Capitulo 12

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Cap. 12:

-Llega tarde, señorita…

El profesor abrió la puerta justo cuando me encontraba mirando a través de esta, por lo que entre a trompicones al salón. Por poco me caigo lo que hubiese aumentado las risas, si es que eso era posible. Cuando me estabilice vi como todos estaban riéndose mientras sacaban sus celulares o me apuntaban. Incluso el profesor estaba ocultando la risa. Aunque no Justin. Estaba serio y quieto. Tal vez no supiera que hacer. De hecho, no tenía que hacer nada, así que lo hacía bien.

-Wells. –Dije completando su frase. –Lo lamento, no volverá a pasar. –me disculpe mientras caminaba por entre los escritorios hasta el fondo.

-Más le vale. Bien, como les decía…

Y así siguió explicando su tema. Nadie le prestaba atención, ni siquiera yo que soy la única que suele hacerlo a medias. Llegue a mi asiento, pero estaba Justin. Me daba lastima sentarme al lado. Si lo veían conmigo lo más probable es que nadie querría estar con él luego. Aún seguía parada como estúpida mientras pensaba si era mejor sentarme o decir que me sentía mal y salir corriendo así Justin no tenía que sufrir mi compañía. Estúpidos sentimientos.

-¿Piensas sentarte? –Susurro Justin. El profesor estaba de espaldas a la pizarra, eso explicaba por lo que no me había dicho nada. ¿Pero Justin me hablaba? Es decir, supongo que es un buen chico por lo que hable con el ¿Pero acaso no se dio cuenta que no tenía a nadie de mi lado?- Oye, chica, aquí hay un asiento.

Ahora si había quedado como estúpida. Me senté rápidamente susurrando un muy bajo “Gracias”. Una vez acomodada me di cuenta que no quería hacer nada. No quería escuchar a un estúpido viejo enseñando algo completamente inútil pero tampoco quería estar tan desconcentrada como para pensar en lo que había pasado con Neal, su propuesta y que tendría que hacer. La única manera era dormir pero eso agregaría un gran porcentaje a mi nivel de estupidez diario.

-Chica. –me llamo Justin mientras tocaba mi hombro. Me sobresalte ante el tacto. No me gustaba que me tocaran, excepto por algunas personas que realmente apreciaba. Justin saco su mano rápidamente y la levanto en símbolo de culpa. –Lo lamento. Solo pretendía pedirte un bolígrafo o algo para escribir.

-Eh… eh, si, aquí tienes. –Dije nerviosa dándole el mío. ¿Nerviosa? ¿Yo? Usualmente pretendía estarlo, pero lo que me asusto, fue que esta vez fue real. No sé porque sentí algo cuando su mano estuvo en mi hombro a pesar de mi reacción.

-¿Y cómo vas a escribir, chica?

¿No era ya lo bastante raro que me haya quedado parada esperando a la nada, que haya tartamudeado y que le diera mi único bolígrafo como para que me siguiera hablando?

-No me… no me siento bien. –mentí. Ahora si estaba fingiendo trabarme mientras hablaba. –Discúlpame, no estoy acostumbrada a hablar con nadie.

-¿Por qué?                                                                

-No lo sé.

Quise cortar la conversación. Como nunca hablaba con nadie no tenía mucho que decir. Pero era Justin, y el simple hecho de que fuera el con quien estaba hablando y no otra persona hacia que todas las palabras de mi cerebro se esfumaran. Tenía que concentrarme para poder formar una frase que no carezca de sentido. Y solo me concentraba mucho en situaciones de vida o muerte.

Muerte. 16 años. Solo una bala.

La primera vez que mate una persona fue cuando tenía 16 apenas cumplidos. John y Neal trabajaban juntos. Ambos querían eliminar a un grupo de narcotraficantes de la ciudad. John había recibido información sobre ellos hace poco. Al parecer ellos habían sido responsables del robo de una caja fuerte en Escocia y la guardaban en su almacén. El grupo de Neal tenía planeado todo el ataque solo que les faltaba gente. John sugirió que 5 de nosotros nos unamos y participemos del ataque a cambio de que consiguiéramos la caja fuerte. Neal acepto.

Standing in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora