Capitulo 9

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Justin y yo nos dirigimos a una cafetería cercana a elección mía. Conocía a los dueños, eran una pareja italiana aparentemente amigable. La cafetería tenía aspecto de las típicas cafeterías de sus orígenes. Las sillas eran verdes con respaldos de metal en formas de remolinos y las mesas combinaban con estas. Las paredes estaban revestidas con listones de madera para la parte inferior y amarillo viejo para la superior. Los cuadros variaban de recortes periodísticos, fotografías, y cuadros abstractos que combinaban con los colores del lugar.

Justin me dirigió a una mesa junto a una ventana.  Ni minima idea de porque me había tratado asi. Quiero decir, comparado a la noche anterior, esto era un paso. No me agrado cuando lo vi por primera vez, pero cuando choco conmigo no crei que fuera como creí. Tal vez estaba acostumbrado a molestar a meseras y salir con desconocidas. A pesar de lo estúpido que había sido el otro dia, no podía decirle que no por esa razón, era demasiado obvio que el no se acordaba de mi.

-¿En qué piensas?- Justin interrumpió mi interesante conversacioón conmigo misma.

-En algo del trabajo.

-¿Trabajas? ¿Cuántos años tienes?- sonrió.

 Estaba a punto de contestarle algo pero el mesero apareció con la intención de tomar nuestra orden. Justin opto por un café expreso mientras que yo preferí un cappuccino.

-Creo que no has respondido mi pregunta- insistió el.

-Trabajo para mi padre en cuestiones admistrativas de su comercio. ¿Qué hay de ti?

Odiaba que el tema de conversación sea yo. Siempre es mejor que se dirija hacia la otra persona.

-Estudio. ¿Acaso no eres joven para trabajar?

-Tengo 18 -No, es completamente mentira. Cumplo 18 en un mes y medio- ¿Tú no eres un poco grande para estudiar?

-Tengo 19, pero no asistí un año a la escuela, así que solo estoy rindiendo el último curso -respondio algo frío. Por alguna razón se comportaba distante. Como si debiera estar aqui pero al mismo no quisiera.

-No te había visto por aquí –hasta la otra noche…

-Me mude hace una semana -pauso, seguramente pensando si debería decir algo mas o no- Conseguimos una propiedad aquí, y mi padres tienen trabajo fijo esta vez, así no tenemos que estar mudándonos siempre.

-Debió ser divertido –murmure más para mí misma, pero Justin pareció escuchar.

-¿Qué cosa?

En ese momento, llego el mesero con nuestro pedido interrumpiendo así nuestra conversación para mi suerte. Seria horrible explicar que mis padres nunca fueron muy fanáticos de las vacaciones, por lo tanto nunca salimos de aquí, y que cuando por fin habíamos planeado un viaje familiar, mi hermano desapareció, a mi padre lo mataron y mi madre se suicidó. Oh, y yo estoy asociada con un grupo de criminales que se encargan del tráfico ilegal y matar gente.

-¿Qué querías decir antes? –retomo Justin mientras le daba un trago a su café.

-Que nunca he ido a Londres, me encantaría –trate de sonar suficientemente convincente- ¿Qué no le pones azúcar?

-Depende de mi estado de ánimo y…

Debería haber prestado atención  a lo que dijo pero de pronto me acorde a lo que vine a esta cafetería particularmente.

-Debo ir al baño –lo interrumpí. El me miro extrañado pero se limitó a asentir- Lo lamento, es que… emm, ya vuelvo.

Tome mi mochila y me dirigí hacia donde estaban los baños pero doble antes de llegar y pase por detrás del mostrador hasta una cocina muy pequeña. Me asegure de que nadie me viera y entre. Había utensilios sucios esparcidos por casi todos lados. Las manchas de bebidas volcadas se veían claramente sobre la encimera. El Sr. Al Vizzi se encontraba hablando con su esposa hasta que se percató de mi presencia.

Standing in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora