DOCE.

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¿Desde cuando soñaba con Jungkook? Supongo que el haberlo visto en la fiesta me afecto más de lo que pense. Aunque debo parar de pensar en estas cosas que solo me traeran dolores de cabeza innecesarios, todavía tengo que lidiar con mi amiga, la que se "enamoro" de Nam Joon.

Ugh, ese maldito.

Es un aprovechador. Sabe que haciendose el tierno conseguira lo que quiera. ¿Será esa su verdadera identidad? ¿O solo piensa que tiene ciertas libertades porque toco mi pecho? Más le vale que no. Sigo siendo menor y puedo denunciarlo.

Oh linda, sabes muy bien que no.

Lo sé.

Aunque ahora este enojada, la verdad es que no puedo dejar de revivir lo de anoche. Sus manos, labios y voz... nunca pensé que serían tan bien recibidos en mi sistema.

¡Me moje en cuestión de segundos!

Y a su vez tengo tantas preguntas en mi cabeza y todo por veinte minutos calentura. ¿Qué pensara él? No lo sé, pero no puedo evitar pensar que solo escapara como la primera vez, aunque aún no lo haya hecho. Tal vez porque soy yo la que está en su casa.

Solo necesito relajarme. Como dije, son cosas innecesarias, dolores de cabeza innecesarios.

-Aurora.

Salto asustada al ver a mi amiga que está detrás del sofá.

-El desayuno esta listo.- canturrea.

Me levanto y empiezo a caminar detrás de mi amiga hacia la cocina. Al abrir la puerta el olor a pancakes recién horneados me golpea de lleno. Y no me equivoco, la pequeña mesa redonda está llena de perfectos pancakes, uno arriba del otro prolijamente. Ahora entiendo porque la gente le toma fotografías a sus comidas.

Pero al levantar la vista juro que había otra cosa que lleno mi boca de agua.

Kim Nam Joon. Vestido con una camisa blanca, con las mangas dobladas hasta los codos y los dos primeros botones desprendidos. Un pantalón caqui algo ajustado. Y por último, pero para nada menos importante, un delantal atado en su cintura, color blanco con lunares verdes.

Bueno, y sus lentes redondos. Pero...

¡¿Cómo puede ser que un hombre se vea tan sensual y provocador en un delantal común y corriente?! Ya hasta me da envidia que todo le quede perfecto.

-Lo sé.-Lila susurra en mi oído.- Yo casi me ahogo con mi saliva. Es tan sexi.

-Kim Tae Hyung. ¿Te suena?

Ella ríe y se sienta en una de las sillas, guiñandome un ojo.

Maldita...

-¿Te vas a sentar?

Miro a Nam Joon y asiento rápido.

Antes de sentarme, le doy un pequeño vistazo al panorama. Solo hay dos sillas vacías, y me decido hacia la silla más alejada a él.

-¡No!- Lila y yo nos quedamos de piedra al escuchar a Nam Joon.- No te sientes ahí. Está rota.

-¿Eh?- Miro la silla y frunzo el ceño.- Se ve bastante sana... y nueva.

-Se romperá si te sientas. Ven, hay otra silla aquí.- Palmea la silla a su lado.

Sin dejarme otra opción, me siento a su lado, y por alguna razón tengo la sensación de que la silla está muy cerca a la suya.

Una vez que me siento, mi amiga y él empiezan a comer en silencio. Yo desconfió un poco ya que comer sería como aceptar mi derrota.

Aunque mi orgullo no duro tanto una vez que mi estómago empezó a hacer ruidos monstruosos. Y una vez que probé bocado... no pude parar.

Dolls Eyes (RM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora