Capítulo 9. - Jugando con fuego
El intensivista, pasó los siguientes dos días pretendiendo a la joven, claro mientras House no se diera cuenta, pero si podía hacerlo a la vista de Foreman eso no le molestaba.
Aun así no obtuvo ninguna respuesta por parte de la joven, situación que lo desesperaba, ya era Jueves por la noche, o aceptaba salir con el hoy, o su oportunidad se esfumaria para siempre, la vio caminando por el pasillo rumbo a la salida, decidido se acercó a ella y la detuvo. Elizabeth giro asustada y pero su rostro se puso rojo al ver al médico.
_Hay más café en la oficina - dijo ella haciendo un esfuerzo por no parecer molesta. Chase
Chase se rió y negó con la cabeza, su sonrisa era seductora, eso desequilibro un poco a la joven.
_Me debes una respuesta_demandó el divertido al comprobar lo nerviosa que estaba la castaña.
_ De acuerdo -respondió ella intentando mantener la calma
Chase sonrió complacido y se fue una vez que concretaron que el la recogeriá en su departamento el viernes a las 8 de la noche.
Elizabeth siguió caminando para coger un taxi pero una mano la detuvo, seguro que el rubio había olvidado decir algo, sus ojos brillaron cuando Foreman la llamó.
_¿Te puedo llevar a tu casa? - pregunto él sin despegar los ojos de la castaña
_De nuevo me hablas, parece que hoy mi edor es más soportable- respondió fingiendo que olfateaba su cabello
El Doctor Eric Foreman sonrió y la guió para llevarla a su auto, un molesto un Chevrolet negro del 99. Con cuidado le abrió la puerta a su compañera, y luego tomó asiento a su lado, detrás del volante, Elizabeth no estaba segura por que le hablaba de nuevo, pero le gustaba sentir su presencia, se sentía de nuevo en paz. El viaje fue tranquilo, rieron un poco, cuando llegaron al departamento de la joven, y el silencio Reino de nuevo.
_¿Quieres pasar? -cuestionó ella esperanzada
Pero Foreman, negó con la cabeza
_ Es complicado sabes- dijo el aferrado al volante
_Explicame-pidio ella de forma dulce
Elizabeth se desabrocho el cinturón de seguridad y abrazo al médico, como un impulso lo beso, pero el se apartó con agilidad.
_Es complicado - respondió avergonzado
_Si era complicado, no debiste ilusionarme- la castaña estaba ofendida, pero sobre todo decepcionada.
_Me gustas- le dijo
Ella bufo por que era tan contradictorio
_Te gustó, pero me evades, te gustó pero no soportas que te intenté besar. - tu sinceridad me abruma, dijo exaltada.
Foreman estaba demasiado serio no decia nada, no quería decir sus razones.
_Y entonces ¿Por que me buscaste de nuevo? - te parece divertido jugar así conmigo, te recuerdo que soy una persona que siente, no una servilleta que puedes tirar, además tu fuiste que el que se acercó a mi y yo...
_¡Ya lo sé! - dijo elevando la voz- tienes razón y lo siento, no puedo evitar que me gustes me gustas mucho, pero no puedo decir que pasa, pero tampoco quiero que salgas con Chase.
_Y entonces como el Sr Macho Alfa siente que ya le robaron a su loba, vienes a marcar terreno, levanta tu pata y orina.
Elizabeth salió furiosa del auto, dejó la puerta abierta y se metió a su departamento a llorar, House tenía razón, los médicos eran idiotas.
Al siguiente día, se levantó temprano, limpio un poco, evito comer algo pesado asi que bajo a la tienda de la esquina y compró todo para hacer un sándwich, puso la tv y empezó su rutina de belleza, se ducho por una hora, hizo mucho énfasis en su cabello, le puso acondicionador dos veces, hasta que se conformo con la textura suave de este. Se enredó en una toalla, pintó sus uñas de rosa pálido. Acomodo todo su maquillaje, y busco su ropa, con Foreman no le había importado arreglarse mucho, pero aunque Chase no le gustará, quería dejar una buena impresión, tenía la idea que si la cita resultaba exitosa, le doleria a Foreman.
Al final se decidió por unos jeans azul obscuro de caída recta, unas botas grises, y una blusa de manga larga color azul cielo con escote en v, peino su cabello con crema de chocolate, y dejo que este estuviera suelto y ondulado, se puso perfume, aplicó un poco de base, rimel, y labial color melón, miró su reflejo en el espejo complacida, se veía sexy, pero sencilla.
El timbre sonó, y abrió.
De pie estaba el Médico Intensivista Robert Chase, vestía un suéter gris que resultaban sus ojos color agua, y unos pantalones negros y mocasines grises, parecía un niño.
Ella sonrió pues no se esperaba verlo así.
__Me esperabais con grilletes y un traje de látex ¿verdad? - dijo el rubio divertido por sus reacción- más tarde ten paciencia
Ella rodó los ojos y salió cerrando el departamento, ambos se subieron a un Jeep color verde militar, pronto llegaron a una especie de parque, donde había una feria de arte.
Había puestos con pinturas, comida, música, juegos, Elizabeth estaba sorprendida, ella había jurado que la llevaría a un club a bailar y después de ello insistiria por acostarse con ella.
_Parece que es noche de sorpresas - exclamó ella
El rubio le tomó la mano y fueron de puesto en puesto, pasaron una noche agradable, comieron banderillas, refresco, platicaron del pasado de cada uno. Resultó que Chase intentó entrar a estudiar a un seminario pero dejó todo para estudiar medicina y complacer a su padre, su madre había estado en depresión muchos años y el tuvo que cuidarla, confesó que había probado algunas drogas, y haber vivido algunos problemas. Por su parte Elizabeth confesó que aunque le gustaba la vida hogareña en el fondo siempre había soñado salir al mundo y viajar, que le gustaba cantar en el baño, y siempre quize saber de su padre aunque sabía que ese tema lastimaria a su madre. Confesó que sus caracteres eran tan diferentes que ellas siempre terminaban peleando. Estaban tan a gusto platicando, habían dado la vuelta al parque tres veces, Chase había jugado en un puesto de canicas, y le entregó triunfante un peluche de un águila.
Compraron golosinas, escucharon tres canciones de un puesto donde tocaban música electrónica dos chicos. De pronto se vino la lluvia y los dos tuvieron que correr al Jeep, casi Elizabeth casi se cae pero Chase la tenía sujeta del antebrazo y pudo mantener el equilibro. El hombre encendió el auto y dieron un paseo por un lago, mientras de fondo se escuchaba un poco de música instrumental. Los dos la estaban pasando bien, hasta que Jeep se detuvo. aquí
_¿Pero que?, espera aqui- dijo Chase bajando del auto con una linterna, no le tomó ni cinco minutos revisar el cofre del auto, entró de nuevo, tomó su teléfono y marco por dos minutos hablo con alguien y cuando colgó la miró apenado
_Creo que la grúa tardará dos horas a en llegar- le dijo
_Pues entonces a esperar- respondió ella.
La lluvia seguía cayendo fuerte, a lo lejos se escuchaban los truenos, Elizabeth se estremeció, siempre se había sentido temerosa de las tormentas.
Chase la abrazo y se quedaron así momento
_¿Te puedo robar un beso? -pregunto
Elizabeth se calló, por un lado le gustaba Eric tanto que recordar aquel beso apasionado y cada noche mientras jugaban Nintendo mientras comían, le agradaba tanto, además la cercanía con el gustaba, se sentía segura y querida, pero tras la última pelea, se encontraba dolida. Por otro lado estaba Chase, era más de lo que el hubiera imaginado, y parecía sincero también, y aunque iban rápido, la habia hecho dudar, sabía que estaba mal, pero...
Ya no pudo seguir pensando, por que Chase le volteó el rostro y quedaron de frente.
_¿En que piensas? ¿No te sientes cómoda?, puedo llamar a un taxi y nos vamos - dijo el tranquilo
_ Disculpa yo
Y entonces como otro impulso le tomó la cabeza con sus dos manos y lo besó, contrario a Eric, Robert no se alejó, se acercó más a ella y con destreza la cargo sobre ella y quedaron más tiempo besándose, Chase la tomó de las caderas mientras Elizabeth le desabotonaba la camisa, la respiración de ambos era forzada, tuvieron que separarse para recuperar el aliento, Chase, le abría los jeans y continuaba besándose el cuello.
Una luz los terminó de separar, la grúa llegaba
_ ¿Entonces, vamos a mi casa? -pregunto ella.
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LA HIJA DEL SARCASMO
FanfictionEl Doctor Gregory House era un amargado, pero muy astuto médico del Hospital de Princeton, la vida lo había convertido en una persona dura, pero en el fondo anhelaba tanto la felicidad. Elizabeth Race era una joven de 21 con la aspiración de convert...