Capitulo 7

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Fui al colegio ya que hoy me toca a un examen.

Me encontré con Jessica, me sonrió.

-Oye ¿que tal el día de ayer?.

-Normal.

-Ah bueno. Oye nos sentamos juntos en la clase que viene ¿Ya?.

-Ya está bien.

Termine todo el exámen, creo que fui el quinto en terminarlo. Luego acabo Jessica y Leonel.

El día se paso muy rápido, creo que la mitad del dia se pasó por la prueba. Era salida, Jessica y Leonel me estaban esperando.

-Oye te buscan- me dijo una chica-.

-Okay gracias.

-Oigan vayan llendo, yo me quedaré aquí por un largo rato-les dije.

Pasaba por un pasadizo.

Todo estaba en silencio absoluto, no creía que el profesor me siguiera esperando.

Llegaba al salón que me dijeron y no había nadie. Fue una broma, y yo caí como idiota. Pero escuche unos pasos.

De repente se aparecieron dos compañeros.

-Esto considéralo una bienvenida por parte nuestra, jajaja.

-Jajaja si.

Me agarraron el hombro, y me empujaron contra el suelo. Me levante rápidamente para escapar e ir rápidamente a mi casa pero me patearon la espalda. Quedé en suelo por dos minutos.

Me golpearon todo el torso excepto la cabeza, me patearon todas las piernas mientras que uno pisaba mis dos brazos para que no pueda moverme.

-Te crees el sabio no imbecil.

Una patada en la barriga.

-Si, eso es para que veas que en el salón nadie te quiere, ni los "otros".

Los "otros".

Y me patearon por ultima vez en la espalda.

Se fueron. Me levante y no había nadie más, solo el conserje. Me fui.

Pase rápidamente por mi mamá, para que no viera lo que sucedió.

Entre a mi cuarto y me mire todo lo que me hicieron. Me fui al baño por unos algodones para desinflamar las heridas. En este día no respondo ninguna de mis incógnitas, pero me dije algo a si mismo: "¿Creen que por ser el nuevo no hare nada?, pues verán, verán que hare con ellos.

Cene, no hable nada. Hice mi tarea tranquilo.

No pensé que este colegio mi iba hacer cambiar mi perspectiva de las personas tan rapido y drástico. Vaya. Si solo hubiese sabido que al entrar ahí iba ser un cambio en mi destino tan radical, hubiera retrocedido unos pasos y correr hasta que me perdiera en el fondo de los callejones de la ciudad, para que nadie viera mi cara de temor y angustia.

Pero todo era demasiado tarde.

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