CINCO

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Miercoles.

Un día tranquilo como todos, es más, creo que aun más tranquilo, al menos en el Instituto. Todos hacian sus cosas, Lila por suerte no había faltado a pesar de que había amanecido con el cuerpo adolorido y la cabeza que le estallaba, hasta se le marcaron ojeras.

-¿Cuándo vas a decirle a tus padres sobre Tae Hyung? No puedes estar toda la noche fuera de casa sin abrigo, mira como estas ahora.- dije en el salón de clases aprovechando que el profesor se había ausentado.

-Solo me olvide mi abrigo una sola vez en mi vida y me pasa esto.- Sorbe su nariz.- Y se los diré cuando dejen de ver las noticias a cada hora del maldito día. Están obsesionados con los casos sobre niñas desaparecidas. ¿Crees que aceptarían que este saliendo con un universitario? ¿Aunque sea dos años mayor, nada más? Dios no, díselos tú.

-No gracias.

Los padres de Lila eran realmente estrictos e insoportables, una de las razones por las que no les caía bien, tenían esa idea de que yo era muy liberal y una mala influencia para su hija y todo por un rumor que no era tan rumor. Aunque al final terminaron dándose por vencidos al ver a su hija escapando en medio de la noche para desearme un "feliz cumpleaños". Casi les agarra un infarto.

-Te ves muy mal.

-Siento como si le hubieran pagado cinco millones de dólares a un boxeador para que golpee mi cabeza constantemente.

-Auch. Mejor te llevo a la enfermería. Vamos.- Me levanto del asiento y salgo del salón con Lila detrás mío.

Le agarro la mano y la llevo por los pasillos vacíos hasta la enfermería lo más rapido que puedo, no quiero tener que lidiar con una chica desmayada en falda. Desastroso.

Al llegar a la enfermería ella camino directo a la camilla y se recuesta allí. Yo empiezo a buscar alguna aspirina pero no encuentro ninguna. ¿Donde esta la enfermera de todos modos? Al final me decido por tomar la temperatura de mi amiga. Pongo el termómetro debajo de su brazo y le acaricio la frente. Estas hirviendo.

-Mierda. Tienes cuarenta grados de fiebre.- digo a lo que ella hsce mala cara.- Buscare a la enfermera. Ya vuelvo.

Salgo de allí y corro hasta la sala de profesores. Antes de golpear me detengo al escuchar risas femeninas adentro. Al escuchar el permiso para pasar abro la puerta y enseguida me quedo sin aire.

-¿En qué te puedo ayudar Aurora?

Pero las palabras no salían de mi boca. No cuando Nam Joon estaba sentado en la mesa junto a mi profesora de Literatura y la enfermera tomando cafe muy tranquilos.

Nam Joon me miraba a los ojos como yo lo miraba a él, profundamente. A diferencia de mí, quien me veía confundida y tonta, él parecía relajado como si estuviera en un bar con amigos de toda la vida. Dios, se veía tan guapo con sus lentes y su ropa de profesor de historia de Harvard. Y no era la unica que pensaba lo mismo...

--¿Aurora?- La profesora de Literatura llamo mi atención al ver que no respondía, lo cual agradecí ya que pude alejar mis ojos de él.

-Yo... buscaba a la enfermera Smicht.- Mire a la otra mujer quien tenía un interesante escote y la espalda recta haciendo que sus pechos se lucieran... en dirección a Nam Joon.

-¿Pasa algo?- Hasta su tono de voz se había vuelto más agudo y empalagoso.

-Hay una alumna en la enfermería con cuarenta grados de fiebre y no hay nadie allí para atenderla. Tal vez debería llamar a sus padres.- Mi tono salío más duro de lo que pretendia, pero no me molesto tampoco. Y es que estaba enojada, ella no tendría que estar aquí coqueteando, debería estr trabajando, al igual que la profesora de Literatura quien no recuerdo su nombre en este momento, pero a quien podía verle su sosten rojo desde aquí.

Dolls Eyes (RM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora