré a comprar algunas cosas que me faltan para la universidad.

─Mamá, ¿haz visto mi vestido azul?- Le pregunté a mi mamá.

─No lo sé, ___. ¿Ya chequeaste en tu gabetero?- Claro ahí debe estar.

─No, ahora checo. Gracias.

Fui a chequear y rápidamente lo encontré. Checo el reloj y marca las 6:00pm, por esa rezón, voy a darme un baño. 

Voy a mi gabeta y saco una lencería. Luego me encierro en el baño y me doy una ducha de unos 10 minutos, luego salgo, me alisto con la ropa que había escogido. 

 Luego voy al baño y cepillo mis dientes, luego me pongo algo de maquillaje en mi rostro. Luego de hacer todo, checo mi reloj, marcaba las 7:00pm. Hora de irme.

•En casa de Justin•

─Justin, ¿y tu mamá?- Pregunté curiosa al ver que no había nadie en la casa, sólo nosotros dos.

─Ella esta en casa de mi tía. Se va a quedar allá.- Sonrío.

─Ah okay, no me vayas a violar.- Reímos.

─Eso nunca princesa, no haré algo que tu no quieras.- Sonrío.

─Muy caballeroso de tu parte señor Bieber.- Sonreí.

─Bueno, dame un momento que se me quema la cena.- Se puse de pie y luego se fue hacia la cocina.

En unos 5 minutos estaba frente la puerta de la cocina, mirándome detenidamente. Me obsevaba curioso, y con un brillo especial en sus ojos.

─¿Qué pasa Justin?- Le pregunté rompiendo el hielo.

─Nada, Panesita. ¿Quieres pasar a la mesa?- Sonrío.

─Claro.- Sonreí

Pasamos a la mesa, estábamos hablando de lo rico que estaba la cena, que no estaba nada mal, para que fuera hecha por un chico. Pero de momento hubo un silencio súper incómodo. Hasta que Justin, rompió ese silencio.

─___, necesito preguntarte algo. Por favor no te asustes, es que necesito saberlo, y de una ves y por todas ser feliz.- Dijo este mirándome a los ojos.

─Claro, dime.- Le tomé la mano. Y este comenzó acariciarla.

─Es que sabes que te has convertido en alguien muy especial. Eres mi amiga, pero es que esta angustia me esta matando, yo a ti no te considero como mi amiga, yo quiero algo más contigo, que una simple amistad.- Trago grueso. ─___, ¿tu quisieras ser mi novia?- Soltó.

─Justin, esto es mucho para mi. No lo sé, me has hecho sufrir muchísimo.- Dije en un hilo de voz.

─Date una oportunidad de ser feliz conmigo, ___ te lo pido.

─Bueno, está bien.- Sonreí.

─¿Está bien, qué?- Me miró nervioso.

─Que sí, que acepto ser tu novia.- Sonreí.

─No sabes lo feliz que me haces, ____. Sé que llevamos muy poco de novios, y todo eso. Ni un minuto de novios llevamos, pero yo te amo.- Reí, ya que él y yo nos conocemos hace años.

─Lo sé, Justin.- Sonreí. ─Yo también te amo, y no sabes cuanto tiempo esperé para escuchar eso de tus labios.- Sonreí.

─Gracias, mi panesita.- Lo miré con duda. ─Gracias por darme esta oportunidad, no sabes cúan feliz me haces.- Me tomó del mentón y acerco su rostro, acortó la distancia que había entre nuestros labios, hasta que los juntá. Me besó, deslizo sus suaves manos hacia mis mejillas. 

Se separó unos milisegundos a verme a los ojos. Y luego prosiguió a besarme, el beso estaba siendo extremadamente tierno y lleno de pasión. No sé cómo, pero estábamos de pie, caminando, sin parar de besarnos. Justin me tomo a lombro (En sus brazos) y subió las escaleras, con cuidado me colocó sobre la cama, y con mucha precaución se poso encima de mi. Siguió besándome, el beso ahora estaba lleno de lujuría y pasión. Me estoy dejando llevar, muy rápido. Quitó mi vestido, estaba en ropa interior. Justin me divisó. Rápidamente, y prosiguió con el beso.

─Justin, para.- Le dije colocando mi mano en su torso.

─¿Por qué, princesa?- Me preguntó mirándome a los ojos.

─Es que yo... yo soy vírgen.- Agaché mi mentón acompañado por mi vista.

─Eso no es nada, panesita. Sólo disfruta tu primera vez, por lo menos no lo estas haciendo con un loco. Es conmigo, con quién amas.- Sonreí, para luego sonrojarme.

Siguió besándome, me senté en la cama, así se la hace más fácil desabrochar mi sostén. Lo desabrochó y se quedo mirándolos, sentía que mis mejillas ardían. Debido a que él es el primer hombre que me mira de esta manera, ósea casi desnuda.

Se acercó a mi, y comenzó a besarme. Pero, yo le estaba quitando su camiseta con mis manos. Él ayudó, y se quitó la camisa, luego los pantalones, para quedar en bóxer. Bajó mi braga, para así quedar completamente desnuda, ante los ojos de Justin. Tenía miedo, miedo a que me doliera, era mi primera vez, no quiero ser engañada. 

Justin, se quitó sus bóxers. Me quedé boquiabierta, pero rápidamente cerré mi boca, para que no se diera cuenta. Lo miré de arriba a bajo, y el se posó encima de mi. Me besó, yo abrí mis piernas. Pero en un momento dado, las trinqué (duras), sentía miedo. Pero luego accedí, me estaba besando. Me separé un poco de sus labios, y lo miré el me miró con lujuría, y luego lo besé. Cuando tenía las piernas lo suficientemente abiertas, sentí como colocó la punta dentro de mi. Era un dolor, así que no pude contener mi grito de quejido. Él se asustó, y me miró detenidamente. Yo con la poca fuerza que tenía le sonreí, y le susurré un "continúa", él me miró aliviado y lo metió todo. Ahora me duele un poco más, sentí cómo el imén se rompía, me dolía. Pero luego de unos 5 minutos el dolor fue desapareciendo, la habitación se llenaba de gemidos de satisfacción, de lujuría y de pasión. Yo comenzaba a temblar, y él igual, no sabía que me pasaba. Era vírgen hace unos minutos atrás, sentía tanta excitación y esas cosquillas que dan cuando estás enamorada, cosquillas de excitación. Creo que mi primer orgasmo lo estoy teniendo ahora mismo. Grité tan y tan fuerte que Justin tuvo que darme un beso, aplastó sus labios con los míos. 

─¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?- Me preguntó agitado y con una capa de sudor en su rostro.

─No, no me has hecho nada de daño, al contrario creo que me has hecho lo más hermoso y lindo que me han hecho.- Sonreí.

─¿Eras vírgen, cierto?- Me preguntó posándose al lado mío en la cama.

─Sí, si lo era. ¿Y tu?- No sé para que preguntó, ya sé que no lo era.

─Sí, yo también lo era. Por eso te pregunté si estabas bien.- Reí con la poca fuerza que tenía. 

─Ah, ah pues nos entregamos uno al otro.- Sonreí

Coloqué mi cabeza sobre su pecho, luego todo se fue nublando. Hasta que me quedé dormida.

_________________